Soledad Izquierdo
Vicepresidente de Políticas Públicas, Comunicaciones y Sustentabilidad de Coca-Cola para el Sur de América Latina
Sabemos que una parte de esos residuos provienen de nuestros envases. Somos parte del problema y asumimos la responsabilidad y el compromiso de ser parte de la solución.
Del total de los residuos sólidos urbanos –en ciudades de más de 100 mil habitantes-, el plástico representa entre un 15 % y un 19 %. Y de este porcentaje, el PET –que es 100 % reciclable y es el material que utilizamos para nuestras botellas– es un 60 %. Es decir que, si lográramos sacar todo el PET de la basura, estaríamos reduciendo algo más de un 10 % del desperdicio.
El problema de los residuos plásticos es inmenso y nos involucra a todos. Para darle solución, necesitamos repensar la economía y cómo definimos el progreso en nuestra sociedad. Así, la respuesta a esta problemática está anclada en el enfoque de la economía circular, una economía reparadora y regenerativa. Se trata de tomar la decisión de producir y consumir de manera que el valor de los materiales y de los productos se mantenga durante el mayor tiempo posible, y el uso de los recursos y la generación de residuos se reduzcan al mínimo.
Evolucionar hacia una economía circular necesita mucho más que disminuir el impacto de la economía lineal, representa un cambio total del sistema, desde quienes diseñamos productos y procesos, hasta los consumidores. En el caso del plástico, este enfoque brinda respuestas técnicas porque permite recuperar y restaurar productos, componentes y materiales a través de la reducción de materia prima usada y su reutilización para convertirla en material reciclado.
En la Compañía Coca-Cola, queremos vivir en Un Mundo Sin Residuos. Ésa es la visión que estamos haciendo realidad a través de un plan holístico, centrado en reducir nuestro impacto a lo largo de todo el ciclo de vida del envase, desde su diseño hasta su recolección, reutilización y reciclado.
Actualmente, el 56 % de los empaques que ponemos en el mercado a nivel mundial, es reutilizado o reciclado de la mano de organizaciones de la sociedad civil. Estamos comprometidos con una meta aún más desafiante para el 2030: llegar al 100 %. Las campañas de promoción de los empaques retornables son, además, un modo de concientizar sobre el cambio de hábitos aún muy arraigados.
Queremos también que la totalidad de nuestros envases seas reciclables para 2025 (en el sur de Latinoamérica, ya estamos en el 96 %). Además, seguimos reduciendo la cantidad de plástico que usamos haciendo nuevas botellas, parcial o totalmente, a partir del plástico reciclado.
Somos muy conscientes de que estos desafíos no los podemos abordar solos. Estamos trabajando con gobiernos, ONG y comunidades en múltiples iniciativas.
En 2018, nos unimos a otras 150 compañías para firmar el Compromiso Global de la Nueva Economía de Plásticos de la Fundación Ellen MacArthur y la ONU, y dimos el primer paso al transparentar la cantidad de plástico que utilizamos para nuestros envases. Esta alianza se traducirá, además, en metas y acciones ambiciosas que mostrarán cómo los negocios, las comunidades y los gobiernos pueden rediseñar la economía global de manejo de residuos hacia una economía circular.
No hay excusas, el compromiso es hoy y sabemos que el cambio empieza con cada uno de nosotros. Es el momento de actuar para que #UnMundoSinResiduos sea posible.
- [1] EuroMonitor International Global Packaging Market 2017