Por Stakeholders

Lectura de:

Autores: Lic. Galia García Blázquez Morales
Especialista en Relaciones Comunitarias y Vecinales
galiagbm@gmail.com

Ing. Ernesto Enrique Montoya Fuchs
Especialista en Gestión de Proyectos y Responsabilidad Social
emontoyaf@gmail.com

Ilustrador:  Dibujante, Franz Mitchell Montoya Fuchs
FUCZ producciones
fucz.producciones@gmail.com


Son las 8:30 am. de un día cualquiera, y Doña María, una sexagenaria y refinada dama citadina, sale por el balcón de su lujoso departamento a tomar su acostumbrado baño de aire fresco que complementa un delicado y exhaustivo tratamiento cutáneo de la noche anterior. Cuando de pronto una polvareda le golpea el rostro, ensuciándola en un instante. Furiosa sale corriendo y despotricando contra el mundo, dándose cuenta al bajar a la avenida principal de su edificio que se acaba de iniciar la construcción de un nuevo centro comercial. A su malestar se sumó el del resto de sus vecinos, quienes aún más indignados van a buscar al responsable de la obra, quien sólo atina a decir que los ingenieros tendrán más cuidado. No conformes con la respuesta de tal personaje, los vecinos en conjunto se dirigen a la municipalidad para exigirle al alcalde que solucione el tema ya que nunca fueron informados, demandan además una reparación civil por daño moral, psicológico, económico….y la lista no para. Mientras tanto en la obra, un grupo de arquitectos e ingenieros temen que se sepa que una retroexcavadora ha destruido una tubería de agua y parte de una antigua red eléctrica subterránea, sin contar que las excavaciones para los sótanos han comenzado a asentar y agrietar las paredes de los vecinos.

Finalmente las autoridades ediles se dirigen a la obra, constatan lo sucedido y la paralizan por no contar con la “Licencia Social”, que pone en evidencia además la falta de licencia de construcción entre otros permisos.

Esta sencilla pero contundente descripción, no es ajena a la realidad; es más, en una sociedad en la que el crecimiento urbano es incontrolable, cabe preguntarse. ¿Qué hacen nuestras autoridades, así como empresas privadas (contratistas, subcontratistas y supervisores) para poder diseñar una adecuada expansión urbana y en ese espectro una correcta gestión social? En tal sentido, es importante conocer las diferentes etapas por las que atraviesa una obra en zona urbana, y los detalles implicados:

La Demolición Se imagina Ud., amable lector y por citar un ejemplo, tomar su desayuno en casa rodeado de una nube de polvo, no pudiendo hablar con su hijo de al lado en la mesa por el ruido extremo y para colmar su paciencia viendo como rebota su taza de café por las vibraciones hechas por su adorado nuevo vecino en pleno proceso de construcción…y es sólo el inicio.

La Excavación Días después, asoma temprano por su ventana y además de recibir una exfoliación gratuita cortesía de un nubarrón polvoriento, ve con asombro como una máquina retroexcavadora inicia un proceso de movimiento de tierras pegado a la cimentación de su edificio, la razón, el futuro centro comercial requiere sótanos, y no uno, sino tres.

La Construcción Semanas después llega a casa, luego de una extenuante jornada laboral, y al ingresar a su edificio con su vehículo por el estacionamiento, su auto rueda por un bache, si “bache”, algo alarmado baja y pasmado observa como su pared contigua con la obra y su piso han comenzado a rajarse y asentarse…y hay más. A la mañana siguiente, bastante iracundo se dirige a reclamar a los señores de la obra y se encuentra con un grupo numeroso de personas que han comenzado a rodear el área de trabajo y por ende a los predios vecinos, sorpresa, se trata de un sindicato de trabajadores que buscan una oportunidad de trabajo, por lo que su reclamo querido vecino, no es tan urgente como atender a los repentinos invitados que buscan ser escuchados por el ingeniero residente de la obra.

El Cierre Meses después y con los nervios algo destrozados, una gastritis declarada, y su edificio en proceso de rehabilitación por los daños sufridos, alberga la posibilidad que la “pesadilla” culmine de una vez por todas. Se han dado algunas paralizaciones de la obra orquestadas por la entidad municipal y exigencias de cumplimiento de compromisos por parte de los vecinos; pero aún así no ha podido gozar de la tan anhelada paz, que meses atrás ni siquiera imaginaba se pudiese interrumpir tan abruptamente.

De pronto tocan a su puerta, es un ingeniero de la obra, por un momento augura que sean buenas noticias, pero el referido profesional viene a comunicarle que debido a retrasos, la obra va a ser ampliada por 06 meses más y apelan a su comprensión. No sabe si reir o llorar, tan sólo se limita a decir con quien puede coordinar ahora sus reclamos, a lo que le responden: No se preocupe, acabamos de contratar a especialistas en Gestión Social, con ellos podrá canalizar sus quejas o reclamos, y estamos seguros que seguiremos siendo buenos vecinos. Usted levanta la mirada al ingeniero, atina a verlo fijamente a los ojos y le dice, ¿Y se puede saber?, ¡Por qué no los contrataron desde un inicio!…¡Plop!

Algunos comentarios finales En el caso del Perú y posiblemente en buena parte del mundo, aún no existe un proyecto constructivo que no genere polvo, ruido o malestar entre los vecinos; se trata pues de un tema inevitable con el que en especial, las empresas constructoras, deben lidiar e intentar minimizar lo más posible.   Por otra parte, en una etapa de expansión urbana, se hace cada vez más importante obtener la Licencia Social, ya que en distritos urbanos la municipalidad está muy al pendiente de la opinión vecinal, aunado a que los vecinos tienen conocimiento de sus derechos.

Del mismo modo, al encontrarnos inmersos en un constante crecimiento urbano, las viviendas y construcciones se vienen levantando de manera vertical y bidireccional, hacia arriba el edificio propiamente y hacia abajo los famosos sótanos generalmente usados como estacionamientos.

El manejo social, por ende, es un tema muy delicado, ya que se vincula con emociones de todo tipo, las que hay que saber analizar y gestionar. El especialista social colaborará siendo el mediador que recepcione el sentir, preocupación o malestar del vecino y se convierta en el nexo con la empresa; a fin de brindar tranquilidad, disipar dudas, canalizar reclamos, y de este modo mitigar el malestar ocasionado por el proceso constructivo. Por consecuencia lógica, el vecino al sentirse atendido, disminuirá su nivel de frustración o enojo para con la nueva construcción, sintiéndose además valorado como actor relevante.

Cabe agregar una partida presupuestal acorde a un planteamiento social adecuado, en un proyecto inmobiliario de entorno urbano, es una variable a considerar y una necesidad que no puede ser postergada.







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