Fuente: El Comercio

Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Ana Reátegui
Directora de Programas de Desarrollo Gerencial de ESAN

Siempre se habla de la necesidad de crecimiento de los países y, a veces, nos obsesionamos por alcanzarlo per se, olvidando que es un medio para lograr que las personas puedan vivir mejor, en paz, y con un trabajo digno. El crecimiento que ha logrado la humanidad en las últimas décadas es, sin duda, muy alto. Frente a este panorama, surgen nuevas formas para hacer las cosas, se crean nuevos empleos y surgen nuevos oficios en desmedro de otros.

Pero ¿qué tiene que ver este preámbulo con la educación? Es que buena parte de este crecimiento mundial no incorpora a toda la población, sólo se unen aquellos que aprenden los nuevos oficios y conocen las nuevas tecnologías, quedando relegada buena parte de la población, ampliándose aún más las brechas de desigualdad.

El Perú ha crecido durante este siglo como nunca en su historia republicana. Este crecimiento ha ido acompañado de un cambio en la estructura productiva del país, liderado por peruanos de vanguardia, pero también porque la presencia de capitales extranjeros ingresaron el país en sectores productivos como la minería, agroindustria, hidrocarburos, turismo, por mencionar algunos.  Pero ¿quiénes podrán aprovechar estos cambios y avances de nuestro país? Aquellos que pueden aprender rápidamente los nuevos oficios. Es aquí cuando la educación tiene un rol esencial.

A pesar de las mejoras en la producción nacional, aún somos una economía basada en la explotación de los recursos naturales. En la gráfica N° 1 se puede apreciar la industrialización de México respecto al resto de países como Chile y Perú. México es mucho más industrializado.

 

 

Asimismo, en el Gráfico N° 2 se observa la evolución de los años de escolaridad para las personas que tienen más de 25 años entre los años 1995 y 2010. Destaca que Corea del Sur y Chile, han logrado que su población tenga más años de escolaridad que Perú y México. Igualmente, cuando observamos el Índice de Desarrollo Humano de los países con los que nos hemos venido comparando, observamos que Corea del Sur y Chile siguen en mejores posiciones que Perú y México. ¡Pero México tenía un alto nivel de industrialización!

 

Frente a estos resultados, se podría establecer:

  • México tiene los más altos índices de industrialización, sin embargo, al igual que Perú, presenta bajos niveles de calidad de vida de la población.
  • Perú y Chile basan buena parte de su economía en la explotación de materias primas, es decir, con bajos niveles de industrialización.
  • Chile y Corea del Sur tienen mejores resultados en años de escolaridad y calidad de la educación que Perú y México.
  • El Índice de Desarrollo Humano de Chile es mejor largamente que Perú y que México.
Ana Reátegui

Entonces podemos llegar a establecer que el elemento clave para que las personas vivan mejor, es la educación. Sin ella, los jóvenes no podrán participar de los adelantos del mundo, no podrán acceder a empleos mejores remunerados. La industrialización ayuda, pero vemos que no resuelve necesariamente los problemas de fondo.

Nos queda un gran reto por delante como país ¿el gran reto es mejorar la educación en todos los niveles? Las universidades y las escuelas de negocios no son ajenas a ello, la universidad que el Perú requiere debe ser inclusiva, de calidad, de vanguardia, innovadora, que reconozca que el éxito se basa en el desarrollo del capital humano. ¡Atrás quedaron los estilos de dirección que consideraban al personal como un elemento más de la cadena producción, que podía ser reemplazado fácilmente!







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