Por: Rubén Valle
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La transición hacia diferentes ensayos de lo que debería ser una economía verde o una economía sustentable y sostenible, ya es una realidad. En la actualidad el criterio ambiental está presente en los diferentes niveles de toma de decisión, tanto en la esfera pública como en la privada. Si bien en nuestro país hay un boom de empresas socialmente responsables o emprendimientos sostenibles que empujan cada día más hacia cambiar las forma de hacer las cosas en el entorno corporativo, por la incipiencia de estas iniciativas algunas se vienen dando de forma desarticulada, se mantienen en lo superficial (muchas veces no cumpliendo aspectos básicos normativos del estado peruano) o muchas buenas ideas no trascienden el papel por falta de financiamiento, apoyo del Estado o intereses del mercado.
Quienes han apostado por estas, denominadas también, nuevas economías por tendencia suelen ser las generaciones de emprendedores más jóvenes. Ellos han comprendido que, para hacer una incidencia desde el sector privado, muchas veces es mejor emprender de cero en el ámbito de los negocios, pero con un firme propósito de incidir positivamente en el ambiente, la economía y la sociedad. Además, buscan generar resultados positivos que puedan servir de motivación tanto a grandes empresarios como inversionistas de que si se puede ser rentable con modelos de negocio sostenibles.
Las empresas que están desarrollando estas nuevas propuestas suelen denominarse de diferentes maneras: negocios ganar-ganar, empresa socialmente responsable, empresa social, entre otros. Ian Sznak, director ejecutivo de Sistema B -empresa en Perú que es parte de un movimiento global de organizaciones que buscan darle soporte, evaluación y certificación a este tipo de iniciativas- define a la empresa social como aquella que busca un impacto positivo para el ambiente o la sociedad desde la actividad económica de su core de negocio, persiguen fines de lucro, pero desde un inicio el criterio de sostenibilidad está presente, a diferencia de iniciativas que asumen este proceso como posterior a lograr la rentabilidad.
Por otro lado, Sznak describe otros tipos de asociaciones empresariales o del tercer sector que tienen objetivos similares a las empresas sociales: las asociaciones sin fines de lucro que tienen modelos de gestión autosostenibles en el aspecto económico y que intrínsecamente buscan impactar y aportar positivamente a la sociedad y/o el ambiente, y las empresas socialmente responsables que son las que tienen un área destinada a desarrollar proyectos, no necesariamente relacionados a su core de negocio, que generen un impacto positivo en sus área de influencia. Sin embargo, considera que las iniciativas que no tienen una evaluación constante de sus impactos o alguna certificación que avale la sustentabilidad de su actividad se quedan en lo declarativo, a diferencia de, por ejemplo, la propuesta de Sistema B.
FACTORES CLAVE PARA EL DESARROLLO DE EMPRESAS SOCIALES
Si bien en nuestro país aún no existe el entorno necesario para que se desarrollen profusamente estas iniciativas, como beneficios económicos, regulaciones normativas o una apuesta general desde el estado, hoy en día vemos que el entorno empresarial está tendiendo, unos más tímidos que otros, a alinearse a este paradigma que poco a poco va forjándose. Sin embargo, para Sznak, esta falta de cambios concretos, hace incierto que estos emprendimientos sociales perduren en el tiempo.
Entonces, el escenario actual que tenemos se debe más que nada a factores dependientes de las demandas actuales de distintos actores de la sociedad: la firme convicción de empresarios que rompen el paradigma de “la rentabilidad primero” y “ser sostenibles es difícil” al ser conscientes de las consecuencias que puede tener su actividad en el ambiente y la sociedad, tener una visión de negocios de largo plazo y un sentido de retribución hacia la sociedad que hace su negocio posible; la presión social de los consumidores para que las empresas tengan un ejercicio más transversal con respecto a su impacto ambiental y social; y un talento humano distinto, compuesto por una nueva generación (a veces llamados millennials) de trabajadores que buscan que su labor profesional aporte a la sociedad, ellos quieren “que el lugar donde trabajan tenga sentido de propósito, que realmente sean transparentes, que manejen el accountability”, enfatiza Sznak.
