Por Stakeholders

Lectura de:

Jorge Ueyonahara – Especialista y docente en Economía Circular, Sostenibilidad y RSE
Circulab – consultor certificado


Últimamente se habla mucho de reciclaje como sinónimo de economía circular. Esta simple expresión es imprecisa ya que la economía circular no solo se refiere a reciclaje. Es necesario una clarificación de la terminología para explorar el potencial que la Economía Circular puede ofrecer.

El ciclo de vida de un producto requiere varios procesos como la extracción de la materia prima, el transporte, la fabricación, la distribución, la venta, el uso y la disposición final. Cada uno de estos procesos requiere una considerable cantidad de recursos naturales, financieros, humanos y técnicos que son los que determinan los costos de un producto y por ende su precio de venta. Las empresas de servicios hacen uso de estos productos por lo que también deben considerar su actuación dentro de la economía circular.

Dada la gran cantidad de recursos invertidos en la elaboración de un producto es necesario evitar su desecho, y por tanto debemos buscar producir un bien de óptima calidad y extender su vida útil. Esto no significa que la empresa deje de percibir ingresos por recurrencia de ventas, sino que puede innovar a través de nuevos modelos de negocios en donde le permita generar otros ingresos y también competir en otros mercados.

El gráfico de Circulab nos muestra que para mantener el uso de un producto (un carro, una laptop, un mueble) es necesario brindarle mantenimiento continuo para garantizar su operatividad y eficiencia. Luego del uso del producto, la primera opción sería el reuso (segunda mano o uso compartido); si el producto no puede reusarse pasará a la etapa de Reparación en donde puede ser acondicionado para su comercialización; de no poder ser reparado, se procede a cambiar algunos componentes para poder ser remanufacturado y luego comercializados; y si finalmente estos componentes no pueden usarse, se Reciclará el material en donde ingresará de nuevo al ciclo de producción. Se espera que el producto no llegue a ser incinerado o sea dispuesto en un botadero o relleno sanitario. Si el producto final no puede ser reusado, reparado ni remanufacturado y solo puede ser reciclado quizás deba reevaluarse su propósito y estudiar nuevas alternativas de satisfacer esa necesidad insatisfecha.

Cada acción en cascada representa una pérdida de valor en uso de recursos lo cual puede incrementar los costos por cada proceso y reducir los beneficios para la empresa. Dentro de la Economía Circular, el desecho es considerado un error de diseño por lo que se debe tener cuidado en la planificación de los diferentes procesos del ciclo de vida del producto.

En términos generales lo que se difunde en Perú como Economía Circular es el reciclaje y se usa como un término paraguas que limita las posibilidades de innovar y actuar ya que sólo se piensa en reciclaje y no en las acciones intermedias donde también se pueden generar valor. El reciclaje en Perú es visto como una forma de luchar contra la contaminación mientras que en otros países puede ser practicado como una oportunidad de evitar la dependencia de materiales vírgenes cada vez más escasos y de precios volátiles.

La Economía Circular busca generar oportunidades de negocios que sean técnicamente y económicamente viables, además que incorpore la responsabilidad extendida del productor (comercializador, importador, etc.) aun cuando esté en manos del consumidor, lo cual no sólo debe ser visto como una obligación sino como una oportunidad de negocio. Debe incorporar además un pensamiento ético, sistémico, colaborativo y una visión a largo plazo. Hablemos con propiedad y usemos los términos apropiados para comunicar, inspirar, educar, concientizar y gestionar.







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