Tu bicicleta, tu casa o tu sartén pueden llevar acero de hace 150 años pero reciclado. Es solo una de las múltiples características que hacen único al reciclaje de este material. Este artículo presenta seis cuestiones sobre el reciclaje del acero que con toda probabilidad se desconocen. Los consumidores pueden contribuir a mejorar las tasas de reciclado del acero, esencial para garantizar su producción sostenible.
1. El acero que se usa ahora tiene 150 años.
El acero es un metal que no pierde sus cualidades, como la resistencia, la dureza o la maleabilidad. Por tanto, se puede reciclar todas las veces que se desee. La Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) estima que desde 1900 se han reciclado 22.000 millones de toneladas de acero en el mundo. Por cada segundo que pasa, se reciclan en el mundo 15 toneladas de acero.ATIVAS
Más de la mitad del acero utilizado a diario o a nuestro alrededor proviene del reciclado de chatarra: aceros producidos hace 150 años forman parte del proceso productivo actual, como las carrocerías de los vehículos que circulan hoy en las carreteras. En España, más de tres cuartas partes del acero fabricado procede de chatarras férricas, como los residuos de envases de acero, asegura Ecoacero, la Asociación para el Reciclado de la Hojalata, que engloba a las principales empresas del sector de dichos envases.
2. El acero se recicla todo, incluso el que se tira mal
En la fabricación de acero reciclado apenas se desperdicia material, con un rendimiento cercano al 100%. Santiago Oliver, director de Medio Ambiente, Energía e I+D+i de Unesid explica que, gracias a su capacidad magnética y a las corrientes de inducción, el acero es el material más fácil y barato de recolectar de todos los producidos. Además, al igual que el resto de metales que admiten un reciclado mediante refusión, es el material más reciclable y reciclado del mundo tanto en calidad como cantidad (igualado en porcentaje por los metales nobles).
Los productos de acero que llegan a vertederos, incineradoras o plantas de compostaje, por no haberse depositado de forma correcta, tienen una segunda oportunidad. La mayoría de estas instalaciones poseen electroimanes que extraen el acero del resto de residuos para poder reciclarlo. A pesar de ello, separar de forma correcta los residuos es más directo y reduce el esfuerzo del reciclaje y el impacto ambiental.
3. Acero reciclado, desde una bici al Gran Colisionador de Hadrones
El acero es un material muy útil para multitud de productos. Con el acero reciclado se puede hacer «cualquier cosa, solo hay que adecuarlo a la composición exacta de cada calidad requerida», precisa Santiago Oliver. La industria emplea unas5.000 calidades de acero distintas para cada una de las millones de aplicaciones del acero de uso habitual.
Por eso, se puede encontrar acero reciclado en envases, edificios, bicicletas, trenes, autobuses, sartenes, amortiguadores de coche, tuberías, aerogeneradores, o una pieza del Gran Colisionador de Hadrones. Casi un 80% de las 70.000 toneladas de esta gigantesca instalación científica está hecho de acero.
4. Los consumidores, importantes para reciclar más acero
La tasa de reciclado de envases de acero en España se ha duplicado en la última década. Según Ecoacero, se ha pasado del 43% en 2001 al 84,8% de 2011 (240.348 toneladas de residuos de envases recuperados). Según la Asociación de Productores Europeos de Acero para Envases (APEAL), en Europa se recicla el 70% de los envases de acero.
Por ello, todavía hay margen de mejora, y aquí los consumidores son importantes. Ecoacero señala que a través de la recogida selectiva del contenedor amarillo se recupera solo el 26,6% de los envases de acero domésticos. El resto proviene de las instalaciones de tratamiento de la basura para fabricar compost (42%), las empresas de recogida de chatarra (17,5%) o las plantas incineradoras (13,9%). Cataluña, Madrid y Andalucía son las comunidades autónomas con mayor volumen de recogida selectiva de envases de acero, seguidas de la Comunidad Valenciana, Galicia, Baleares y País Vasco.
