Miguel Castañeda, Director del Centro de Estudios e Investigación Catalyst Social Management y autor del libro “Modelo de la Gestión Social para Proyectos Extractivos”, conversó con Stakeholders sobre la aplicación del modelo de aulas invertidas y su efecto en el mundo corporativo. Este modelo pedagógico e innovador busca romper con los paradigmas del esquema tradicional, y en su aplicación dentro de las empresas promete elevar la productividad de los colaboradores.
¿En qué consiste el modelo de aula invertida?
Es un modelo totalmente distinto al esquema en el cual hemos sido formados. En el sistema tradicional un profesor llega al aula, expone, explica, pregunta y deja tareas para hacerlas en casa. En el aula invertida, las clases comienzan fuera del aula. Y es a través de medios como las tecnologías de la información y comunicación (TICs) que se le brinda al alumno los textos, audios, videos o enlaces para que investigue en casa, antes de la clase. De esta forma, él llega a la clase con un conocimiento previo y apto para desarrollar nuevas habilidades y mayores conocimientos. Con este mo delo, además, se promueve la discusión positiva y el trabajo en equipo.
¿Qué beneficios trae este modelo para los alumnos?
La pedagogía tradicional se enfoca en competencias muy básicas del aprendizaje; busca desarrollar habilidades para recordar y comprender aspectos que, hoy en día, los tienes a mano desde cualquier dispositivo electrónico con acceso a web y redes sociales. En el aula invertida se desarrollan competencias de mucho más profundidad y a mayor nivel; se desarrolla la creación sobre la base de ideas nuevas, la evaluación de lo aprendido en casa, el diseño de instrumentos o estrategias sobre la información recogida y la aplicación práctica.
Todo ello, contribuye a desarrollar niveles del cerebro con otra dimensión de exigencia del alumno, que satisfacen emocionalmente al estudiante.
¿Y para el profesor?
El profesor pasa de ser un expositor a ser un promotor y animador de conocimientos nuevos sobre la información previa, recogida en casa. Su rol es facilitar las nuevas creaciones a través de la discusión grupal; anima al alumno y lo va empoderando en procesos de trabajo en equipo y liderazgo colaborativo.
Esto difiere del rol de los docentes tradicionales. Sin embargo, el docente debe estar calificado para gestionar, positivamente y con alta productividad, la dinámica del caos que se presente durante la clase. El mundo ha cambiado vertiginosamente, así que se debe replantear el esquema tradicional de educación que ya está agotado.
¿Hay algún caso emblemático de este modelo en el mundo?
Este esquema se desarrolló y se viene aplicando en el mundo desde hace aproximadamente 10 años, incluso existen docentes investigadores que están trabajando con ello. Su aparición es producto del continuo análisis y reflexión de los modelos educativos actuales. Dicen que este modelo nació fortuitamente, a través del hallazgo de los profesores Jonathan Bergmann y Aaron Sams, quienes laboran en el Instituto Woodland Park en Colorado, EE. UU. Los docentes, en el 2007 crearon un software para grabar presentaciones en Powerpoint. Publicaron estas lecciones en internet para los alumnos que no habían podido asistir a las clases anteriores, con la finalidad de ponerlos al día. El resultado fue tan positivo que empezaron a trabajar de esta manera. Las lecciones online se fueron ampliando con mayor recurrencia y ahora dictan conferencias y capacitan sobre el modelo.
Conceptualmente también hay que destacar el trabajo de Ken Robinson en su célebre texto “El Elemento”; donde nos narra historias y estrategias que se orientan a implementar una pedagogía distinta, acorde a nuestros tiempos. Sin embargo, en la actualidad, solo hay un caso real muy relevante, en el colegio Shireland Collegiate Academy de Inglaterra, considerado como uno de los 11 centros más innovadores del mundo.
¿Se está aplicando este modelo en Perú?
Hay un esfuerzo por desarrollarlo en dos colegios privados en nuestro país, y están dando resultados muy positivos. Sin embargo, continúa siendo la extrema minoría. Es el momento para que el Ministerio de Educación empiece a considerar estos nuevos esquemas y enfoques educativos que cuestionan el actual modelo. Ahora con el vertiginoso avance de la TICS y la web 3.0, estamos perdiendo una valiosa oportunidad al no desarrollar algunos pilotos en diferentes regiones de nuestro país, que tienen condiciones para ello.
¿Qué implica aplicar un modelo así (infraestructura, tecnología, capacitación, etc.?
El esquema es muy sencillo, pero requiere la destreza del docente quien también debe ser un acucioso investigador para poder resolver las potenciales crisis que se pueden presentar en un aula con escaso manejo del docente facilitador. Debido a que todos los alumnos traen información distinta, con diversos enfoques, producto de su investigación previa, el aula se convierte en un “caos controlado”, altamente productivo para el aprendizaje. El aula debe ser diseñada para la discusión y el trabajo grupal, se debe tener acceso a la tecnología digital, espacio de donde se recoge la información y ciertamente, el entrenamiento en habilidades de facilitación e investigación para los docentes debe ser una prioridad.
