Carolina Trivelli, Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, da a conocer las principales tareas que realizará el MIDIS y las expectativas que tiene a futuro.
¿Cómo entender el rol del MIDIS dentro de las políticas planteadas por el presidente Ollanta Humala?
La tarea en el marco de la política social del gobierno del presidente Humala es que aseguremos que todos los niños y niñas del Perú tengan iguales oportunidades y capacidad de ejercer sus derechos, ya que invirtiendo en ellos vamos a tener ciudadanos que estén en condiciones de desarrollar al máximo sus capacidades y que aporten al país.
Aunque lleva poco tiempo, ¿qué tanto se ha podido avanzar en lo que menciona?
En este momento estamos definiendo las tareas principales del ministerio y acotándolas a lo que dice el mandato de su creación, viendo lo que puntualmente podemos hacer y con qué instrumentos. Por otro lado, estamos comenzando a trabajar con los programas sociales que a partir del dos de enero estarán en el MIDIS. Se han iniciado procesos de transferencias de todos los programas sociales –Juntos, FONCODES, PRONAA, Wawawasi, y los nuevos Cuna más, Pensión 65 y Gratitud– para saber en qué situación están, qué problemas tienen y como seguir para adelante con cada uno de ellos.
Usted ha dicho que el MIDIS durará mientras “haya gente que requiera de una política de asistencia y alivio por sus condiciones de vulnerabilidad”. ¿Qué significa?
Significa, por ejemplo, que este ministerio no debería existir si todos los niños peruanos tienen alimentación adecuada y pueden acceder por sus propios medios y con la decisión autónoma de sus padres a servicios de salud, escuela y alimentación.
¿Cómo pasar de la política asistencialista a una de inclusión que contribuya a un desarrollo rural sostenible?
En el gobierno nacional tenemos las cosas muy claras. Es decir, nosotros podemos utilizar una política de alivio temporal, repartir frazadas si es necesario, pero lo que nos interesa es comenzar a generar cambios en las circunstancias que te obligan a repartir frazadas. En ese sentido, lo que queremos es salir de una política asistencial a una de alivio con inversión. Creemos que la única manera de cambiar las condiciones de vida de la gente en estado de pobreza es que haya desarrollo económico local. Y en el Perú para que exista eso debe haber desarrollo rural.
¿Qué cambios hay que hacer en los programas sociales?
Hay que hacer varios ajustes en los que ya existen y que funcionan más o menos bien. Por ejemplo, necesitamos que Juntos que tiene una cobertura muy importante y un proceso de focalización bastante mejor que el resto, comience a articular en su oferta el saneamiento básico. Por supuesto, eso no compete a mi ministerio pero necesito asegurar que la gente que recibe una transferencia también tenga una mejora sustancial en saneamiento y agua saludable porque sino el impacto nutricional será muy pequeño. Otro tema a discutir y repensar es que hay que diferenciar el monto de la transferencia de Juntos, hoy día damos 100 soles a familias de cualquier tamaño y que viven en cualquier lugar.
El PRONAA ha tenido mayores cuestionamientos en los últimos meses.
En PRONAA hay que hacer reformas mayores porque claramente funciona mal. No sólo tiene problemas de corrupción y mal manejo sino también de inconsistencia de objetivos, porque ha venido acumulando normas, leyes, reglas para sus operaciones que por último ponen en tela de juicio su objetivo. ¿Es un programa de compras?, ¿de distribución?, ¿de entrega de alimentos y apoyo nutricional? Entonces tenemos que aclarar qué queremos que haga. Desde mi punto de vista el rol principal debería ser complementar alimentariamente a los grupos más vulnerables, en este caso madres gestantes, primera infancia y niños de zonas en situación de pobreza extrema.
¿Qué metas trazadas desde el MIDIS hay para la región Puno, donde más del 50% de la población vive en zonas rurales y en situación de pobreza?
De manera general, en cada una de las regiones estamos iniciando un trabajo de articulación con los alcaldes, el gobierno regional, las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado para comenzar a discutir cómo enfrentar la situación e identificar cuáles son las alianzas a favor de la inclusión social. Asimismo, el primer desafío será ponerle el rostro rural a los programas porque el grueso de ellos, han sido pensados y diseñados como si los usuarios vivieran en ciudades. Necesitamos avanzar en esta ruralización de los programas, haciéndolos aterrizar en las características de los territorios donde se apliquen. La gracia es que con la suma de todos, los programas ayuden en el desarrollo local y no se vean como una imposición que viene a rajatabla desde Lima.
¿Cómo ha tomado los cambios ministeriales recientes y cuáles han sido las razones por las que se quedó en este nuevo gabinete?
El nuevo gabinete aún tiene poco tiempo, sin embargo hay buen ambiente y claridad en que tenemos que reforzar espacios de articulación entre todos los ministros. ¿Por qué me quedé? Primero porque el presidente Humala me invitó a quedarme y porque debo cumplir el encargo que me ha encomendado, de formar y poner en funcionamiento este ministerio.
Usted ha desarrollado un amplio trabajo de investigación. ¿Cómo es el salto a la gestión pública?
Lo que puedo decir es que ser Ministra, luego de que se ha leído, estudiado, viajado, evaluado y mirado con atención los problemas, es muy difícil, porque es cuando te toca resolverlos. También creo que es muy beneficioso tener experiencia en el tema. Ahora, desde la gestión pública que hoy día me toca hacer miro mi experiencia como investigadora y creo que puedo resaltar lo siguiente, que necesitamos de la comunidad académica y de sus investigaciones para que las decisiones que tomemos se basen cada vez más en evidencias y no en opiniones. Sin embargo, la crítica que me haría yo misma y a mis colegas es que conocemos muy poco del Estado y de cómo opera. A veces tenemos buenas ideas pero nos cuestionamos porque el aparato público no las adopta. Lo que sucede es que no basta una buena idea, si ésta no es “implementable” con las normas y las reglas del sector público. De modo que conocer esas reglas y sistemas de operación es parte del desafío de la academia.
FUENTE: http://www.noticiasser.pe/