Durante 2025, investigaciones científicas desarrolladas en diversas regiones del país permitieron identificar una amplia variedad de nuevas especies en Perú, desde orquídeas en Machu Picchu hasta ranas venenosas en plena Amazonía. Los hallazgos se registraron principalmente en áreas naturales protegidas, confirmando el rol clave de estos territorios en la conservación de la biodiversidad andino-amazónica.
Universidades, especialistas nacionales e internacionales y comunidades indígenas participaron en los estudios, que abarcaron múltiples grupos taxonómicos y ecosistemas. Parques nacionales, santuarios históricos y bosques de protección revelaron especies desconocidas para la ciencia, ampliando el inventario biológico del país y aportando información clave para futuras investigaciones.
De Machu Picchu al Río Abiseo: hallazgos en los Andes
En marzo, el Santuario Histórico de Machu Picchu fue escenario del descubrimiento de la orquídea Pleurothallis machupicchuensis, una especie que crece entre los 2.000 y 2.500 metros de altitud y se distingue por su labelo bilobulado.
Un mes después, los Andes centrales sumaron un nuevo reptil: la serpiente Tachymenoides goodallae, identificada en Pasco, Junín y Puno tras análisis genéticos que permitieron corregir clasificaciones previas.
En junio, los bosques de Machu Picchu revelaron al roedor semiacuático Incanomys mayopuma, adaptado a ecosistemas fluviales de altura.
Mientras que en julio, el Parque Nacional del Río Abiseo incorporó al marsupial Marmosa chachapoya, cuya cola prensil supera la longitud de su cuerpo y refuerza el carácter endémico del norte andino.
Amazonía: ranas, insectos y plantas inéditas
La Amazonía peruana concentró numerosos descubrimientos a lo largo del año. En mayo, el Abanico del Pastaza, en Loreto, documentó nuevas especies de flora, fauna y hongos, en un trabajo conjunto con comunidades urarinas. En octubre, el Parque Nacional Alto Purús reveló la rana venenosa Ranitomeya hwata, hallada en bosques de bambú.
También se describieron la rana Scinax garciadavilae en San Martín y el escarabajo Konradus trescrucensis en el Parque Nacional del Manu. A ello se suman nuevas especies de flora como Polylepis yanesha y orquídeas que reconocen el vínculo histórico del pueblo Yanesha con estos bosques.
Según la agencia InforRegión, cada uno de estos registros amplía el conocimiento científico y refuerza la importancia de proteger los ecosistemas que albergan una biodiversidad aún en gran parte desconocida.









