Durante el inicio del IV Foro Internacional Economía Circular Transición Justa y Descentralizada se llevó a cabo la Plenaria hacia una Economía Circular en América Latina y el Caribe, donde participaron David Mcginty, director Global de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE); Jaime del Castillo, presidente de Infyde; y Marleena Ahonen, especialista de Economía Circular en SITRA.
Los especialistas describieron a la economía circular como una oportunidad para crear una economía justa y la única manera de forjar un futuro sostenible. Cambiar de una economía lineal a una circular implica prácticas que requieren que los trabajadores y las comunidades se involucren en una economía que proponga prácticas y medios de sustento sostenibles y amigables con el medio ambiente.
“Esto es esencial y clave para nuestras economías en los próximos años. En el pasado, muchas transiciones de las economías se hicieron para garantizar la supervivencia de una empresa sin tener en cuenta a los trabajadores. Debemos asegurarnos de que esta vez el cambio de una economía lineal a una circular, mejore las condiciones de trabajo para los trabajadores de todo el mundo”, sostuvo Mcginty.
Para que la transición sea justa, los expertos recordaron que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) proporcionó cuatro puntos: implementar lo que se llama agenda de trabajo decente, diálogo social, brecha de los trabajadores y derecho al desarrollo. Se tienen que involucrar esos valores desde el principio, refirió el director global de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE).
También discutieron sobre algunos ejemplos de cómo implementar prácticas sostenibles en el marco de la Economía Circular. Es el caso de la creación de certificados como es el de material orgánico regenerativo. El fin es crear sistemas agrícolas que funcionen en armonía con la naturaleza para mejorar la calidad de vida de todos los actores involucrados.
Otro ejemplo es el caso de Finlandia, donde se implementó la Economía Circular como política gubernamental desde 2016. “El cambio a una economía circular requiere un cambio en la manera de producir y utilizar materiales. Esto inevitablemente generará cambios sociales”, indica Ahonen.
Los expertos también se preguntaron cómo se distribuyen los beneficios y las cargas entre sectores, regiones, y quiénes estarán involucrados al momento de realizar la transición. Ante ello, Ahonen responde que todos deben estar involucrados. También indica que en 2016 se organizaron varias mesas redondas en Finlandia con el fin de diseñar el paso de una economía lineal a una circular. “Tener un punto de vista común hacia un futuro circular es importante para asegurar que todos estén involucrados y que la transición pueda ser justa”, añadió.
Por otro lado, Jaime del Castillo señaló que la transición debe tener un enfoque territorial. “Es una forma de contribuir al desarrollo territorial, de contribuir a las mejoras de vida en las distintas regiones y generar empleo verde más sostenible”, detalló.
“Si los jóvenes no toman conciencia de reciclar y reducir consumos es imposible que tengamos el desarrollo de la economía circular, en general es imposible que gestionemos una economía sostenible”, finalizó del Castillo.