
En el Perú, reducir el déficit habitacional, estimado en alrededor de 1 millón 800 mil viviendas, según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), requiere no solo más obras, sino construcciones de calidad que resistan el paso del tiempo.
Actualmente, se deberían construir cerca de 200 mil viviendas al año para cerrar esa brecha. En un país con costa, sierra y selva, elegir el cemento adecuado para cada entorno se vuelve clave para garantizar que esas viviendas sean seguras, duraderas y de bajo costo de mantenimiento.
- Construcciones en zonas costeras o de alta humedad y salinidad
En ciudades como Lima o en viviendas de playa, la salinidad y la humedad constante pueden deteriorar las estructuras más rápido de lo esperado, se recomienda cementos resistentes a sulfatos y cloruros. “Por ejemplo, uno con características que proteja contra el ataque de sales y humedad, previniendo el salitre y la corrosión. Este tipo de producto es ideal para construcciones de viviendas en la playa, muelles, piscinas y plantas industriales”, comenta Robert Albán, director Comercial Cemento Gris de Holcim Perú.
- Obras que requieren habilitación rápida o desencofrado veloz
Para remodelaciones, trabajos en zonas de alto tránsito o proyectos con plazos ajustados, lo ideal es un cemento de fraguado acelerado, que alcance alta resistencia inicial y permita desencofrar en menor tiempo. Este tipo de producto es ideal para losas, columnas, vigas, prefabricados y reparaciones urgentes, donde cada hora cuenta para cumplir los plazos.
- Viviendas y construcciones generales sin requerimientos especiales
En obras sin condiciones extremas, pero que exigen buen rendimiento y resistencia a largo plazo, la mejor opción es un cemento hidráulico de uso general. Estos cementos de alta resistencia funcionan bien en viviendas urbanas, obras viales e infraestructura en general, ofreciendo un balance entre durabilidad y versatilidad.
- Proyectos de albañilería, pegado de cerámicos y acabados finos
En tarrajeos, enchapes y trabajos de detalle, la clave está en lograr una adherencia sólida y un acabado uniforme. En estos casos, conviene utilizar cementos diseñados para trabajos no estructurales, que faciliten un acabado perfecto y reduzcan el riesgo de fisuras, optimizando el tiempo y la calidad en los acabados, señala Albán.
- Construcciones en zonas rurales y proyectos mixtos
En áreas con humedad constante, cambios de temperatura o climas fríos, es recomendable un cemento que reduzca la fisuración, mejore la trabajabilidad y mantenga un buen desempeño estructural en losas, columnas, vigas y morteros. Este tipo de cemento aporta versatilidad y asegura un rendimiento confiable incluso en entornos exigentes.
En resumen, cada obra requiere un cemento que se adapte a sus condiciones y exigencias. Evaluar el clima, la ubicación y el tipo de proyecto prolonga la vida útil de la construcción, reduce costos y asegura calidad. Antes de empezar, es clave asesorarse con un profesional para elegir el material más adecuado y garantizar seguridad y durabilidad.