Por Stakeholders

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El proceso electoral ha concluido. Culminada la fiesta democrática, lo adecuado es felicitar al presidente electo, Ollanta Humala Tasso, así como a la candidata Keiko Fujimori; ambos congregaron, tras sus respectivos proyectos, las expectativas de millones de ciudadanos en porcentajes casi equivalentes. Afortunadamente, todo indica que el próximo mandatario sabrá aquilatar el resultado de las urnas y promover un gobierno de concertación nacional.

Al respecto, analistas políticos de diferentes tendencias estiman que el electorado respalda el acelerado proceso de desarrollo económico en que nos encontramos –uno de los más elevados del mundo- pero, también, demanda del Estado un trabajo más eficiente en la implementación de una política redistributiva. En ese sentido, el próximo gobierno afronta un doble desafío, demostrar que siendo una opción que representa a un espectro del electorado es capaz de seguir impulsando el crecimiento y administrar con visión de futuro los recursos que éste genere; si lo consigue, habremos dado un salto político trascendente, dado que en adelante la política no interferirá en la economía y nuestra clase política habrá comprendido que el proceso de desarrollo debe continuar, al margen de la elección de una u otra agrupación política.

De ser así, el debate podrá darse sobre cómo hacer un uso más eficiente de los recursos para generar mejores condiciones de equidad, que permitan que un mayor número de peruanos abandone definitivamente la pobreza, otorgándole prioridad a la eliminación de la pobreza extrema. No obstante, consideramos que los programas de asistencia deben ser debidamente focalizados para evitar filtraciones que podrían quebrantar la disposición de las nuevas autoridades. Tengamos presente que los programas de asistencia deben tener carácter eventual, dado que lo importante es la generación de empleo digno y permanente.

En lo que todos coincidimos es que el electorado optó por un cambio, pero el cambio no puede ser interpretado como una licencia para repetir experiencias fallidas que llevaron al colapso a la economía nacional, sobredimensionando el aparato del Estado y reduciendo el ámbito de acción de la libre iniciativa privada.

Los peruanos aspiramos que, al culminar el próximo período presidencial, la extrema pobreza haya sido eliminada en función a los millones de empleos que se generen como producto de la promoción de la inversión privada nacional y extranjera. Recordemos que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha estimado que la Población Económicamente Activa al 2015 alcanzaría poco más de 17 millones de personas, quienes estarán a la búsqueda de un empleo adecuado. El sector privado, con el respaldo de la administración del Estado, seguirá tras este objetivo, por lo que resulta trascendente tender puentes y estrechar lazos de cooperación.

Otro tema en el cual debemos hallar consensos es en la mejora de la calidad de la educación pública. La administración del presidente García ha dado algunos pasos al respecto, pero aún hay un largo trecho para hacer más productivo y competitivo a nuestro recurso humano. Con mayor preparación, desarrollaremos conocimiento y combatiremos efectivamente la pobreza, logrando mayores niveles de bienestar, así como ventajas económicas superiores en un mundo globalizado.

Todo ello se logrará con propuestas que permitan continuar por la senda del crecimiento. Es un compromiso que demanda el concurso de todos, de quienes manifiestan sentirse más identificados con los sectores menos favorecidos de la población, así como de quienes consideran que la opción asistencialista no implica una solución definitiva.

Hagamos votos porque la comentada reforma tributaria del próximo gobierno, así como la mejora de la educación y el impulso a la ciencia y tecnología sirvan como palanca de progreso para los agentes económicos, los que darán como resultado la efectiva reducción de la pobreza, Administrar adecuadamente este conjunto será la verdadera opción de desarrollo sostenible que requiere el Perú.

Por: Guillermo Vidalón del Pino
Jefe de Relaciones Públicas de Southern Peru







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