Por Stakeholders

Lectura de:

Por: José Miguel Morales Dasso
Presidente de la Asociación Empresarios por la Educación

Los cambios no se dan de la noche a la mañana, son procesos que pueden tomar muchos años y demandar mucho esfuerzo; lo más importante, sin embargo, es que exista voluntad para realizarlos, que se sienten las bases y se den los primeros pasos. Hemos visto que el proceso de cambio en la educación pública de nuestro país ya ha empezado y si bien el camino iniciado no es del todo llano y sí es muy largo aún, debemos reconocer que hay un avance y es importante que continúe. Hoy día podemos hablar de una política de educación que, con una visión a largo plazo, está ordenando procesos y acciones que ya eran necesarias para poder construir una educación pública de calidad para nuestros niños y jóvenes.

En esto el Estado no está solo. El empresariado lo está apoyando de diversas formas; por ejemplo con la ejecución de proyectos y programas que alivien las necesidades educativas en diversos lugares del país, que si bien pueden estar alejadas de las grandes ciudades, están dentro de las áreas de influencia de muchas compañías que operan en lugares insospechados. Tampoco se trata de realizar solo obras de infraestructura, que son necesarias, pero son solo una solución parcial. Necesitamos más.

Es por eso que el Estado, las organizaciones sociales y el empresariado se han sentado a la mesa para definir en qué áreas se deben enfocar los distintos esfuerzos, iniciativas e inversiones, como aportar con su experiencia en gestión, con su conocimiento del capital humano que el país requiere, con su bagaje en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación y en el desarrollo de obras. Sabemos que los resultados no se verán de inmediato, pero sin duda rendirán frutos a mediano y largo plazo.

Otro aspecto relevante es la necesidad de que exista en el Perú una pertinencia entre lo que estudian nuestros jóvenes y lo que demanda, no solo el sector privado, sino también el estatal. Ello debe ir además de la mano con nuestra realidad y esto es posible con el sector empresarial involucrado y comprometido con la parte educativa y articulando sus esfuerzos para optimizar sus alcances.

Es relevante que se revalorice la formación más especializada como lo es la técnica, porque en el país lo requiere y mucho, pero no siempre son las preferidas. La continuidad entre los estudios técnicos y universitarios esperamos que pronto se haga realidad, pues permitirá que un sector de la sociedad pueda acceder a nuevas y mejores oportunidades. La preocupación no es solo pensar en el presente sino también el en futuro, por ello, seguimos apostando en fortalecer de manera inmediata las necesidades más urgente pero duraderas en el sector educativo.







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