El grupo ecologista Just Stop Oil vandalizó la tumba del naturalista Charles Darwin pintando un grafiti naranja con la frase «1,5 está muerto». La acción se produjo el pasado lunes en la Abadía de Westminster (Londres) como una denuncia de la inacción política frente al calentamiento global.
La frase pintada hace referencia al límite de 1,5 °C de aumento de la temperatura global establecido en el Acuerdo de París, un objetivo que científicos consideran crucial para evitar las consecuencias más devastadoras del cambio climático. Sin embargo, información reciente del servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea confirmó que el planeta ya ha superado este umbral.
En un comunicado, Just Stop Oil reiteró su demanda de que el Reino Unido y otras naciones pongan fin a la extracción de combustibles fósiles para 2030. “Estamos al borde de una catástrofe climática, y los gobiernos no están haciendo lo suficiente para detenerla”, manifestó Alyson Lee, una de las dos activistas involucradas en la protesta.
La acción ha generado críticas tanto por el daño a un sitio histórico como por el simbolismo de elegir a Darwin, conocido por sus acciones para denunciar la explotación de hidrocarburo. Lee, de 66 años, justificó la elección del lugar afirmando que Darwin «se revolvería en su tumba» al ver el ritmo de destrucción de los ecosistemas.
Esta no es la primera vez que Just Stop Oil utiliza acciones impactantes para llamar la atención sobre su causa. El grupo ha intervenido en sitios culturales y deportivos, desde rociar con sopa el cuadro Los Girasoles de Vincent van Gogh en la National Gallery hasta interrumpir eventos como Wimbledon y la Fórmula 1. Las reacciones son polarizadas: mientras algunos elogian su valentía, otros los acusan de alienar a la opinión pública.
El debate continua
El Reino Unido, aunque comprometido con la transición a energías limpias, enfrenta críticas por seguir otorgando licencias para nuevas exploraciones de combustibles fósiles. La protesta en la tumba de Darwin plantea una pregunta fundamental: ¿cuáles son los límites aceptables para el activismo cuando la supervivencia del planeta está en juego?
Mientras tanto, el debate sobre la eficacia de estas tácticas y su impacto en la percepción pública del movimiento ambiental sigue abierto. La Policía Metropolitana confirmó el arresto de las dos activistas, quienes podrían enfrentar cargos legales por daño a un monumento histórico.