Por Stakeholders

Lectura de:

Miu Huang Li
Vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa Universidad San Ignacio de Loyola


El pasado 29 de julio del presente año llegamos al Día del Sobregiro de la Tierra; es decir, fecha que llegamos a consumir todos los recursos naturales o presupuesto ecológico que tenemos disponibles de un año, excediendo la capacidad de regeneración de nuestro planeta y comprometiendo los recursos de futuras generaciones. Según Global Footprint Network (GFN), esta fecha cada año se hace más próxima y el llamado para tomar acción es decisivo e importante.

Sumado a este sobregiro, se encuentra la generación de desechos sin medida. De acuerdo con estimaciones de la ONU, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y, al año, se usan 500.000 millones de bolsas plásticas. La consecuencia: aproximadamente ocho millones de toneladas de plástico acaben en los océanos cada año, amenazando a la vida marina y, la alimentación de los humanos debido al consumo de microplásticos.

Ante estas cifras, en el año 2015 se llevó a cabo la Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible, donde 193 países se comprometieron con los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) hacia el 2030 con tres ambiciones muy claras: Terminar con la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad y la injusticia y reparar el cambio climático.

Perú fue uno de los países firmantes. En ese sentido, nuestro gobierno viene realizando acciones concretas para aportar con los ODS a través de CEPLAN y sus Ministerios. Un claro ejemplo fue la aprobación de la Ley del Plástico, que regula el consumo de plástico de un solo uso y el cual se puso en marcha desde el 1 de agosto de 2019. Ahora los establecimientos comerciales deberán cobrar si es que el consumidor solicita una bolsa. Otra acción que hemos presenciado en los Juegos Panamericanos, es que la organización optó por transportes más sostenibles usando buses eléctricos para transportar a los deportistas.

En el Perú se generan diariamente más de 18 mil toneladas de residuos, de los cuales casi el 90 % no se reciclan. Evidentemente, nuestro país y el mundo nos necesitan, y depende de nosotros mismos, ya que somos los principales consumidores y tenemos el poder de decisión final sobre lo que compramos y generamos.

Ser parte del cambio y fomentarlo no está fuera de nuestro alcance, se puede abordar de forma colectiva a través de una educación cívica que haga énfasis en el uso eficiente de los recursos y reducción de residuos.

La ONU por su parte propone 170 acciones diarias que podemos realizar para transformar el mundo, como impulsar el uso de contenedores de reciclaje; usar menos servilletas a la hora de nuestros alimentos o donar todo lo que ya no usamos. Tareas que seguramente venimos haciendo. Sin embargo, es hora de dar un paso más. Es hora de tomar acción y ser los ¨influencers¨ de nuestros entornos; contagiando, compartiendo e impulsando nuestras iniciativas y buenas prácticas con otros.

Somos la primera generación que tenemos una figura clara del valor de la naturaleza y el enorme impacto que tenemos sobre ella. Pero a la vez somos la última generación que podría revertir los efectos del cambio climático antes que sea demasiado tarde de acuerdo con el Informe Planeta Vivo 2018 de la WWF. SON 10 AÑOS DE MOMENTOS DECISIVOS PARA LA HISTORIA DEL PLANETA, PODEMOS REALIZAR PEQUEÑOS CAMBIOS EN NUESTROS HÁBITOS PARA GENERAR UNA GRAN DIFERENCIA. ¡SÉ PARTE DEL CAMBIO!

 







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