Donald Trump, en su regreso a la Casa Blanca como el 47.º presidente de Estados Unidos, no perdió tiempo para cumplir sus promesas de campaña relacionadas con la inmigración. En su discurso de investidura, anunció un paquete de medidas que incluye la declaración de emergencia nacional en la frontera con México, deportaciones masivas, y el fin de programas que facilitaban la entrada legal de migrantes al país.
Trump calificó estas acciones como el inicio de una «era de fortaleza» para Estados Unidos, prometiendo frenar lo que describió como una «invasión» de migrantes en la frontera sur. «Es el fin del declive. Vamos a repeler esta invasión con todas las herramientas disponibles», afirmó.
Declaración de emergencia y militarización de la frontera
Entre las primeras acciones del nuevo gobierno republicano destaca la declaración de emergencia nacional en la frontera con México. Esto permitirá movilizar contingentes militares para reforzar la vigilancia y dificultar el ingreso de migrantes. Además, Trump anunció la reactivación de su polémico programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a esperar fuera de Estados Unidos mientras se resuelven sus casos.
El mandatario también prometió intensificar las deportaciones, afirmando que «millones y millones de extranjeros criminales serán enviados de vuelta a sus países de origen». Estas declaraciones, aunque celebradas por algunos sectores conservadores, han generado preocupación en México y en organizaciones pro derechos humanos.
Adiós a CBP One y restricciones al asilo
Trump puso fin a la aplicación CBP One, una herramienta utilizada durante la administración de Joe Biden para programar citas en los puertos de entrada y permitir la entrada legal de migrantes. Este programa, que ayudó a regularizar la situación de alrededor de un millón de personas, fue descrito por la nueva administración como una política «permisiva» que contribuyó al descontrol en la frontera.
Además, el gobierno republicano planea restringir el acceso al asilo, suspender el programa de refugiados y eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento. Estas medidas representan un cambio drástico en comparación con las políticas de su predecesor y ya han sido duramente criticadas por defensores de derechos migratorios.
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Trump planea designar a cárteles como organizaciones terroristas
Otro punto clave del discurso inaugural de Trump fue el anuncio de que designará a los cárteles de la droga, incluidos grupos como el Tren de Aragua, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta medida busca ampliar las herramientas legales para combatir el narcotráfico, pero también podría tener implicaciones en la relación diplomática con países vecinos como México y Venezuela.
«El Tren de Aragua y otras bandas criminales serán tratadas como lo que son: una amenaza para nuestra seguridad nacional», subrayó Trump.
Reacciones y tensiones diplomáticas tras anuncios de Trump
Las declaraciones de Trump han generado reacciones inmediatas. El gobierno de México, liderado por Claudia Sheinbaum, expresó su preocupación ante las “medidas unilaterales” adoptadas por la Casa Blanca y aseguró que buscará mitigar el impacto de estas políticas en las comunidades fronterizas.
Por otro lado, organizaciones de derechos humanos y activistas han condenado estas acciones, advirtiendo sobre las posibles violaciones a los derechos de los migrantes y el aumento de tensiones en la región.
El regreso de Trump al poder marca el inicio de un mandato que promete endurecer las políticas migratorias y desmantelar avances logrados durante la administración anterior. Con estas medidas, el presidente busca consolidar su visión de un Estados Unidos cerrado a la inmigración irregular, pero abierto al debate global sobre los derechos humanos y las tensiones fronterizas.