De acuerdo con la OMM, el planeta experimentó -entre los pasados junio y agosto- los tres meses consecutivos más calientes de los que se tenga registro.

Air Pollution in the city of Santiago in central Chile, South America.

Por Stakeholders

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Las olas de calor extremo, agravados por incendios forestales y la diseminación de polvo del desierto, están perjudicando gravemente la calidad del aire a nivel mundial, con el consiguiente impacto negativo en la salud humana y la agricultura, de acuerdo con datos presentados por expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

“El riesgo para la salud no solo surge por las altas temperaturas, sino también por la contaminación que generalmente se minimiza pese a sus efectos perjudiciales”, señala el boletín anual de la OMM que analiza la evolución de la calidad del aire y sus consecuencias. 

Pese a que los datos examinan todo lo ocurrido en 2022, los expertos se han adelantada en advertir que durante este verano en el hemisferio norte -que concluirá en breve- la situación ha sido “más extrema” que en el pasado por las altas temperaturas. 

De acuerdo con la OMM, el planeta experimentó -entre los pasados junio y agosto- los tres meses consecutivos más calientes de los que se tenga registro. 

En 2022, cientos de puntos en los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) monitorea la calidad del aire midieron niveles de exposición al ozono (un gas que cerca de la superficie terrestre tiene un impacto nocivo para la salud humana) que excedían el nivel máximo admitido. 

El primer lugar donde esto sucedió fue el suroeste de Europa, pero luego mediciones similares se hicieron en Europa central y luego en el noroeste europeo, conforme la ola de calor se expandía y el polvo del desierto -en este caso del Sahara- llegaba al continente. 

El científico de la OMM, Lorenzo Labrador, mencionó en una conferencia de prensa que es demasiado pronto para predecir si la situación será todavía peor el próximo año “porque la interrelación y los procesos químicos que vinculan el cambio climático y la contaminación atmosférica no son lineales”. 

En un análisis sobre lo que todo esto significa para América Latina, el investigador explicó que esta región tiene la ventaja de ser muy grande, muy verde y de una densidad de población relativamente baja, con centros urbanos que -en la mayoría de los casos- no son megaciudades. 

La mala calidad del aire también tiene un efecto negativo en el ecosistema, ya que el nitrógeno, el sulfuro o el ozono dañan el medio ambiente y reducen el rendimiento de los cultivos. 

Otro dato alarmente que señaló la OMM es que la pérdida de cultivos a causa del ozono representa entre -4,4 % y -12,4 % para cultivos básicos, aunque en el caso de la soja y el trigo las pérdidas pueden llegar al 30 % en áreas claves como India y China.







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