Por Astrid Cornejo
Docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima
Entonces, vayamos por partes. El término fue creado por John Mackey, fundador y CEO de Whole Foods, y Raj Sisodia, profesor en Babson College, autores del libro Conscious Capitalism: Liberating the Heroic Spirit of Business. Este término pretende motivar a los CEO, CFO, accionistas, líderes y negocios a reinventarse, y les brinda cuatro principios básicos:
Un propósito más elevado. Las empresas, de cara al futuro, van más allá de hacer dinero y definen la ética como modelo de gestión. Su propuesta, su producto o servicio crean valor y tienen un impacto social positivo. Son conscientes y responsables del impacto ambiental que generan. Sobre todo, son empresas que gestionan el triple resultado (económico, social y ambiental).
Una cultura consciente. Valores como la transparencia, la igualdad, la integridad, la confianza y el respeto son el eje de conducta de una empresa consciente. Empodera a sus colaboradores para que trabajen comprometidos con un propósito más elevado. Se preocupa por los grupos de interés, sin dejar de mantenerse fiel a sus valores.
Un liderazgo consciente. ¿Quién o quiénes llevan el liderazgo? El CEO es clave para la transformación del negocio y la motivación interna de los colaboradores. El CEO de una empresa consciente es visionario, comprometido, y siente pasión por lo que hace. Es conocedor de su negocio y es consciente del corto, mediano y largo plazo.
Las partes interesadas o stakeholders. Las empresas conversan más de cerca con sus partes interesadas, generan espacios de escucha, promueven relaciones win to win y fortalecen la confianza.
Empresas globales que han plasmado algunos de estos principios son: Patagonia, Google, Starbucks, Unilever, Whole Foods Market. En Perú, contamos con Sinba y Hoseg, entre otras.
En este sentido, líderes como Larry Fink, CEO de BlackRock, reflexionan sobre los problemas que enfrenta el mundo y sobre cómo las empresas se adaptan. Incluso, Ed Freeman, el creador de la Teoría de Stakeholders, llega a darle al capitalismo un cariz de consciencia al definirlo como “la forma más exitosa de cooperación social humana jamás creada”.
Es decir, un propósito donde no solo cuentan los accionistas, sino también los colaboradores y demás involucrados: sociedad, comunidad, clientes, proveedores. Un propósito que cambia el discurso del egoísta ‘yo’ al solidario ‘nosotros’, que hace que las empresas justifiquen su existencia al generar beneficios. Un propósito donde todos ganan, donde importa el cómo lo hago, cómo mejoro la calidad de vida de las personas, cómo genero un valor que rinda en el marco del triple resultado y cómo intento despertar la consciencia de los altos ejecutivos.
En el llamado capitalismo consciente, sostenibilidad o responsabilidad social – pongámosle el nombre que decidamos–, lo importante es comprometernos a ser responsables de las propias acciones y a gestionarlas en el corto, mediano y largo plazo; y tomar acciones para contribuir a lograr empresas más responsables, profesionales más conscientes y empresas más sostenibles.