Por Stakeholders

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El Perú ocupa uno de los cinco primeros lugares entre los países de mayor diversificación del planeta, debido a la variedad de recursos vivos y ecosistemas. Frente a ello, la empresa tiene el reto de implementar medidas socio ambientales que garanticen una sostenibilidad en su entorno.

Gonzalo Castro de la Mata Valdivia – Presidente del Panel de Inspección del Banco Mundial en Washington

El Perú es un país privilegiado por la abundante diversidad de recursos que posee. Solo basta mencionar las principales actividades económicas del país, como el sector pesquero, ganadero, agrícola y forestal, entre otros. Estas actividades tienen un potencial de desarrollo muy amplio. Sin embargo, no existe un adecuado manejo de los recursos naturales que garanticen una sostenibilidad en el tiempo por parte de las empresas. Dentro del marco del “II Foro Internacional Biodiversidad y Empresas”, iniciativa que impulsa el MINAM que ha asumido el reto de conciliar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad con la promoción de la inversión en los sectores productivos, Gonzalo Castro de la Mata Valdivia, invitado internacional del Foro y actual Presidente del Panel de Inspección del Banco Mundial en Washington, conversó con Stakeholders acerca de la problemática de la biodiversidad y del rol que cumple la empresa para contribuir en la conservación del medio ambiente.

¿Cuál es la situación actual que enfrenta nuestro país en cuanto a la problemática de la biodiversidad?

La situación actual del territorio peruano enfrenta un gran desafío, dado que es necesario lograr un crecimiento económico sin la necesidad de repercutir en el medio ambiente. Se debe plantear cómo conseguir que la economía crezca y al mismo tiempo reducir la pobreza. Asimismo, que se fomente una mayor oferta laboral manteniendo fundamentalmente la integridad ambiental y ecológica del país. El Perú es uno de los países más ricos en diversidad biológica del planeta, en donde nuestras ventajas competitivas están representadas a través de nuestra propia geografía, mares, etc. Sin embargo, el desarrollo no ha podido darse en función de estas ventajas.

Entonces, ¿Cuál es el gran problema que impide este avance?

El gran problema ambiental que existe en el Perú paradójicamente no son las grandes empresas que vienen con inversiones multimillonarias, las cuales van a introducir dentro de su gestión estándares ambientales y sociales altos, sino el verdadero problema radica en los pequeños empresarios y sobre todo en los informales, que se encuentran fuera del sistema legal, a los cuales hay que formalizar.

En ese sentido, ¿Cuál es el papel que cumple la empresa?

Es necesario entender que el enemigo ambiental no es la gran empresa. Al contrario, la empresa debe ser un aliado estratégico en la conservación de la biodiversidad, porque justamente son los que tienen la capacidad de implementar estándares ambientales y sociales muy altos.

¿Por qué cree que el sector empresarial es visto como un enemigo en el impacto del medio ambiente?

La razón de dicha pregunta se debe a que algunas experiencias positivas no se han difundido como corresponde. Paralelamente, las experiencias empresariales negativas siempre son las que mayor repercusión tienen en los medios de comunicación.

¿De qué manera se puede contrarrestar esta situación?

Resulta fundamental entender que las empresas en el mediano y largo plazo se benefician de un manejo ambiental correcto. No sólo porque una empresa que maneja mejor sus recursos es más eficiente, sino porque también se obtienen más ganancias.  Por otra parte, es necesario difundir las buenas experiencias y replicarlas para que otras empresas desarrollen replicas desde el contexto de sus propios objetivos empresariales.

¿Existen iniciativas a nivel local o regional que contribuyan con la biodiversidad?

Sí. Por ejemplo el caso de Camisea. Dicho proyecto se ha logrado desarrollar prácticamente sin ningún impacto ambiental, porque el gas se extrae sin la necesidad de destruir carreteras. El gas se ha obtenido utilizando helicópteros; por lo tanto, la huella ecológica es casi inexistente. Asimismo, la deforestación en los campos de Camisea tiene un nivel muy bajo.

 







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