Esto, entre otros problemas, ha generado una alarmante reducción de la presencia y el tamaño de este crustáceo, así como el desmesurado incremento de su precio en el mercado, denunció Blanca Chávez, propietaria de El Rocoto.
Por Rudy Chávez
rchavez@stakeholders.com.pe
En el Perú, en el caso del camarón de río, se ha observado una fuerte presión en sus poblaciones a causa de factores como la contaminación del recurso hídrico, el uso del agua para fines agrícolas, la extracción masiva del recurso por parte de los pescadores que residen en zonas aledañas y que tienen como único ingreso lo obtenido por la venta de este producto, y la pesca por métodos ilícitos.
Esto ha generado una alarmante reducción de la presencia y tamaño de este crustáceo, así como un aumento desmesurado de su precio en el mercado, abastecido por la pesca indiscriminada de esta especie en épocas de reproducción. En vista de ello, se han venido implementando los periodos de veda nacionales, sin ningún éxito.
Así lo afirmó Blanca Chávez, chef, investigadora gastronómica y propietaria del restaurante El Rocoto, quien aseguró que no existe en ninguna parte del mundo un camarón que tenga un sabor como el nuestro, a excepción del camarón de río de Tailandia, el cual tiene un sabor parecido al de nuestro ejemplar, aunque en ningún caso igual.
«El camarón de río data de 5000 a.C. y existía en el Perú desde Tumbes a Tacna. El camarón era la comida de los virreyes y se comía seco, porque recuerda que en esa época no había sistemas de refrigeración, así que platillos como la ocopa se comían con camarón seco», relató.
Según Blanca Chávez, las autoridades no se preocupan ni toman conciencia de que tenemos un producto extraordinariamente rico, alto en potasio y vitamina B12, del cual se puede preparar muchos platos, dentro de ellos el chupe de camarón, por el que está luchando para declararlo como plato bandera.
«Hace treinta y cuatro años, cuando nosotros iniciamos El Rocoto, el camarón de río era de 30 cm. Nosotros incluso poníamos el chupe en un plato y el camarón en otro. El Rocoto se hizo conocido precisamente por el camarón. Entonces, ¿cómo es posible que ahora, con veda incluida, haya poco camarón, de menor tamaño y a mayor precio?», criticó.
Chávez confesó que en aquella época ella realizaba hasta tres veces al año el extinto Festival del Camarón, resultando todos unos auténticos éxitos, debido a que el camarón era abundante, grande y costaba treinta soles el kilo, por los cuales la gente hacía cola. Sin embargo, con el tiempo, los camarones fueron haciéndose más escasos, más chicos y más caros, siendo por ello inviable la organización de más festivales del camarón.
«Cuando declararon la veda de la pesca del camarón de río en épocas de reproducción, todos estábamos felices y salimos en la prensa para decir que debíamos cuidar el camarón, pero en realidad la veda fue y es una burda pantalla. La primera vez que denuncié sobre la violación flagrante de la veda, recibí una llamada de amenaza para que no volviera a salir en ningún medio a hablar sobre eso», reveló.
La chef, investigadora gastronómica y propietaria del restaurante El Rocoto dijo que la veda no ha recuperado ni la población ni el tamaño original ni ha reducido el precio del camarón de río, principalmente porque gente inescrupulosa ha continuado pescándolo y vendiéndolo en épocas de veda a setenta soles el kilo.
«Estos descarados pescan camarones de río en la veda y luego los congelan para después especular con ellos en el mercado negro. Particularmente, yo no compro sus camarones congelados, porque estos han sido pescados violando la ley. ¡Estaría colaborando con la comisión de un delito!», denunció.
Blanca Chávez consideró que hay alternativas de consumo del camarón río en la época de veda, como son los camarones de criadero que está haciendo Tito Banchero en Tarapoto, donde se producen camarones del mismo tamaño y sabor que los que se consumen en el chupe.
«Obviamente, hay arequipeños que dicen que ese no es el camarón de río, porque el de río viene de diferentes tamaños (chicos, medianos y grandes), pero el de criadero vienen todos del mismo tamaño y tienen el mismo sabor que los camarones de río que se sirven en el chupe, porque se cocinan con el mismo coral del camarón», precisó.
Frente a este escenario, Blanca Chávez hizo un llamado para que el Ministerio de la Producción (Produce), la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) y, sobre todo, los medios de comunicación asumen un rol más efectivo en la lucha contra la violación de la veda, mediante la presión política, empresarial y mediática contra las autoridades del sur del país que tengan poblaciones del camarón de río, a quienes —está convencida— no les gusta que les estén llamando la atención públicamente.
«El Produce, la SNP y, especialmente, los medios de comunicación deben colaborar para que todos los gobiernos regionales, provinciales y locales del sur que tengan poblaciones del camarón de río, incluyan el objetivo de la recuperación y conservación de esta especie en sus planes de desarrollo, vigilando que cumplan con sus metas de repoblamiento y preservación», exhortó.