EMPRESAS QUE TRASCIENDEN
En este contexto, algunas empresas sociales van más allá de cuidar el impacto intrínseco de su actividad, para volverse agentes de cambio con incidencia política en muchos aspectos, como en el desarrollo o impulso de políticas públicas. Ian Sznak considera que este carácter de las empresas sociales ha sido consecuencia de ser precursoras en estas acciones y un sentido común de interdependencia para afrontar estas transformaciones del mercado junto a otros emprendimientos, lo que logra que se abra camino para las demás.
Aunque por otro lado reconoce que hay empresas que sí asumen un compromiso de activismo político y social desde sus trincheras. Aparte de este nuevo “ecosistema de iniciativas”, Sznak reafirma que “también hay empresas mucho más tradicionales que comenzaron con una lógica de responsabilidad social y cada vez más alinean su actividad a conceptos de sostenibilidad, y definitivamente tienen una intención de generar incidencia, buscar alianzas, y cooperar”.
Para llegar a este horizonte ideal debe haber un proceso de transformación de doble vía en las organizaciones. Primero interno, en el que la organización asuma sus responsabilidades frente a sus stakeholders, para luego, en segundo lugar, poder dar paso a un trabajo articulado y colaborativo en el entorno empresarial y social. Sznak opina que es importante que las organizaciones se reconozcan interdependientes, que tengan la intención de hacer comunidad.
Solo ello será un signo visible de la intención de alcanzar objetivos más ambiciosos en cuanto a la conservación del medio ambiente y el desarrollo social, pero sobre todo será un paso necesario para generar las condiciones habilitantes para un entorno de colaboración y co-creación entre el sector el sector público, la sociedad civil, el sector privado, la academia, los inversionistas, entre otros relevantes actores.
“¿Qué cosas son las condiciones habilitantes? Es trabajar en políticas públicas, es trabajar con empresas grandes, tradicionales, para que también generen procesos de cambio, es trabajar con inversionistas. Hoy hay la alta tendencia de que inversionistas de impacto buscan tener en sus carteras a empresas que de alguna manera ya estén generando algún impacto social o ambiental”, enfatiza Sznak. Además, recalca el rol de la academia en cuanto a la investigación y la generación de evidencia sobre los nuevos procesos y formas de hacer empresa, para poder acercar este conocimiento a los ciudadanos e incidir en ellos como consumidores y sociedad civil organizada, de forma que comprendan que hay otras alternativas económicas, y que puedan exigir, cuestionar y denunciar cuando una empresa no está comprometida con su bienestar.
EMPRESAS SOCIALES | ||
Core | Propósito | |
Shiwi | Comercio de productos alimenticios presentes en áreas protegidas. | Sostener económicamente a personas que trabajan en armonía con la naturaleza y son guardianes de áreas protegidas. |
Libélula | Servicio de consultoría integral para incorporar la sostenibilidad ambiental y la visión del cambio climático en las organizaciones. | Llevan adelante innovadores proyectos que articulan a diversos actores sociales en el diseño de políticas y acciones para construir frente al cambio climático. |
Evea | Empresa social de calzado que desarrolla biomateriales sostenibles a partir del látex del árbol de Shiringa. | Promueve un comercio justo y empodera económicamente a las comunidades recolectoras de Shiringa. |
Simba | Procesamiento de residuos orgánicos de la actividad gastronómica para la producción de alimento para ganado porcino. | Promueve el comercio justo y mejora las condiciones de mercado de recicladores, porcicultores urbanos y restaurantes. |
Inka Moss | Extracción de Sphagnum Moss, una especie de musgo con propiedades de sustrato vegetal y
aislante térmico. |
Involucra en sus actividades a personas en extrema pobreza, recupera zonas eriazas para la producción del musgo y mediante ello buscan revalorizar las tierras comunales. |
Nómades | Artesanía contemporánea manufacturada por familias artesanas peruanas. | Prácticas de comercio justo con artesanos, formación en gestión, diseño y herramientas tecnológicas, y posicionamiento del trabajo de estos en los mercados internacionales. |