Los humedales son ecosistemas que existen en todo el mundo y albergan el 40% de la biodiversidad del planeta. Su importancia radica en que prestan servicios ambientales, además, actúan como filtros y esponjas que tienen la capacidad de absorber el excedente hídrico y reducir el impacto de las inundaciones y sequías, permitiendo con ello un mejor balance hídrico.
Sus aguas pueden provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. Entre los humedales costeros figuran los manglares, lagunas, arrecifes, entre otros. En el mundo, más de 1.000 millones de personas, que viven en zonas rurales y urbanas dependen de estos ecosistemas para subsistir.
De acuerdo con la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley 29763) son ecosistemas frágiles aquellos que, por su baja resiliencia o capacidad de retorno a sus condiciones originales, resultan inestables ante actividades producidas por los humanos, como la contaminación.
De acuerdo con cifras de las Naciones Unidas (ONU), el 40% de todas las especies vegetales y animales habitan o se reproducen en humedales. Son fundamentales para la agricultura y la pesca. Actúan como fuentes de agua y sistemas de depuración, y protegen nuestras costas.
Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales. Esta fecha sirve para conmemorar la elaboración de la Convención sobre Conservación de Humedales y Aves Acuáticas, conocida también como la Convención de Ramsar, la cual tiene como objetivo preservar aquellos humedales que son vitales a escala mundial. Sin embargo, la palabra celebración está muy lejos de la realidad debido a la situación que vienen atravesando estos ecosistemas en el Perú y en el mundo.
Los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques a nivel global. Solo en Latinoamérica y el Caribe, se ha perdido el 59 % de estas superficies entre 1970 y 2015. En Perú, existen evidencias de que varios humedales están experimentando sequías y degradación debido a una variedad de factores, que incluyen el cambio climático, la extracción de agua, la deforestación, la contaminación y el desarrollo urbano y agrícola. Algunos ejemplos de humedales en Perú que han experimentado sequías y degradación incluyen lagunas, pantanos y estuarios en diversas regiones del país. Estos humedales pueden estar experimentando una reducción en los niveles de agua, cambios en la vegetación, pérdida de biodiversidad y deterioro de los servicios ecosistémicos que proporcionan.
Esta situación es alarmante debido a que los humedales son los sumideros de carbono más eficaces de la Tierra. Cuando son desecados o quemados para la agricultura (situación que ocurre con frecuencia) pasan de ser un sumidero de carbono a una fuente de carbono, liberando a la atmósfera siglos de carbono almacenado. Las emisiones de CO2 de las turberas drenadas y quemadas representan el 10% de todas las emisiones anuales de combustibles fósiles.
Es importante resaltar que la degradación de humedales no solo genera consecuencias ambientales, sino también sociales y económicas, ya que estos ecosistemas son vitales para la regulación del agua, la biodiversidad, la pesca, el turismo y el sustento de las comunidades locales. En ese sentido, la monitorización continua, la investigación científica y la adopción de medidas de conservación y gestión sostenible son fundamentales para abordar los desafíos vinculados con la sequía y la degradación de los humedales en el país y garantizar su protección a largo plazo.
La escasa valoración de estos ecosistemas y el desconocimiento de su importancia por empresas tomadores de decisión, líderes y sociedad en general están poniéndolos en peligro y en una situación constante de riesgo. Para conservarlos, es clave un trabajo articulado entre Gobierno nacional, gobiernos regionales y locales a fin de actualizar conjuntamente la Estrategia Nacional de Humedales, que abarque mecanismos y proyectos para su implementación en todo el Perú, así como la generación de normativas y desarrollo de políticas públicas que contribuyan a su recuperación y protección.
La mejora de la gestión de los humedales aporta beneficios para la salud, la alimentación y la seguridad del agua, algo indispensable para la salud y el sustento de 4000 millones de personas que dependen de los servicios de los humedales, de acuerdo con la Perspectiva Mundial sobre los Humedales.
Humedales: Los mayores depósitos naturales de carbono del planeta
Las turberas, los manglares y los pastos marinos son los mayores depósitos de carbono. Solo las turberas cubren alrededor del 3% de la tierra de nuestro planeta y almacenan aproximadamente el 30% de todo el carbono terrestre, el doble de la cantidad que todos los bosques juntos del mundo, según data de la Convención sobre los Humedales (Ramsar).
Además, protegen las costas del cambio climático extremo. Los humedales costeros como las marismas saladas, los manglares, las praderas de pastos marinos y los arrecifes de coral actúan como amortiguadores. “Estos minimizan la intensidad de las olas, las mareas de tempestad y los tsunamis, protegiendo de las inundaciones, los daños materiales y la pérdida de vidas al 60% de la población que habita y trabaja en las costas”, según Ramsar.
¿Qué acciones ejecuta Perú para la protección de humedales?
Perú ha implementado una serie de acciones para la protección de los humedales, reconociendo su importancia ecológica, económica y social. Actualmente existen leyes y políticas que contribuyen en la protección y defensa de ecosistemas frágiles, como la Ley de Áreas Naturales Protegidas y el Plan Nacional de Humedales, ambos reconocen el valor de los humedales y determinan medidas para su gestión y protección. Para garantizar esta protección hay varios actores involucrados entres los cuales figuran: el Ministerio del Ambiente (Minam), el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales, entre otros.
Además, se llevan a cabo programas de monitoreo para evaluar el estado de los humedales y su biodiversidad, así como para detectar posibles amenazas y presiones sobre estos ecosistemas. Esto incluye el seguimiento de la calidad del agua, la flora y la fauna, y los cambios en la cobertura terrestre.
Sin embargo, aún no existe una sanción penal a las personas o empresas que atenten contra los ecosistemas frágiles, como los humedales. Para revertir este panorama se presentó el Proyecto de Ley 1241-2022-CR, que propone modificar el artículo 310 y 310-C del Código Penal, e incluir la protección de estos ecosistemas para la provisión de servicios ambientales. La norma castiga la vulneración de estos espacios y permite elevar los estándares de protección de los humedales.
A la fecha, la propuesta se encuentra en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, y en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología. Ninguna de las dos comisiones se ha pronunciado.
Los humedales desempeñan un papel fundamental en la salud del planeta y el bienestar humano. Su conservación y manejo sostenible son clave para garantizar la supervivencia de la biodiversidad, la mitigación del cambio climático y el desarrollo socioeconómico sostenible a nivel global.