Los envases de hojalata, que llevan en su composición acero, se deben depositar en el contenedor amarillo, como recuerda Ecoembes, la sociedad gestora de los residuos del contenedor amarillo y azul. La lista es muy diversa: las latas (de bebidas, conservas, aceite, galletas, chocolates o productos exclusivos y de alta calidad, como cafés, licores, tabacos, perfumes); los aerosoles (insecticidas, ambientadores, productos de limpieza); los tapones corona de las botellas; la tapa de los tarros de cristal con vegetales o mermeladas; o los botes de pintura.
Otros productos con componentes de acero utilizados en los hogares, por su volumen o por llevar materiales nocivos, no se pueden depositar en los contenedores amarillos tras convertirse en residuo. El lugar indicado para los electrodomésticos, como neveras, combis, hornos, lavadoras o lavavajillas, es un punto limpio. Algunos ayuntamientos ofrecen un servicio de recogida. A la hora de comprar un electrodoméstico nuevo, el vendedor tiene que responsabilizarse de su recogida y correcto traslado a una instalación de reciclaje. Los automóviles fuera de uso siguen siendo muy valiosos y, además, no se pueden abandonar. Su destino final debe ser un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT).
5. Reciclar acero beneficia a las empresas y al medio ambiente
Los responsables de Ecoacero aseguran que otra razón que explica el éxito del reciclaje del acero es su integración en el proceso de producción: para fabricar acero hay que usar acero reciclado. La industria siderúrgica española, en su reciente informe sobre el reciclado del acero (IRIS 2013), afirma que por cada tonelada de acero reciclada, ahorra alrededor de una tonelada y media de mineral de hierro, un 85% de agua, un 80% de energía y un 95% de carbón.
El aumento y la mejora del reciclaje de acero reduce así el impacto ambiental. Según Oliver, desde 1970 el sector siderúrgico español ha disminuido sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) por tonelada de acero producida en más del 75%. Desde 1960 ha bajado en un 95% el agua consumida, al reutilizarla en los procesos, y los vertidos se limitan a purgas o evaporación para enfriar procesos. Entre el 90% y el 100% de los residuos y subproductos del proceso se valorizan. Las escorias, por ejemplo, se reutilizan como áridos en la construcción de carreteras o la producción de cemento.
La responsabilidad ambiental de la industria es cada vez mayor, destacan desde el sector. El 100% del acero español se produce bajo sistemas de gestión ambiental certificados (ISO 14001 y/o EMAS), sin olvidar las inversiones en I+D. Valgan dos casos diferentes: desde 1982, el espesor mínimo de la pared del envase de acero ha disminuido en un 1% cada año, según Ecoacero. Por otra parte, el modelo de informe de riesgos ambientales SidMIRAT ofrece un mayor control de los riesgos ambientales en las acerías, explica el responsable de I+D+i de Unesid.
6. España, líder mundial en producción y reciclaje de acero
El Informe IRIS 2013 señala que España es uno de los grandes productores mundiales de acero: el tercero de la Unión Europea (UE), tras Alemania e Italia y prácticamente empatado con Francia (datos de 2011), y el decimoquinto mundial (datos de 2010). Las empresas de este sector facturan 14.000 millones de euros y dan trabajo a 60.000 personas (directo e inducido) y 20.000 más vinculadas a la recogida de chatarra. El 63% de las ventas correspondieron a productos siderúrgicos que se exportaron, sobre todo a Francia, Argelia, Portugal y Alemania.
En cuanto al reciclaje, en 2011 las acerías españolas reciclaron 12,5 millones de toneladas de acero, de los que 4,8 millones procedían de otros países. Con estas cifras, según Unesid, España se sitúa a la cabeza del reciclaje en la UE, junto con Italia y Alemania. No obstante, Santiago Oliver reconoce que con la crisis ha descendido algo la cantidad de acero reciclado. Como aparece en el informe IRIS, más del 75% del acero producido en España se recicla, una tasa muy superior al 50% de Europa y al 40% de la media mundial.