
La educación continúa enfrentando uno de sus mayores desafíos: adaptarse a un mundo en constante transformación, marcado por la digitalización, las crisis sociales y medioambientales, y la necesidad de formar profesionales con un enfoque integral. En este escenario, el Tecnológico de Monterrey (TEC) —una de las instituciones académicas más reconocidas de América Latina— reafirma su compromiso con la sostenibilidad, la innovación y la educación continua como pilares para transformar vidas y comunidades.
En entrevista exclusiva con Stakeholders, Jorge Azzario, Director Ejecutivo Internacional de Educación Continua del Tecnológico de Monterrey, expone el rol de la institución en la expansión de oportunidades educativas de calidad para profesionales y organizaciones de la región. “Nuestro propósito realmente es transformar la vida de personas y comunidades a través de la investigación, la formación y la consultoría. Lo hacemos no solo para el sector educativo, sino también para los sectores productivos en los diferentes países”, señala Azzario.
Actualmente, el TEC impacta a más de 160 mil personas al año con programas de educación no formal. Sin embargo, su meta es aún más ambiciosa: alcanzar el millón de beneficiarios al 2030. Para ello, la institución apuesta por la colaboración a través de alianzas con universidades, entidades gubernamentales y empresas, en el marco de modelos de triple y cuádruple hélice que integran esfuerzos por el desarrollo sostenible.
Ruta Azul: un modelo institucional de sostenibilidad
Desde hace varios años, el Tecnológico de Monterrey ha integrado la sostenibilidad como un eje transversal en su operación y oferta educativa. Bajo su programa Ruta Azul, la universidad estructura sus acciones en cinco dimensiones: cultura organizacional, adaptación al cambio climático, gestión del agua y residuos, impacto académico y social, y vinculación estratégica.
Este enfoque holístico se traduce en acciones concretas, como la incorporación de criterios ambientales en sus campus, la integración de contenidos sostenibles en sus programas académicos y la medición del impacto generado. «Muchos de nuestros programas terminan desplegándose en políticas públicas, en competencias para personas o en iniciativas de impacto social», comenta Azzario.
El TEC también forma a más de 1,600 empresas que participan activamente en la formación de sus estudiantes, presentándoles retos reales en materia de sostenibilidad, tecnología, innovación y liderazgo.

Educación para toda la vida, con impacto inmediato
En respuesta a la creciente demanda por actualización de competencias en un entorno cambiante, el TEC ha desarrollado una estrategia sólida de educación continua, adaptada a las necesidades de profesionales y organizaciones. Según Azzario, «hoy las habilidades digitales y blandas son fundamentales, y tres cuartas partes de los roles en cualquier industria requerirán dominio digital hacia el 2030».
La institución ha observado un cambio de paradigma. Mientras que tradicionalmente las maestrías en negocios lideraban la preferencia, ahora la maestría en inteligencia artificial se ha posicionado como la más demandada. Esta tendencia refleja la transformación de los perfiles profesionales hacia áreas altamente tecnológicas y orientadas al análisis de datos.
En palabras de Azzario, «no basta con que las personas aprendan algo; deben ser capaces de aplicarlo y mover indicadores en sus organizaciones. Esa es la diferencia entre una formación con impacto y una sin propósito».
TECgpt y la educación basada en datos
Uno de los desarrollos más destacados del Tecnológico de Monterrey es el lanzamiento de TECgpt, un ecosistema de inteligencia artificial desarrollado internamente y presentado por el propio Satya Nadella, CEO de Microsoft, como caso de éxito en México. Esta plataforma permite a estudiantes y profesores acceder a una base segura y controlada de información para personalizar su aprendizaje.
“Hoy estamos apenas en las primeras versiones de la inteligencia artificial. TECgpt ya permite crear lenguajes de programación, trabajar con prompts y analizar contenidos para rediseñar nuestros programas educativos de forma más eficiente”, indica Azzario.
Además de personalizar la educación, la IA permite liberar a los docentes de tareas administrativas, aumentando el tiempo de contacto efectivo con los estudiantes y mejorando la experiencia formativa.
Un ecosistema de aprendizaje que cruza fronteras
La internacionalización es otro pilar clave de la estrategia del TEC. La institución tiene presencia activa en países como Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Chile, El Salvador, Costa Rica, Honduras y Estados Unidos. Desde estas operaciones, promueve la vinculación empresarial, la colaboración académica y la consultoría.
Jorge Azzario destaca que, en Perú, el TEC mantiene alianzas con universidades, empresas y gremios. “Es un mercado clave para nosotros. Buscamos fortalecer nuestra presencia con programas relevantes para el desarrollo del talento local y su competitividad”, asegura.
Además, el TEC es miembro activo de la Red Latinoamericana por la Educación Continua (RECLA) y de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa, espacios que promueven el intercambio de buenas prácticas educativas en sostenibilidad, tecnología y liderazgo.

Vicepresidencia de Aprendizaje para el Futuro: educación transformadora
En octubre de 2024, el TEC creó la Vicepresidencia de Aprendizaje para el Futuro, liderada por Víctor Gutiérrez, con el objetivo de potenciar el aprendizaje a lo largo de la vida. Esta vicepresidencia tiene un mandato claro: ampliar aceleradamente el acceso a programas educativos no tradicionales, con el uso intensivo de inteligencia artificial, análisis de datos y tecnologías emergentes.
Jorge Azzario se integró al equipo de esta vicepresidencia para liderar el crecimiento internacional en educación ejecutiva. “Esta nueva estructura refuerza nuestra visión de just in time education, donde el aprendizaje se adapta a las necesidades específicas del momento, y no simplemente por previsión”, señala.
Empleabilidad, sostenibilidad y emprendimiento: un triángulo virtuoso
En un entorno laboral cambiante, las competencias vinculadas a la sostenibilidad y la innovación son cada vez más demandadas. El TEC responde con programas de formación diseñados para mejorar la empleabilidad y generar impacto real en los sectores productivos.

Asimismo, fomenta el emprendimiento con enfoque social y ambiental, apoyando a startups que promuevan soluciones sostenibles. Azzario subraya que este tipo de emprendimientos están creciendo en América Latina y que el TEC está comprometido a acompañarlos con formación, mentoría y redes de colaboración.
“Una sola institución no puede resolver los grandes desafíos de la región”, afirma Azzario. Por eso, el TEC promueve alianzas estratégicas con universidades, gobiernos y empresas. Estas alianzas permiten desarrollar proyectos conjuntos de alto impacto, especialmente en temas de talento, tecnología y sostenibilidad.
El mensaje a los líderes del futuro
Para cerrar, Jorge Azzario envía un mensaje claro a los líderes empresariales y a los estudiantes de la región: «Estamos en una época donde las oportunidades de transformación educativa están al alcance. Pero para que generen verdadero impacto, deben estar ancladas en un propósito claro, en valores y en el compromiso con el desarrollo de las comunidades».
El TEC de Monterrey reafirma así su rol como catalizador del cambio en América Latina, poniendo al servicio de la región su capacidad de innovación educativa, su apuesta por la sostenibilidad y su red internacional de colaboración. Una universidad que no solo forma profesionales, sino ciudadanos globales preparados para liderar los retos del presente y del futuro.