Por Stakeholders
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Un significativo paso se ha dado desde las grandes entidades financieras en Europa a favor de la lucha contra el cambio climático. Tres bancos han decidido dejar de financiar actividades extractivas que se realizan en la Amazonía ecuatoriana.
De acuerdo a las organizaciones Amazon Watch y Stand.Earth, BNP Paribas, Credit Suisse e ING son las tres instituciones que se convierten en los primeros bancos comerciales que determinan dejar de subvencionar este tipo de actividades en la Amazonía.
Es a raíz de un informe que realizaron estas organizaciones donde se revela que los bancos europeos financiaron con 10 mil millones de dólares la exportación de petróleo de las Cuencas Sagradas de la Amazonía a Estados Unidos, que surge esta ‘respuesta’ y que compromete a estas entidades a contribuir en el contexto de la crisis climática.
En el informe, Marlon Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía ecuatoriana (CONFENIAE), declara que “hacemos un llamado a todos los demás bancos para que dejen de financiar la extracción de petróleo y el comercio del crudo amazónico, y, en su lugar, inviertan en alternativas económicas sostenibles para nuestros países y comunidades”.
Asimismo, en este documento se menciona que los tres bancos eran desde donde, justamente, provenía el 50% de financiamiento al comercio de petróleo amazónico. UBS, Natixis y Rabobank, son los otros tres bancos del que parte un 35% de financiación.
“Durante demasiado tiempo, la industria petrolera ha causado estragos en nuestros pueblos, violado nuestros derechos, talado nuestros bosques, ocupado nuestros territorios y creado un caos climático que está llevando al colapso de la Amazonía”, sostiene Marlon Vargas.
La decisión de BNP Paribas, Credit Suisse e ING acude, de cierta manera, a este llamado y brinda buenas expectativas a que otras organizaciones se atrevan a trabajar a favor del medio ambiente. No solo ello. También se espera que ese capital pueda ser redirigido a proyectos con características sostenibles.
Por otro lado, da lugar a que un territorio tan fundamental como las Cuencas Sagradas de la Amazonía sea preservado. Este ecosistema posee una gran biodiversidad, donde viven además más de medio millón de indígenas de 20 nacionalidades distintas. En este grupo están también aquellos pueblos que han decidido vivir en aislamiento voluntario.
