Elaine Ford
– Directora de Democracia Digital – D&D Internacional
Hoy en día la tecnología está inserta en nuestra vida cotidiana, no podemos negarlo. Tal como dijo Umberto Eco: “Internet llegó para quedarse” y, por ende, hay que saber darle el mejor uso para aprovechar todas sus virtudes. Su evolución dependerá en la medida que el ciudadano interactúe de manera responsable e inteligente, conociendo sus alcances, pero también sus límites.
La confianza es un elemento crucial en todo esto, porque es esa confianza lo que permitirá que el ciudadano navegue libremente por la red; construya comunidades y tejidos sociales; realice compras, operaciones o transacciones de diversa índole y, también, haga uso de las distintas plataformas que se están construyendo desde el Estado para facilitar la realización de trámites; los cuales sin la ayuda de Internet tienden a tomar tiempo, implican trasladarse físicamente y muchas veces son tremendamente engorrosos.
Desde mi experiencia, a través del Premio Nacional sobre Democracia Digital, que este año ha celebrado su cuarta edición, he sido testigo de la evolución del uso de Internet no sólo a nivel ciudadano, sino también en la calidad de propuestas que recibimos desde el sector público. Este año el 33% de las propuestas recibidas fueron en esta categoría y es realmente alentador el tipo soluciones tecnológicas que se están creando desde la administración pública al servicio de la ciudadanía. Las plataformas empleadas varían, siendo el desarrollo de Apps una gran alternativa para aquel público que cada vez está más conectado desde su smartphone. Sin duda, la innovación está llegando al Estado peruano.
Asimismo, a través del Premio Nacional Democracia Digital he visto la evolución del empoderamiento ciudadano. Es decir, en una primera fase era aquel individuo que hacía uso de las diversas plataformas para informarse y relacionarse; sin embargo, hoy en día ese mismo ciudadano utiliza la tecnología para fiscalizar, para involucrarse en los asuntos públicos, para co-crear en soluciones y necesidades de la sociedad. También, a través de la tecnología, ha surgido una explosión de startups y emprendimientos digitales con una visión empresarial, que busca ser una alternativa laboral en el mercado actual.
Frente a este nuevo escenario, en el ámbito público y ciudadano, hay tres tareas importantes para lograr impulsar su desarrollo. En primer lugar, todas estas nuevas innovaciones tecnológicas no tendrán un mayor impacto en la medida que estás no sean difundidas ni conocidas por la población. Es fundamental el trabajo de sensibilización y educación en torno a toda aquella nueva solución que se esté implementando. No es suficiente diseñar una sorprendente App o tener el mejor portal de datos abiertos si la ciudadanía desconoce de la existencia de los mismos o no sabe el uso que puede darles ni entiende su utilidad.
En segundo lugar, es necesario para la innovación y nuevos emprendimientos romper paradigmas, así como prejuicios y estereotipos preexistentes. La tecnología está cada vez más a nuestro alcance y debemos saber aprovecharla sin encasillarnos en lo que ya conocemos. Para ello hay que ser creativos, con la capacidad de poder identificar las necesidades y prioridades de la población. Y, en tercer lugar, la relevancia de actuar a nivel multistakeholder con un sector privado que apoye en articular tales esfuerzos. Es imperativo estar sintonizados, porque todos los actores tienen un rol que cumplir para así evitar avances fragmentados.