La pérdida de la naturaleza pone en riesgo la economía a nivel mundial. Según el Foro Económico Mundial, más de la mitad del PBI total del mundo depende en gran parte o totalmente de la naturaleza y de sus beneficios o servicios.
Debido a que el sector financiero desempeña un papel importante en la lucha contra la pérdida de biodiversidad y en la adaptación de los flujos financieros a un mundo más respetuoso con la naturaleza, es que el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) ha creado la primera guía para movilizar a las instituciones financieras a que actúen positivamente a favor de la naturaleza.
Con el propósito de contribuir a una transición financiera ecológica es que surge la «Guía del Sector Financiero«. En el documento se explica cómo la continua pérdida de biodiversidad pone en peligro las economías mundiales, y el rol que pueden desempeñar las financieras para transformar el actual sistema.
En la guía se destaca que estas entidades, tanto públicas como privadas, pueden apoyar la conservación y restauración de la biodiversidad de diferentes maneras. Entre ellas mencionan que tienen la capacidad de integrar la biodiversidad en todas las decisiones y estrategias, incluso en las estrategias de financiación de la biodiversidad.
Además, también pueden colaborar con los sectores, empresas o modelos de negocio responsables de la pérdida de biodiversidad para que se conviertan en resultados positivos para la naturaleza. También pueden exigir la divulgación de los riesgos, los impactos y las oportunidades que se encuentran en las acciones de conservación.
De igual manera, tienen la oportunidad de colaborar con los políticos en la reforma de los incentivos a la biodiversidad y eliminar o reorientar los incentivos y subvenciones perjudiciales para la naturaleza. De esta manera se podría garantizar que sean positivos o neutros para la biodiversidad.
El Foro Económico Mundial ha mencionado que una transición basada en la naturaleza podría generar 10 billones de dólares y crear 395 millones de puestos de trabajo de aquí a 2030. Ante esa oportunidad y la necesidad de un cambio, la CDB explica cómo las instituciones financieras también pueden catalizar la acción para evitar, gestionar y mitigar la pérdida de biodiversidad siguiendo cinco sugerencias:
1. Colaborar y unirse a las iniciativas a favor de la biodiversidad con otras instituciones financieras.
2. Adaptar sus estrategias de inversión y comprometerse con las empresas sobre su impacto en la biodiversidad y sus dependencias.
3. Evaluar el impacto y las dependencias, midiendo los riesgos y actuando para reducirlos. La guía muestra que existen varias herramientas y métricas, que a su vez se continúan desarrollando actualmente, para evaluar impactos y dependencias por parte de las instituciones financieras.
4. Establecer objetivos pensados en los objetivos globales. Establecer y divulgar objetivos basados en la mejor ciencia disponible para aumentar los impactos positivos significativos y reducir los impactos negativos en la biodiversidad.
5. Informar públicamente sobre las contribuciones positivas y negativas a la biodiversidad.