Con la publicación de la “Sustainability Taxonomy”, el Global Reporting Initiative redefine la manera en que las organizaciones reportan su desempeño ESG. Ahora, la sostenibilidad se transforma en un lenguaje estructurado, verificable y preparado para la toma de decisiones globales.

La sostenibilidad entra a la era digital: GRI lanza su nueva Taxonomía para informes automatizados y comparables

Por Osmaro Villanueva

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En un contexto donde la sostenibilidad exige más que buenas intenciones, el Global Reporting Initiative (GRI) ha dado un paso histórico al presentar su Sustainability Taxonomy, una herramienta que convierte los estándares GRI en datos legibles por máquina. Esta innovación marca un antes y un después en la forma en que las empresas abordan la sostenibilidad: deja de ser solo un ejercicio narrativo y se transforma en un activo digital estratégico, comparable, auditable y automatizable.

La nueva estructura digital, basada en el lenguaje XBRL (eXtensible Business Reporting Language), permite a las organizaciones producir reportes de sostenibilidad estandarizados y procesables, bajo los mismos principios de gobernanza y control que ya rigen la información financiera. Esto abre la puerta a un ecosistema de informes ESG que no solo cumple con la demanda de transparencia, sino que permite la integración con sistemas financieros globales y mejora la toma de decisiones por parte de inversionistas, reguladores y analistas.

De la narrativa al dato estructurado

Lo que antes se estructuraba en informes extensos y poco homogéneos, ahora se digitaliza y estandariza. La Sustainability Taxonomy convierte los estándares GRI —universales, temáticos y sectoriales— en datos que pueden ser gestionados mediante plataformas tecnológicas avanzadas. Ya sea de forma automatizada (a través de XBRL) o manual (con formularios web), los reportes se validan en tiempo real, se exportan en múltiples formatos (iXBRL, Excel, PDF) y ofrecen una visión más profunda y trazable del impacto empresarial.

Esta transición llega en un momento clave: la falta de homogeneidad entre estándares ha sido una de las mayores trabas en la rendición de cuentas en sostenibilidad. GRI responde a este desafío integrando su taxonomía con marcos como los del Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), los European Sustainability Reporting Standards (ESRS) y el International Sustainability Standards Board (ISSB). Así, se facilita el cumplimiento normativo en múltiples jurisdicciones al mismo tiempo.

Un llamado a la transformación interna

Más allá de lo técnico, la implementación de esta taxonomía implica una transformación profunda al interior de las organizaciones. Ya no basta con presentar reportes reputacionales; ahora se exige que las métricas ESG estén respaldadas por sistemas de trazabilidad robustos, comités de sostenibilidad involucrados y una estructura de gobierno corporativo que entienda la sostenibilidad desde una perspectiva regulatoria, tecnológica y financiera.

Entre las recomendaciones para esta transición, el GRI señala que las empresas deben:

  • Iniciar una digitalización progresiva de su reporte ESG.
  • Involucrar activamente a la alta dirección y comités clave.
  • Alinear estrategia, riesgos y desempeño con principios de doble materialidad.
  • Construir equipos interfuncionales que integren sostenibilidad, tecnología y finanzas.

Perú como referente en sostenibilidad digital

La adopción de los estándares GRI no es nueva en el Perú. En la cuarta edición del Programa de Negocios Competitivos (2023), se reconocieron a 429 empresas, de las cuales 377 eran peruanas. Daniel Vargas Fernández, entonces líder de la oficina del GRI en Perú, destacó que el país se mantiene como líder global en el número de micro, pequeñas y medianas empresas que reportan voluntariamente su desempeño en sostenibilidad.

Este liderazgo se convierte ahora en una oportunidad. Con la Sustainability Taxonomy, las empresas peruanas —sin importar su tamaño— podrán elevar la calidad de sus reportes, acceder a financiamiento sostenible más competitivo, e integrarse a cadenas de valor globales que cada vez exigen mayor trazabilidad ESG.

Una herramienta para una nueva década

Consultada en 2024 por especialistas y actores del ecosistema XBRL, la taxonomía del GRI llega refinada y lista para ser utilizada en diversos sectores e industrias. A medida que la presión para divulgar información ESG crece, esta herramienta ofrece una vía confiable, práctica y alineada con la digitalización global de la sostenibilidad.

En palabras simples: la sostenibilidad ya no se declara, se demuestra. Y el GRI acaba de entregar la herramienta que permite hacerlo con rigor, escala y transparencia.

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