Por Stakeholders

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Somos un país con más de 16 mil años de historia, desde los primeros asentamientos humanos en Paccaicasa, Ayacucho, hasta el establecimiento de una organización político social como Caral, hace más de 4,500 años. Desde entonces a la fecha, los diversos grupos humanos que habitan el Perú han contribuido a la forja de un país diverso, rico, variado y fascinante que ha sabido aprovechar su megadiversidad.

Al inicio del período republicano, el Perú ya había incorporado a su pluriculturalidad la tradición hispana y, en su transcurrir, fue recibiendo el aporte de los diferentes grupos foráneos que encontraron en nuestro país una oportunidad para su desarrollo político, económico y social; mas cabe reflexionar sobre ¿qué es lo permanente, lo que trasciende al espacio vital de las personas?, ¿qué une al primer y al actual habitante del Perú?

Es indudable que existen lazos de sangre y culturales, pero lo que destaca entre unos y otros es que ambos hemos tenido y tenemos la oportunidad de desarrollarnos en la misma geografía donde florecieron culturas milenarias, tanto Pre Incas como Incas. Es en este espacio con profundos valles interandinos, con fenómenos del Niño y la Niña, con sismos de diferente intensidad por la presión de la placa de Nazca que se subsume a la Continental, que tanto ayer como hoy hemos sabido adaptarnos y aprovechar –en mayor o en menor grado- las potencialidades que el país nos ofrece.

El Perú es mistura porque alberga a 87 microclimas de los 104 registrados en el mundo; el Perú es mistura porque en dichos ambientes existe una potencialidad geológica variada, la cual debe ser aprovechada mientras tenga un valor económico relevante; el Perú es mistura por la diversidad de especies animales que lo habitan; el Perú es mistura por la infinita flora que crece en su superficie; el Perú es mistura por su esbelta y árida costa, por su agreste y pétrea sierra y por su imponente selva.

El Perú es mistura por sus ríos y por sus estrechos valles, pues es aprovechando sus caídas naturales de agua que podemos generar energía a partir de la construcción de una hidroeléctrica. El Perú es mistura porque en las cumbres de los Andes, en sus contrafuertes interandinos, siempre hallamos innumerables recursos minerales, los que fueron (y son) transformados, a partir de la molienda de las rocas, para concentrar y lograr el metal más puro.

El Perú es mistura porque supo, sabe y sabrá acumular agua para contrarrestar las sequías y el cambio climático, pues resulta necesario hacer un uso adecuado y racional de nuestro recurso hídrico para desarrollar todas nuestras potencialidades; sin agua suficiente no hay productos agrícolas que satisfagan la demanda de nuestra tradicional gastronomía; sin metales no hay cómo arar los campos en profundidad y hacer que las raíces de nuestras plantas se nutran de la tierra.

El Perú es mistura porque su selva es uno de los pulmones del mundo, ella también cobija en sus entrañas -cual vino añejado- el petróleo; así como la energía hallada a las faldas de sus volcanes, o la luz del Sol -su antiguo Inti-, o la fuerza de su viento, o su rico y variado mar que alimenta a su multiplicidad de especies gracias a que la corriente de Humboldt lava el fondo marino, elevando minerales que alimentan el fito y el zooplancton y luego a sus peces y, finalmente, a quienes lo sirven a sus mesas junto a variados y deliciosos productos del campo.

El Perú es mistura por su fe, por sus coloridas costumbres, por su gente, por sus múltiples lenguas, por sus visiones diversas que van convergiendo en la búsqueda de un país desarrollado, abierto al mundo, con ganas de ganar y triunfar en buena lid.

El Perú es mistura porque aún sigue siendo problema pero, por sobre todo, oportunidad, oportunidad para rememorar el pasado, oportunidad para hallar el futuro que nos satisfaga a todos, que haga de esta mistura el crisol efervescente de creatividad y generación de bienestar para todos.

Por: Guillermo Vidalón Pino







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