Por Stakeholders
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El estreno de Zootopia 2 en China ha trascendido la pantalla y encendido alertas sanitarias y legales. La popularidad del personaje Gary De’Snake ha impulsado una tendencia inesperada: la compra de serpientes venenosas como mascotas, una moda exótica que evidencia el poder de la cultura pop para moldear decisiones de consumo con consecuencias reales.
La adquisición masiva de estos reptiles, promovida en plataformas digitales con mensajes que los vinculan directamente al personaje animado, ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de los marketplaces, la seguridad pública y los vacíos regulatorios que facilitan este tipo de comercio.
«Zootopia 2”: la peligrosa moda de la «víbora de bambú»
El auge se concentra en la llamada “víbora de bambú”, una especie venenosa cuya estética ha sido asociada a Gary De’Snake. Anuncios en redes y plataformas de compraventa la describen como “la misma que Gary”, atrayendo a compradores sin experiencia ni conocimiento de los riesgos.
Aunque algunas provincias chinas presentan climas que favorecen su supervivencia, estos animales requieren entornos controlados y cuidados especializados; su tenencia doméstica expone a propietarios y terceros a mordeduras y accidentes evitables.
En el plano normativo, la situación revela ambigüedades: la “víbora de bambú” no figura como especie prohibida, lo que permite su venta pese a restricciones generales sobre la cría de serpientes.
Las regulaciones vigentes no contemplan el dinamismo del comercio en línea ni la demanda inducida por fenómenos culturales. Autoridades monitorean anuncios en plataformas como Douyin y Xiaohongshu, mientras evalúan mecanismos para contener la tendencia y reforzar la fiscalización.
Impacto social y llamado a la prevención de la especie de víbora en China
Especialistas advierten que, aunque muchas mordeduras no son mortales, sí provocan lesiones graves y costos sanitarios prevenibles. El fenómeno expone una toma de decisiones impulsiva, alimentada por la fascinación estética y la viralidad, que exige respuestas integrales: educación pública, mayor control de plataformas y actualización del marco legal.
Más allá de su éxito en taquilla, Zootopia 2 reaviva una discusión clave sobre la interacción entre cine, cultura y comportamiento humano. El llamado es claro: anticipar riesgos, proteger a las personas y evitar que una moda mediática derive en un problema de salud pública.