¿Es posible llevar este modelo a todos los niveles educativos, o hay algún nivel educativo en que funcione mejor que en otro?
Claro que es posible. Nuestro Centro de Estudios e Investigación Catalyst Social Management lo está implementando en los cursos y diplomados y los resultados han sido altamente productivos. Los alumnos llegan con información previa y se han concluido en entregables que le ha permitido al alumno un aprendizaje aplicado altamente significativo para sus intereses. En los niveles básicos primarios y secundarios, ciertamente, también es posible. Es más, creemos que desde allí debe empezar a aplicarse el modelo.
¿Cómo se adapta el modelo a los diferentes contextos y realidades (pensemos por ejemplo en la región selva del Perú)?
En estos espacios si se tiene un desafío particular. Ello debido a que parte del proceso educativo implica acceso a internet y medios electrónicos. El Estado, en todos sus niveles, con el liderazgo del Ministerio de Educación debe analizar estas debilidades para resolver positivamente su desarrollo. En las ciudades intermedias de la zona rural, creemos que sí es posible ya que el acceso a internet existe.
¿Cuáles son las dificultades de aplicar este modelo?
Lo primero, es contar con un docente facilitador bien entrenado. Este docente debe desaprender algunas lógicas tradicionales con las que viene equipado desde su formación técnica primigenia; porque no le van a servir de mucho en el enfoque discursivo y poca capacidad a recibir cuestionamientos a sus conocimientos. El alumno viene con mucha información. Lo segundo es que se debe tener un aula apropiada para la discusión y el trabajo en equipo. Debe estar plagada de estímulos pedagógicos que motiven al alumno a la discusión. Lo tercero, es que las TICs son una obligación.
Se debe tener acceso a internet, también para la consulta, la revisión, la discusión y la elaboración de los entregables finales. Y finalmente, debe existir un compromiso genuino desde las más altas autoridades de la institución educativa para dar todas las facilidades a la implementación de este modelo, que puede ser cuestionado por docentes tradicionales.
El aula invertida hace que sea imprescindible cerrar la brecha digital. En el caso del Perú, en las grandes ciudades costeras y en las más importantes ciudades de la sierra y selva, este tema ya no es una traba. También existe conexión en las pequeñas ciudades intermedias rurales. Personalmente he trabajado en diferentes partes del país, incluso en zonas remotas y el acceso a internet es una constante. Sí se requiere mejorar la infraestructura tecnológica, para la regularidad y velocidad en algunos ámbitos masivos, pero ello es decisión política que estoy seguro será resuelto los próximos años.
Desde hace algunos años se está discutiendo la efectividad de las tareas, ¿cómo aborda este tema las aulas invertidas?
Las tareas en este modelo prácticamente desaparecen o se reducen a su mínima expresión debido a que la investigación es previa y en el aula se consolida el conocimiento. Las tareas son parte de un esquema tradicional, no de las aulas invertidas.
¿Cómo es el proceso de evaluación en este modelo? ¿Cuál es su eficiencia?
El proceso es mucho mayor y continuo. Durante las intervenciones se va evaluando el desempeño. Así los alumnos van perdiendo el miedo a la participación activa y se empoderan con habilidades discursivas y presentaciones masivas; aquí se gestan los mayores liderazgos. No deja de existir la evaluación final, pero se complementa a una exhaustiva evaluación por participación activa durante el “caos controlado”.
¿Cuán efectivo viene siendo esto en la dinámica corporativa?
He trabajado en el mundo corporativo durante 25 años y uno de los temas a los que me he enfrentado, tanto en equipos como con los stakeholders con quienes he negociado, es la carencia de aprendizajes significativos. Solo con aquellos profesionales de mucha experiencia de campo, este tema está resuelto; pero cuando el alumno recién egresado ingresa a trabajar a una empresa, tiene una curva de aprendizaje que el modelo tradicional no lo resuelve.
Con el aula invertida ya salen con habilidades de investigación y trabajo en equipo que fomenta el liderazgo participativo y rotativo. Por otro lado, los gerentes de Recursos Humanos y Desarrollo de Talento de las empresas vienen cuestionando los resultados de los modelos educativos tradicionales de postgrado. Saben que lo más importante es la experiencia de campo, debido a que los modelos educativos tradicionales, incluso aquellos que presentan las más importantes Escuelas de Negocio se nutren de mucho marco teórico. Esta información teórica y más de un caso práctico, ya lo encuentras en internet y hasta la puedes bajar gratuitamente. Otro aspecto que preocupa es que los alumnos de estas escuelas, no salen investigadores ni están permeables a metodologías blandas que nutren la participación activa y la colaboración. El modelo tradicional no lo fomenta, y las empresas exigen mucha colaboración al interior.
Hemos capacitado durante este último año a dos empresas de regular dimensión económica, con este modelo y el aprendizaje ha añadido un valor verificable a dichas empresas en el desempeño de sus colaboradores.