Si uno compara el 2006 con el 2002, yo creo que mejoramos un poco, y ojala pues que del 2006 al 2010, sigamos mejorando en términos de la calidad de la gestión pública de las autoridades políticas.
¿Hay mejor gestión en las experiencias regionales?Yo diría que en general, los presidentes regionales electos en el 2006 fueron mejores que los presidentes regionales electos en el 2002. Les ayudó también el aumento de recursos en los presupuestos, que les permitió hacer más obras, y desarrollar más iniciativas. Esperemos que eso continúe a partir del 2010, y no tengamos un bache a consecuencia de esta fragmentación, que se ha visto en la inscripción de las listas.
¿El aumento de presupuesto en las regiones ha generado la proliferación de listas de candidatos?
El espacio político regional es más atractivo, además hemos cambiado la regla electoral y tenemos segunda vuelta en las elecciones regionales. Los candidatos dicen que si no ganan, pueden quedar en segundo, y podrían tener oportunidad de entrar en segunda vuelta. Por lo tanto el ganador puede sacar menos votos que en la elección del 2006.
¿La idea es lograr legitimidad?
Sí, pero la legitimidad en la segunda vuelta es totalmente artificial, simplemente a uno le dan más opción que votar por dos. Yo creo que esa es una iniciativa que aprueba el Congreso sin debatirla lo suficiente, llevándose por la ilusión. Digamos que si en la segunda vuelta, entre comillas, parece funcionar bien en el plano nacional, podría funcionar también en el plano local, regional, pero no es así.
¿Cómo ve el rol de los partidos nacionales en las regiones?
Los partidos nacionales ni siquiera han podido presentar candidatos en todas las regiones, entonces las elecciones, en la gran mayoría de casos van a ser controladas por los movimientos regionales. Lo que han optado los partidos es presentarse en algunas regiones, donde se perciben más fuertes, e ir en alianzas. Pero mirando el panorama del país, yo diría que los partidos nacionales están en un claro repliegue. Si es que uno compara el 2002, donde el APRA ganó mucho, el 2006 ya casi desaparecieron, pero por lo menos presentaron candidatos; en el 2010 el repliegue es mucho más acentuado.
¿El electorado se sentirá confundido con muchos candidatos?
El hecho de que haya muchas candidaturas nuevas por supuesto confunde a los electores porque no tienen criterios claros para elegir. Tienen que apostar por lo nuevo, y uno no sabe lo que va a pasar, la decisión se hace difícil. Creo que en general deberíamos de combatir la proliferación excesiva de candidaturas. Deberíamos tratar de fortalecer los esfuerzos más serios, más articulados, y más bien castigar la improvisación.
¿Qué opinión le merecen los candidatos empresarios? Quienes dicen que al gestionar bien sus empresas, gestionará bien el aparato público.
Es algo que se ve no sólo en Ayacucho sino también en otras regiones. Que a partir de ser un empresario exitoso, trata de convertir ese capital económico en capital político, pues ciertamente son mundos diferentes. El mundo de la actividad empresarial privada es distinto de la actividad del desarrollo, de la política pública.
Pero, ¿podrían tener éxito en la actividad gubernamental?
Habrá algunos que podrán hacer esa transición exitosa, pero otros no. Yo diría que allí la clave es que se entienda que son dos mundos diferentes, y que el empresario exitoso trate de aprender lo que significa un manejo político y de la implementación de políticas públicas, y que además tenga cuidado en el tema de los conflictos de interés, en qué medida va a evitarse que se utilice el poder político para favorecer la actividad económica empresarial de un grupo en particular.
Hay muchos políticos y candidatos que postularon anteriormente por un movimiento y ahora están en otro. ¿Qué opina de esta situación?
El personalismo es lo que hay que castigar, y hay que premiar esfuerzos de construir organizaciones. Los electores deberían premiar los esfuerzos más articulados, serios, antes que las aventuras personalistas. Esa es la clave de por qué hay algunos gobiernos regionales que funcionan mejor que otros. Cuando los presidentes regionales son muy personalistas, su desempeño público tiende a ser peor que el presidente regional que tiene experiencia, que ha sido capaz de articular lo regional con lo provincial.
Fuente:
Contenido: http://www.noticiasser.pe
