
La transición hacia un nuevo paradigma empresarial ya no es una hipótesis: está en marcha. En un entorno marcado por transformaciones estructurales, climáticas, sociales y tecnológicas, el perfil del líder tradicional —centrado únicamente en la eficiencia y el retorno financiero— ha quedado obsoleto.
Según el informe El perfil del profesional de sostenibilidad en 2025 del centro CapacitaRSE, ya no se trata de cumplir normativas o presentar reportes aislados. Los líderes empresariales de hoy deben ser capaces de comprender la complejidad del entorno, reconocer que el valor no se mide solo en cifras, y asumir que cada decisión empresarial tiene impactos concretos sobre personas, territorios y ecosistemas. Lo que antes se entendía como “responsabilidad social” ahora define la competitividad de las organizaciones.
Además, el informe enfatiza que los nuevos y nuevas líderes deben ser “seres tecnológicos” y contar con habilidades cuantitativas, inteligencia artificial, analítica de datos e inteligencia de negocios. No se trata de elegir entre capacidades tecnológicas y analíticas o de sensibilidad ante lo social y lo ecológico: se trata de integrarlas para responder a los desafíos del mundo empresarial actual.
Hoy, una líder agroindustrial en Ica, un empresario minero en la sierra central o una ejecutiva del retail en Tumbes o Tacna necesitan profesionales con visión innovadora, base tecnológica y solidez analítica, que además comprendan las dinámicas sociales y ambientales que afectan sus operaciones, identifiquen oportunidades de impacto positivo y faciliten la transformación hacia organizaciones más sostenibles y resilientes.
«No se trata de elegir entre capacidades tecnológicas y analíticas o de sensibilidad ante lo social y lo ecológico».
En este contexto, la educación superior en América Latina tiene el reto de formar líderes preparados para operar en esta nueva realidad: profesionales capaces de responder a desafíos propios de nuestras economías extractivas, estructuras informales y brechas sociales persistentes. Instituciones como UTEC ya están avanzando en esta dirección con la creación del primer programa en Administración y Negocios Sostenibles del país, que combina excelencia tecnológica con una visión transformadora del rol empresarial.
América Latina no necesita líderes que solo maximicen beneficios de corto plazo, sino que creen valor compartido, anticipen riesgos complejos y guíen la transformación hacia modelos más resilientes, éticos y regenerativos. Ese es el liderazgo que nuestras empresas necesitan. Y el que nuestra región, con toda su diversidad y potencial, merece.