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Por Stakeholders

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Por: Diego de la Torre de la Piedra 
Presidente del Pacto Mundial en el Perú 

El Perú ha sido una historia de éxito en los últimos veinticinco años. Esto se debe a que luego de la caída del muro de Berlín nuestro país y gran parte del mundo dejó de lado una ideología trasnochada que solo trajo odio, resentimiento y pobreza en el mundo. Gracias a ello la dinámica para cambiar la sociedad ha sido la democracia, prensa libre, elecciones democráticas y el consenso en lugar de la anacrónica y tanática lucha de clases.

Hoy nuestros migrantes provincianos tienen como modelos a los Añaños y a Gastón Acurio en lugar del Che Guevara y Fidel. El peruano de hoy ve su diversidad cultural y racial como un activo y no como un pasivo. Está orgulloso de su herencia pre-inca, inca y occidental, así como del aporte que las culturas africana y asiática han tenido en nuestro país. Es en la intersección inteligente, armoniosa y sinérgica de esas diferencias donde se generará gran innovación y riqueza para nuestro país. Basta citar nuestra gastronomía y el enorme potencial de nuestra industria cultural, museística y turística sin mencionar la generosidad minera, agrícola y pesquera de nuestro mar y de nuestra geografía. Todo está aún por desarrollar y el bono demográfico que tendremos hasta el 2040 hay que aprovecharlo para poder llegar a un PBI per cápita e índices de desarrollo humano de un país miembro de la OECD.

El 70% de la población Peruana votó en las últimas elecciones por una vigorosa economía de mercado con dos apellidos: responsabilidad social y ambiental. Debido a ello hemos podido doblar nuestro PBI per cápita en los últimos diez años. Si hacemos lo mismo en los próximos diez años, en el 2027 tendremos un PBI per cápita de U$ 28,000 (paridad de compra). Con mucho esfuerzo, los peruanos hemos logrado grado de inversión, hemos abierto nuestra economía al mundo con los TLC y hemos conquistado la sensatez macroeconómica y monetaria en donde tenemos un mejor ranking que el promedio de la OECD y el mejor banquero central del mundo, Julio Velarde. Obviamente nos falta cerrar grandes brechas en infraestructura, educación, innovación y salud, pero vamos avanzando.

La inserción dinámica del Perú en mecanismos supranacionales como los TLC, APEC, Pacto Mundial de Naciones Unidas, ODM y ahora los ODS 2030 han ayudado a nuestros políticos y a nuestros empresarios a modernizarse, superando estereotipos para lograr juntos la aplicación universal de los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas en derechos humanos, medio ambiente, derechos laborales y anti-corrupción.

Mucho se ha avanzado en estos aspectos, tanto es así que Perú cumplió con los ODM 2015 (objetivos del milenio) que se plantearon en el 2000. Por eso veo con optimismo el futuro del Perú  y creo que lograremos los ODS 2030 sin mayores contratiempos. Sin embargo, creo que tenemos un gran reto aún por lograr: vencer el alto grado de informalidad que tenemos. Se requiere una lucha frontal contra ella para poder entrar a la OECD y lograr los ODS 2030. De nada sirve que en la economía formal todos cumplan y contribuyan con los ODS y las regulaciones si gran parte de las actividades económicas y profesionales están fuera de la ley.

En varios sectores de nuestra economía la informalidad es más del 50% y es un obstáculo estructural fundamental que hay que corregir. Para ello, reformas de segunda generación en las instituciones (digitalización por ejemplo) y un estado fuerte donde rija el estado de derecho para todo y para todos es una necesidad perentoria. Hay que insistir en este tema. Imaginemos y trabajemos por un Perú sin tala ilegal, industria ilegal, medicina ilegal y minería ilegal así como mercados laborales plenamente formalizados; se garantizarían de manera más expeditiva los principios del Pacto Mundial en derechos humanos, medio ambiente y anti-corrupción, a pesar de las turbulencias coyunturales de una joven democracia, el Perú va por buen norte.

Como me presenté recientemente a Lise Kingo, la nueva Directora del Pacto Mundial en Nueva York, vengo del país que ha tenido el récord mundial de reducción de pobreza en los últimos años, de 58% en el 2000 a 20% en el 2015. Esto ha sido posible gracias a un modelo de libre mercado con responsabilidad social y ambiental. Está probado que el 80% de la reducción de la pobreza se debe a la inversión privada formal en un contexto de democracia política y prensa libérrima. El Perú es visto con asombro e interés en el mundo. Aquí vencimos militar e ideológicamente al terrorismo, a diferencia de Colombia y Venezuela que tuvieron y tienen que seguir tratando con tentáculos radioactivos a esa ideología trasnochada y violenta.

En el Perú nos hemos reconciliado y gracias a la gimnasia democrática se van fortaleciendo los músculos de nuestras instituciones tanto en el sector privado como en el público. El Perú tiene una visión clara al 2021 y al 2030: Ser parte de la OECD y con una economía baja en carbono que logra un alto PBI per cápita y los ODS 2030. Muchos eventos positivos han sucedido en estos últimos años que confirman y sustentan mi optimismo en que el Perú se ha convertido en un imán para las inversiones y que se está incorporando agresivamente a la modernidad a ese sector de la población Peruana que aún vive en un apartheid económico, cultural y emocional.

Es importante concentrar el trabajo, la creatividad y la innovación de nuestros empresarios, políticos, científicos e intelectuales en cómo incorporar a la economía moderna al 20% de peruanos que todavía tienen dificultades en subirse al tren de la globalización y de la sociedad del conocimiento. Cuando lo logremos, y estoy seguro que lo haremos, seremos un país de primer mundo.

Diego de la Torre

Soy muy optimista y positivo de que el Perú, a pesar de los fuegos artificiales de la coyuntura política, pidamos y elijamos líderes políticos y empresariales que tengan el coraje y el talento de creer con convicción de que el Perú puede entrar en las grandes ligas. Los peruanos somos de clase mundial, vemos con agrado que empresas Peruanas empiezan a conquistar los mercados globales y tienen ambiciosos objetivos estratégicos. Vienen a mi mente la gran cantidad de jóvenes peruanos que se preparan en las mejores universidades del mundo y que regresan al Perú.

Hay una revolución pacífica y silenciosa que va conquistando con alegría multicultural, mejor educación y con autoestima el sueño de un Perú ganador donde el Paco Yunque de Vallejo sonríe ganador como los Añaños y la China Tudela de Rafo León,  trasciende como Vania Masías en una ONG que ayuda a los peruanos que aún están por subirse al tren del bienestar y la modernidad. Felicito a la Revista Stakeholders por contribuir, desde su fundación, de manera importante e indesmayable a que esa visión y ese sueño se vayan convirtiendo en realidad ¡Feliz Bicentenario Perú!

 







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