Por Stakeholders

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Por Pedro Franco – Decano de la Facultad de Administración y Contabilidad de la Universidad del Pacífico y experto en Responsabilidad Social.

Por Pedro Franco – Decano de la Facultad de Administración y Contabilidad de la Universidad del Pacífico y experto en Responsabilidad Social. Es difícil aproximar un diagnóstico sobre la percepción que el ciudadano promedio, o por encima del promedio, tiene acerca de los objetivos del milenio.
 
Si somos probablemente un poco más realistas, tendríamos que averiguar que porción de la población, aunque sea insignificante, conoce estos objetivos o al menos, ha escuchado sobre ellos. De esta manera, podríamos construir un camino en el que el Estado se comprometa seriamente para marcar la diferencia en este mundo indiferente a los principales flagelos que nos toca vivir o por lo menos, observar de manera pasiva e insensible.

Trataré de ser breve en su definición para poder comprender mejor el tema. Copio textualmente lo que las Naciones Unidas, en su página web, define como objetivos del milenio: “Los ocho objetivos de desarrollo del Milenio, que abarcan desde la reducción a la mitad la pobreza extrema hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA y la consecución de la enseñanza primaria universal para el año 2015, constituyen un plan convenido por todas las naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial.

Los objetivos han galvanizado esfuerzos sin precedentes para ayudar a los más pobres del mundo.” Los ocho objetivos son: (1) erradicar la pobreza extrema y el hambre, (2) lograr la enseñanza primaria universal, (3) promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, (4) reducir la mortalidad infantil, (5) mejorar la salud materna, (6) combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, (7) garantizar la sostenibilidad del medioambiente, y (8) fomentar la asociación mundial para el desarrollo.

A partir de esto, tendríamos que preguntar a la sociedad, al Gobierno o probablemente a la ONU – sede Perú, si estamos trabajando de alguna manera para lograr estos objetivos. Quisiera creer que algunos grupos, en esfuerzos aislados, reconocen la importancia del tema y por ello le dedican algún recurso.
  

Es importante señalar que en el sector privado hay algunas empresas que están comprometidas con lo señalado en el Pacto Mundial y es evidente que el trabajo responsable de estas pocas, las cuales han incorporado el tema de la responsabilidad social en su gestión, contribuyen indirectamente con el logro de los objetivos del milenio.

Las cifras estadísticas del INEI no son muy alentadoras. Los temas de educación, salud, género, infancia y medioambiente deben ser atendidos prioritariamente. Es una oportunidad que no podemos dejar escapar si queremos entregarle a nuestros hijos y nietos un planeta habitable.







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