Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Philippe Vanhuynegem
Director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos


El camino que nos conduce a una economía sostenible es sólo de ida. No hay marcha atrás en la ruta hacia el crecimiento verde. Si el Perú, como todos los países, quiere hacer frente a los compromisos internacionales adquiridos en materia de desarrollo sostenible y cambio climático, y avanzar en su proceso de adhesión a la OCDE, necesita adoptar sin dilación un paradigma de desarrollo que concilie el crecimiento económico con un uso más eficiente de los recursos naturales y una mayor equidad social.

Philippe Vanhuynegem, Director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos

El tránsito hacia modos de producción más limpios y eficientes, con menor impacto ambiental, acarreará impactos directos en el mundo del trabajo. Muchos empleos se transformarán significativamente o desaparecerán de forma definitiva, pero también se generarán nuevos puestos de trabajo resultantes del “enverdecimiento” de los procesos de producción y de nuevas industrias y servicios ambientales. Para poder aprovechar mejor estas oportunidades, se requieren políticas que aseguren a los trabajadores oportunidades concretas de reconversión y una oferta formativa más pertinente.

El Perú está avanzando en esta senda. Los Ministerios de Ambiente y de Economía y Finanzas presentarán en unos meses su Estrategia Nacional de Crecimiento Verde, y el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo complementará esta Estrategia con un Plan Nacional de Empleos Verdes.

La OIT estima que al menos la mitad de la mano de obra global –un billón y medio de personas– se verá afectada por la transición hacia una economía verde. Pero, proyecta también que se podrían generar hasta 64 millones de empleos verdes hacia 2030. Si consideramos como empleos verdes a aquellos que contribuyen con la protección medioambiental y que, al mismo tiempo, garantizan los derechos laborales y la protección social, los países de la región todavía enfrentan escenarios dispares. En 2013, Uruguay contaba con 44 mil empleos verdes –el 3.8% de la mano de obra formal– y, para 2015, Argentina rondaba ya los 650 mil empleos verdes –cerca del 7% del total de asalaria­dos registrados. En ambos casos, los empleos verdes están concentrados esencialmente en los sectores de gestión de residuos, energías renovables, transporte, agricultura y silvicultura.

En el Perú, todavía no se cuenta con una cuantificación de este tipo, pero según estudios recientes de la iniciativa PAGE de las Naciones Unidas y el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, el Perú tiene un enorme potencial de crecimiento verde en sectores como transporte, agroindustria, silvicultura, minería y turismo. La creación de empleos verdes en estos rubros se puede concretar a partir del surgimiento de nuevas empresas y la diversificación de actividades, como en el sec­tor de energías renovables, silvicultura o turismo sostenible. También se puede lograr a partir de la transformación de procesos productivos hacia prácticas más sustentables, como en el sector agropecuario, la minería y el transporte.

La OIT, por su estructura tripartita (gobiernos, empleadores y trabajadores), tiene el mandato de acompañar a las autoridades y actores sociales, a través del diálogo, para definir cómo transformar estos sectores de la economía garantizando una transición justa para los trabajadores y un entorno favorable para los negocios.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.