Con una red de 26 estaciones, la Línea 1 del Metro de Lima no solo mejora la conectividad, sino que también promueve un futuro urbano más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Este sistema de trenes eléctricos no solo reduce la dependencia de combustibles fósiles, sino que también contribuye a mitigar la congestión vehicular y las emisiones contaminantes. A continuación, te explicamos por qué este medio de transporte es una alternativa sostenible.
Metro de Lima: ¿Por qué es una alternativa sostenible?
La Línea 1 del Metro de Lima opera con un sistema de propulsión eléctrica, utilizando una fuente de energía más amigable con el medio ambiente en lugar de combustibles fósiles.
Este medio de transporte rápido, seguro y sostenible obtiene su energía a través de cables aéreos instalados sobre las vías, que son captados por un pantógrafo ubicado en la parte superior del tren. Esto garantiza un funcionamiento eficiente y menos contaminante.
¿Qué lo diferencia de otros medios de transporte?
Además de su fuente de energía ecoamigable, la Línea1 es más eficiente que otros medios de transporte. Mientras un bus convencional puede transportar hasta 120 personas por trayecto, cada tren tiene la capacidad de llevar a 1200 personas, desde Villa El Salvador hasta San Juan de Lurigancho. Esto no solo reduce la contaminación, sino que también disminuye la huella ambiental en la ciudad.
El Metro de Lima se presenta como una solución eficaz para aliviar la congestión vehicular, un problema crítico en la capital. Se estima que se requieren 100 “combis” o 25 buses para transportar la misma cantidad de personas que el Metro, contribuyendo así a una mejor fluidez del tránsito. Esta reducción en el uso de vehículos particulares se traduce en menos emisiones de gases contaminantes, haciendo del Metro una opción más sostenible.
Impacto ambiental positivo
Las unidades de transporte público convencionales emiten un promedio de 68 gr/pasajero/km, mientras que un auto particular genera unos 104 gr/pasajero/km. En contraste, un tren eléctrico como el del Metro de Lima emite solo 14 gr/pasajero/km, evidenciando sus claras ventajas en términos de sostenibilidad. Esta reducción en las emisiones es crucial para combatir la contaminación del aire y mitigar el efecto invernadero.
Además de su impacto ambiental, el sistema de metro ha favorecido el desarrollo urbanístico de la ciudad. La construcción de estaciones ha impulsado la expansión y descentralización de Lima, mejorando la conectividad de áreas antes inaccesibles. Este desarrollo ha revalorizado los distritos cercanos a las estaciones y ha creado nuevos polos económicos, generando empleo y espacios urbanísticos más atractivos.
En los últimos cinco años, se ha observado un aumento significativo en el desarrollo alrededor de las estaciones, especialmente en zonas como San Juan de Lurigancho y Villa El Salvador, lo que resalta el impacto positivo del Metro en la economía local.