Según la Unesco, el desarrollo sostenible empieza por la educación, y la incorporación de la educación ambiental al proceso de enseñanza aprendizaje constituye un reto para los sistemas educativos, un reto que se debe enfrentar.
POR DIEGO ESTRADA
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El Ministerio de Educación (Minedu) con apoyo del Ministerio de Ambiente (Minam) han venido trabajando diversos puntos en el ámbito de educación ambiental, como la elaboración de diversos materiales que orientan el trabajo de los docentes en temas específicos: la estrategia pedagógica MARES: Proyecto Manejo de residuos sólidos en las Instituciones Educativas, los ESVI: Espacios de vida, entre otras.
En educación universitaria, se ha promovido la aplicación de la Matriz de indicadores de sostenibilidad ambiental para universidades que es un instrumento que mide el grado en que las universidades han incorporado la dimensión ambiental en el quehacer universitario, y se ha promovido la elaboración de su Comité Ambiental, su política y plan ambiental, así como la formación de grupos ambientales estudiantiles.
Según Silvia Mori, directora de Educación y Ciudadanía Ambiental del Minam, comenta que hasta la fecha se ha conseguido que más de 160 gobiernos locales implementen programas municipales de educación, cultura y ciudadanía ambiental; que en el 55 % de hogares urbanos al menos un miembro separe residuos sólidos, y que 75 universidades estén asociadas a la Red Ambiental Interuniversitaria (RAI). Desde el año 2017 hasta la fecha se han realizado más de 50 campañas de educación e información ambiental implementadas a nivel nacional, en el marco de la estrategia nacional “Perú Limpio”.
Mori también afirmó que el Perú es uno de los pocos países en América Latina que cuenta con una Política Nacional de Educación Ambiental (PNEA) y un Plan Nacional de Educación Ambiental (PLANEA); sin embargo ,los principales obstáculos, según la vocera, se deben a que los cambios de comportamiento orientados al consumo y producción sostenible son procesos continuos que involucran a diversos actores desde el gobierno central, los gobiernos locales, la sociedad civil, empresas, las organizaciones juveniles, entre otros. Por ello se requiere de un trabajo articulado y permanente entre todos los actores, a fin de promover las buenas prácticas ambientales en la ciudadanía.
Por otro lado, Jhoanna Alfaro, presidenta de ProDelphinus, asegura que uno de los principales problemas es la centralización, puesto que asegura que muchas entidades que trabajan en el tema de educación ambiental aún no llegan a zonas alejadas de la capital. “Contamos con pocos educadores que ven el tema ambiental, y por lo general suelen quedarse en las grandes ciudades”, afirmó Alfaro.
Para Alfaro, esta problemática debe trabajarse desde la sociedad civil, gobierno, y todas las organizaciones necesarias, pues nunca habrá suficientes educadores para todas estas personas que hoy en día necesitan de esta educación con un enfoque ambiental, con el fin de que todos sepan por qué es importante cuidar el medio ambiente, cómo lo pueden hacer y sobre todo que se incentive a jóvenes y adultos a proponer nuevas maneras de cuidar el entorno y protegerlo.
En definitiva, no salvaremos al mundo en el que vivimos apagando tan solo una bolilla de luz o teniendo alguna que otra planta en el hogar si esta situación no encuentra alternativas que permitan brindar un mayor alcance y avanzar en materia de educación ambiental.