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Los social media pueden llegar a ser una amenaza para las empresas con prácticas que no alineen su gestión a los principios de la responsabilidad social y la sostenibilidad – R&S—. Actualmente lo es para Nestlé. En los últimos días, esta empresa ha sido protagonista en la red por las denuncias que le hiciere la Ong Greenpeace por atentar contra la tala de árboles indiscriminada y la biodiversidad en indonesia.
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La Ong soporta sus afirmaciones en el hecho que entre los proveedores de aceite de palma de la multinacional de alimentos algunos son reconocidos por sus malas prácticas ambientales.
Está denuncia ha generado interés, por varias razones. Entre ellas se destaca la importancia cada vez más creciente de las ONG y de los consumidores como grupos de presión frente a comportamientos pocos R&S y el rol cada vez más protagónico de los social media como mecanismo de presión. Esto último, ratifica que los social media en el plan de gestión de riesgos de algunas compañías se incluya como grupo de interés como crítico a gestionar, al ser una potencial amenaza a la sostenibilidad de la organización, en términos reputacionales y de credibilidad. En algunos sitios de la web se invita a contar en su staff con un comunnity manager que sea responsable de gestionar este espacio y manejos de crisis en la web.
La campaña de movilización en contra de Nestlé fue promocionada por la ONG con un video en youtube que comienza con un subtitulo que dice ”esta imagenes pueden afectar su sensibilidad” y muestran a la afamada chocolatina Kik Kat, covertida en un pedazo de tronco de palma, que al ser consumida destila sangre. Es importante resaltar que Nestlé aduce que la denuncia de la ONG no se soporta sobre hechos reales y que están mal informando a los consumidores, con los perjuicios reputacionales que esto supone. Cabe aclarar que Greenpeace en un reporte de 2009 denuncio el hecho y acto seguido Nestlé se comprometió públicamente a utilizar en el proceso de manufactura de sus productos exclusivamente el aceite de palma certificado como sostenible; además de excluir de entre sus proveedores a los de Sina Mars. La pregunta que me surge entonces, ¿es Nestlé víctima o victimario? Fuente: |