Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Franz D. Beyer
Miembro del equipo de Responsabilidad Social Corporativa de FONAFE


Cuando hablamos de Responsabilidad Social en la gestión empresarial pública, este concepto lleva otra carga conceptual adicional a la que normalmente se le asocia al referirse a esta en el sector privado, ya que en Latinoamérica un gran porcentaje del empresariado público está destinado a cumplir un rol misional subsidiario a los ciudadanos. En este sentido, para hablar de las mejores prácticas y desarrollar una adecuada gestión de la responsabilidad social en el sector público, es necesario ver más allá de nuestras fronteras para determinar cómo las empresas, algunas con roles misionales similares y otras no, logran apropiarse de este concepto con el fin de insertarlo a la estrategia de sus organizaciones.

CHILE

Franz D. Beyer – Miembro del equipo de Responsabilidad Social Corporativa de FONAFE

En el caso de Chile, se cita el caso del Comité Sistema de Empresas (SEP) de Chile, creado en 1997 con el nombre Comité Sistema Administrador de Empresas (SAE) por la CORFO, modificando su nombre al actual en el 2001, así como aumentando su directorio para amplificar un poco las funciones que desempeña. Este organismo viene gestionando a través de diversas directivas y normas (Código SEP) a sus empresas, priorizando el cumplimiento del código de Buen Gobierno Corporativo, además de establecer metas estratégicas y evaluando el cumplimiento de estas. Entonces, como parte de su modelo de gestión, ha dedicado exclusivamente el capítulo 12 del Código SEP a la Responsabilidad Social. De esta política se desprende que la Responsabilidad Social de este conglomerado se rige bajo tres principios:

El primero de ellos es la Creación del Valor Compartido, cuyo eje consiste en buscar nuevas oportunidades de gestionar eficientemente los impactos ambientales y sociales, con un enfoque de innovación para generar beneficios para los grupos de interés, y un retorno de la inversión cuantificable para la empresa, mejorando las relaciones con los grupos de interés, contribuyendo al desarrollo sostenible mientras la empresa genera nuevas oportunidades de negocio u optimización de procesos operativos. El segundo eje es el enfoque de derechos humanos, ya que citan y exhortan a las empresas bajo su ámbito a cumplir con los principios de Ruggie para Empresas y Derechos Humanos, por lo que cada empresa debe actuar con la due dilligence cada vez que sea requerido, especialmente al momento de planificar cualquier tipo de proyecto de inversión buscando innovar a través de la CVC.

Por último, el tercer eje es el de la transparencia de la información. En este sentido, están promoviendo la elaboración de Reportes de Sostenibilidad bajo la metodología del Global Reporting Iniciative (GRI) que les permita comunicar efectivamente a sus grupos de interés sus buenas prácticas de responsabilidad social, así como las nuevas oportunidades identificadas para la Creación de Valor Compartido que viene implementando cada año y los impactos generados.

COLOMBIA
Por otro lado, existen 2 casos muy interesantes en Colombia, cuyas políticas de responsabilidad social ya se encuentran alineadas totalmente a la estrategia de negocio. Son los casos de Ecopetrol y Empresas Públicas de Medellín.

Ecopetrol es una empresa de economía mixta, de carácter comercial, organizado bajo la forma de sociedad anónima, es considerada la empresa petrolera más grande de la región y la catorceava más grande del mundo. Fundada en 1951, se constituyó como una de las petroleras más importantes del país, hasta que en 1983 descubrieron el Campo Caño Limón, un yacimiento con reservas de más de 1100 millones de barriles que impulsó el ascenso de la empresa y volvió a posicionar a Colombia como un país extractor de petróleo, que le permitió ampliar sus operaciones más allá de sus fronteras a Brasil, Perú y el Golfo de México (Estados Unidos).

Este conglomerado únicamente contiene empresas del rubro de hidrocarburos. Esto les permite gestionase corporativamente de una manera más sencilla; su estructura de gobernanza corporativa es centralizada, ya que la toma de decisiones sobre los proyectos de inversión (exploración, explotación, etc.) se realizan al más alto nivel, dejando las decisiones más operativas a cargo de las empresas descentralizadas dependiendo del tamaño de las mismas.

Por otro lado, es necesario destacar que la Responsabilidad Social se encuentra integrada a su agenda de sostenibilidad que contiene y prioriza los siguientes puntos: el primero de estos puntos es el relacionamiento con los grupos de interés, es un aspecto muy importante de la gestión de Ecopetrol al momento de gestionar sus impactos sociales y ambientales para prevenirlos o mitigarlos según sea el caso, permitiendo mantener una relación de confianza y transparencia, generando valor para los grupos de interés y la empresa. Un segundo punto está relacionado al Gobierno Corporativo, haciendo énfasis en la ética y la política de transparencia que tiene la empresa al respecto. Solo en el 2016 se reportaron 199 faltas a la ética y 148 casos de corrupción de los cuales se corroboraron 35 y 19 respectivamente.

Un tercer punto enfatiza el ámbito de los Derechos Humanos, en el cual la empresa aborda mediante el ciclo de gestión PHVA (planear, hacer, verificar y ajustar). La organización posee directrices claras para abordar este tema a partir de su adhesión al Pacto Global de las Naciones Unidas en el 2009.

Y el último caso a tratar es el de las Empresas Públicas de Medellín, que si bien cuenta con antecedentes republicanos en el siglo XIX oficialmente fue fundada en el año 1955 para atender la demanda de servicios públicos de agua, telefonía y electricidad de la ciudad de Medellín. A través de una sólida estrategia corporativa y una política de adquisiciones les permitió lograr con los años la ampliación sus operaciones a otros países e insertarse exitosamente en otros negocios.

Actualmente, cuenta con operaciones en los siguientes rubros:

  • Transmisión de energía
  • Distribución de energía
  • Gestión de Residuos sólidos
  • Institucional (telecomunicaciones)
  • Gas natural
  • Gestión de aguas residuales
  • Provisión de aguas

Asimismo, estructura organizacional y de gestión corporativa se encuentra divida en función de portafolios de negocios, cuyas operaciones se encuentran ubicadas en 6 países: Colombia, Guatemala, México, Chile, El Salvador y Panamá.

En lo que respecta a su gestión de responsabilidad social, su política es sencilla y general, debido a que la gestión se encuentra plenamente insertada al direccionamiento estratégico de la empresa: “Crecimiento y optimización de las operaciones con criterios de RSE”

Esto quiere decir que aspira a innovar hacia un nuevo tipo de gestión estratégica de negocio en el que las operaciones contemplen de manera holística la gestión y prevención de los impactos socioambientales de manera que garanticen la continuidad del negocio a largo plazo, más allá de una simple mitigación de los mismos. Para esto, están empezando a buscar oportunidades de negocio a partir de fuentes de energía renovable, con el objetivo de empezar a emprender una estrategia de aprovechamiento y comercialización sostenible de las mismas.

En conclusión, resulta importante conocer y estar al tanto de este tipo de buenas prácticas, para ir valorando y comunicando las buenas prácticas y el impacto positivo que tiene el empresariado público en la contribución a los Objetivos de Desarrollo sostenible, así como ir construyendo una noción sobre cuáles de las mejores prácticas podrían ser replicadas en nuestros respectivos contextos de acuerdo a nuestras realidades particulares.







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