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Dos hombres y un niño pequeño viajan en una motocicleta en una ciudad de Brasil. No llevan casco. En India, una niña salta alegremente, con los ojos cerrados…

Dos hombres y un niño pequeño viajan en una motocicleta en una ciudad de Brasil. No llevan casco. En India, una niña salta alegremente, con los ojos cerrados, a la vera de un camino, mientras los automóviles pasan muy cerca.
 
Los coches estacionados y los vendedores bloquean las aceras en Filipinas, lo que obliga a los peatones a caminar por la calzada.

Estas son sólo algunas de las imágenes captadas por 1.500 niños durante el otoño pasado en siete países para un proyecto y un ensayo fotográfico i  sobre la seguridad vial.

Los accidentes de tránsito se cobran la vida de más de 700 niños por día, según el World Report on Child Injury Prevention (Informe mundial sobre prevención de las lesiones en los niños), publicado el mes pasado. Alrededor del 93% de esas muertes se producen en los países de ingreso bajo y mediano.

“En los países de ingreso bajo y mediano, las víctimas de las lesiones ocasionadas por accidentes de tránsito son, principalmente, personas pobres, y estos problemas están aumentando”, dice Tony Bliss, especialista del Banco Mundial en seguridad vial.

Entre niños y adultos, hay más de 1 millón de muertos y 50 millones de lesionados todos los años. Incluso en Kabul, ciudad azotada por los conflictos, los niños dicen que han perdido más familiares a raíz de los choques automovilísticos que de la guerra.

Un problema que se agrava

Se prevé que, para 2030, el problema empeorará mucho, y no sólo para los niños.

En los países en desarrollo, los automóviles, las motocicletas y otros vehículos están inundando calles estrechas y saturadas. El aumento explosivo del número de motocicletas, en particular, junto con las altas velocidades y la falta de controles, contribuyen a las elevadas tasas de defunciones y lesiones, afirma Bliss.

Y las investigaciones llevadas a cabo recientemente con el respaldo del Banco Mundial indican que el número de muertes y lesiones vinculadas al tránsito podría ser mucho más alto que el señalado en las estadísticas actuales. El costo de las muertes y lesiones provocadas por los accidentes de tránsito podría llegar hasta el 5% del PIB de un país.

Los investigadores afirman que, si no se toman medidas para mejorar la seguridad en las carreteras, para 2030 las muertes por accidentes de tránsito podrían convertirse en la cuarta o quinta causa de muerte en países de ingreso bajo y mediano, y transformarse en un "problema mucho mayor" que enfermedades tales como el paludismo y la tuberculosis, dice Bliss.

Los niños de 5 a 14 años serán la población de mayor riesgo, ya que, según las proyecciones, los accidentes de tránsito se transformarán en la principal causa de muerte o lesiones en ese grupo para 2015, y la segunda causa de pérdida de años de vida saludable entre los varones adultos para 2030.


Un cuadro de inacción

Sin embargo, las autoridades han demorado en reconocer que la falta de seguridad vial es un problema, dice Bliss, y no se han destinado recursos acordes con la magnitud de las pérdidas ocasionadas por los accidentes y la inseguridad de las carreteras.

Bliss señala que la "naturaleza invisible" del problema y la “pérdida lenta e insidiosa de vidas” han tenido como consecuencia la inacción en la mayoría de los países en desarrollo. "Se observa una tendencia a convivir con el problema durante algún tiempo antes de actuar".

Destaca que a las naciones de ingreso alto les llevó 40 ó 50 años reducir las tasas de mortalidad hasta llegar a las actuales, de 1 a 2 muertes cada 10.000 vehículos, frente a las elevadas tasas, incluso del orden de las 25-30 defunciones cada 10.000 vehículos o más, que se registran en los países en desarrollo.

Reducir la curva de aprendizaje

Los promotores de la seguridad vial sostienen que las naciones de ingreso alto deberían ayudar a los países en desarrollo a evitar la “amarga” curva de aprendizaje que ellas sufrieron durante decenios de prueba y error.

La Comisión para la seguridad vial mundial recomienda a los países del Grupo de los Ocho que apruebe un plan de acción a 10 años por la suma de U$300 millones para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su capacidad para hacer de las carreteras lugares más seguros.

La comisión también recomendó que el 10% de todos los proyectos de infraestructura caminera se destinara a la seguridad vial.

Con el auspicio de las Naciones Unidas se ha previsto celebrar en Moscú en noviembre próximo la primera Conferencia ministerial sobre seguridad vial en el mundo.

Ayuda del Banco Mundial

En 2005, el Banco Mundial puso en marcha el Servicio mundial para la seguridad vial i, con el objeto de generar y catalizar mayores recursos financieros para apoyar iniciativas encaminadas a reducir las muertes y lesiones en países de ingreso bajo y mediano. El servicio cuenta con el respaldo de la Fundación FIA i, el Gobierno de los Países Bajos, el Gobierno de Suecia y el Fondo de Donaciones para el Desarrollo, del Banco Mundial.

El Banco está suministrando fondos por valor de US$35 millones para un proyecto —el primero que financia— centrado exclusivamente en la seguridad vial en Viet Nam, donde el costo de los accidentes de tránsito para el país es muy alto, del orden del 5% del PIB.

Asimismo, apoya otro proyecto en Irán orientado a mejorar la seguridad vial en seis corredores con elevadas tasas de accidentes.

Bliss dice que, en los países de ingreso bajo y mediano, se podrían obtener importantes beneficios por inversiones relativamente pequeñas. Una infraestructura que ofreciera "mayor grado de protección" podría tener una incidencia considerable; el mismo efecto podría lograrse simplemente si los países destinaran fondos a la seguridad vial.

"Hay que hallar la forma de integrar esta cuestión en el proceso presupuestario y transmitir a la sociedad el valor de la prevención. Cuanto antes se instale esta discusión, mejor será", dice Bliss.







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