La estatal Petrobras obtuvo luz verde para iniciar la perforación de un pozo petrolero en el Margen Ecuatorial, a 500 km de la desembocadura del Amazonas.

Expertos advierten que el proyecto amenaza ecosistemas sensibles y debilita el liderazgo climático que Brasil busca proyectar ante el mundo.
Expertos advierten que el proyecto amenaza ecosistemas sensibles y debilita el liderazgo climático que Brasil busca proyectar ante el mundo. Foto: Stakeholders.

Por Stakeholders

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Brasil vuelve a poner al Amazonas en el centro del debate ambiental. La estatal Petrobras recibió autorización para iniciar exploraciones petroleras cerca de la desembocadura del río Amazonas, una decisión que desató una ola de críticas de organizaciones ecologistas y expertos climáticos.

La medida, aprobada por la Agencia Reguladora Ambiental Ibama (ARAI), llega a pocas semanas de que el país sea anfitrión de la COP30 en Belem, la mayor cumbre climática de la ONU. Ambientalistas acusan al gobierno de Lula Da Silva de contradecir su discurso verde y comprometer su liderazgo climático global.

Petrobras desafía críticas ambientales por perforación petrolera en el Amazonas

La estatal brasileña Petrobras recibió luz verde para comenzar la exploración y explotación petrolera en el Margen Ecuatorial, a unos 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas.

La decisión, aprobada por la Agencia Reguladora Ambiental Ibama (ARAI), llega apenas semanas antes de la COP30, la cumbre climática de la ONU que se realizará en Belem, en pleno corazón amazónico.

Petrobras aseguró en un comunicado que «cumple con todos los requisitos establecidos» por la autoridad ambiental. Sin embargo, el anuncio ha generado controversia: el 2023, el mismo organismo había rechazado una licencia de investigación por falta de garantías ambientales. La perforación, que comenzará de inmediato, tomará aproximadamente cinco meses.

La presidenta de la petrolera, Magda Chambriad, afirmó que esperan «excelentes resultados» y poder comprobar la existencia de petróleo en esta zona considerada una nueva frontera energética.

Por su parte, el presidente brasileño Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva defendió la medida, argumentando que la explotación de hidrocarburos es clave para financiar la transición hacia energías limpias. «El Margen Ecuatorial representa el futuro de nuestra soberanía energética», celebró el ministro de Energía, Alexander Silveria, en su cuenta de X.

Ambientalistas brasileños cuestionan la medida a favor de Petrobras

No obstante, la reacción del frente ambiental no tardó en llegar. El Observatorio del Clima, una de las principales coaliciones de expertos y activistas en Brasil, calificó la decisión de un «doble sabotaje», señalando que el proyecto «apuesta por un mayor calentamiento global» y «perturba la propia COP30», cuyo objetivo es precisamente reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

“Lula acaba de enterrar su pretensión de liderazgo climático en el fondo del océano, en la desembocadura del Amazonas”, declaró Suely Araújo, coordinadora de Políticas Públicas del Observatorio. La organización anunció que acudirá a la Justicia para pedir la anulación de la licencia ambiental.

Con esta decisión, Brasil enfrenta un dilema global: mantener su impulso económico mediante la exploración petrolera o consolidarse como referente de la lucha climática en la antesala de una cumbre que busca precisamente acelerar el fin de los combustibles fósiles.

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