Un sistema híbrido con baterías de ion-litio, monitoreo remoto y acceso satelital a internet permite a la comunidad de Laguna Grande en Ica operar su propia red inteligente y garantizar energía con 99 % de confiabilidad. Foto: Stakeholders.

Por Bryam Esquen Del Carmen

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La comunidad de Laguna Grande, en la región Ica, pasó de no tener electricidad ni conexión digital a operar una microrred híbrida solar–eólica que hoy gestiona de forma autónoma y con un 99% de confiabilidad. El proyecto, nacido en 1992 y relanzado con nuevas tecnologías desde 2015, se ha convertido en un modelo replicable para llevar energía sostenible a zonas remotas donde la red eléctrica convencional no llega.

Gracias a la integración de energía renovable, baterías de ion-litio y un sistema de monitoreo remoto con enlace satelital, la iniciativa está cerrando brechas energéticas y digitales con soluciones adaptadas al territorio. Sobre este proceso y sus impactos, Franco Canziani, fundador de Waira Energía e impulsor del proyecto, conversó con Stakeholders para detallar cómo esta experiencia está transformando la vida en Laguna Grande.

  • ¿Cómo nace el proyecto de la Laguna Grande? ¿A qué necesidad responde y por qué se decidió apostar por esta comunidad?

Nace en 1992 gracias a una iniciativa de la cooperación suiza con la que se instaló una turbina de 1.2 kW específicamente para iluminar el muelle del desembarcadero artesanal. No duró mucho debido a las deficiencias de la tecnología de esa época y las duras condiciones de la zona. Muchos años después, en 2015, concursamos al fondo BID-Ideas y ganamos el financiamiento para instalar una microrred híbrida comunitaria de 12 kW con 6 kW fotovoltaicos y 6 kW eólicos.

Este sistema, que permitió electrificar a toda la comunidad, ha estado funcionando desde 2016 de manera continua; sin embargo, presentaba crecientes problemas debido al deterioro de las baterías de plomo-ácido.

En 2023 accedimos al fondo PROINNOVATE para renovar la microrred y complementarla con plataformas de monitoreo y gestión remota, además del correspondiente enlace satelital que ofrece acceso a internet.

La iniciativa responde a la necesidad de llevar servicios básicos a comunidades remotas. Laguna Grande carecía de servicio eléctrico y de comunicaciones. Ahora tiene estos servicios de manera sostenible y con un 99% de confiabilidad.

Se escogió Laguna Grande por ser una comunidad que tiene permanencia, estructura social, liderazgo y un tamaño adecuado.

El modelo desarrollado para esta comunidad es adaptable y replicable para tantas otras comunidades en zonas remotas de nuestro territorio.

  • ¿Cómo fue el proceso de construcción del proyecto de Laguna Grande? ¿Qué retos tuvieron que enfrentar?

Se desarrolló de manera progresiva. El primer paso fue incorporar a la comunidad y sus líderes al proyecto, hacerlos partícipes y adecuar el proyecto a las necesidades reales de la comunidad. Se contrató a una antropóloga para realizar este importantísimo paso de manera adecuada y profesional. Se firmó un convenio con la directiva de la comunidad y convenios individuales con los primeros usuarios interesados.

Habiendo ajustado la ingeniería del proyecto a las necesidades de la comunidad, se instaló la primera etapa del sistema fotovoltaico y las primeras conexiones. Con esto se demostró que el proyecto era real y funcional para ganar la confianza de muchos escépticos y desconfiados de la comunidad. Luego se completó la red de distribución y medidores para los servicios eléctricos, junto con la segunda etapa fotovoltaica. Finalmente, se instalaron las dos turbinas de 3 kW.

El principal reto fue vencer la desconfianza de la población y esto se logró con los hechos más que con las palabras. También la distancia y las duras condiciones de viento, humedad, salinidad y las famosas paracas que cubren de polvo todo.

  • ¿Cómo la energía eólica ayuda a cerrar las brechas en la comunidad de Ica?

El sistema de electrificación de Laguna Grande es híbrido (solar y eólico), ambos recursos se complementan muy bien, ya que en la zona hay muy buenos vientos, inclusive durante la noche, lo cual es ideal. El Perú mantiene una brecha de aproximadamente 1 millón de personas sin acceso al servicio eléctrico, un número semejante en cuanto a acceso a internet.

Muchas veces se trata de comunidades que están en “la última milla”, en las que el acceso es muy difícil y la extensión de la red se torna muy antieconómica. Las microrredes autónomas (sean híbridas, solares o eólicas) constituyen una muy buena alternativa para generar energía de manera económicamente viable y sostenible con recursos locales.

Esta propuesta además integra el acceso a internet comunitario que sirve también para monitorear y gestionar la microrred de manera remota, siendo esto clave para su sostenibilidad.

  • ¿De qué manera se almacena la energía eólica para que funcione en dicha comunidad?

La energía generada por el sol y el viento es gestionada por controladores electrónicos y luego almacenada en baterías de ion-litio de última generación. El nivel de carga de las baterías es supervisado de manera remota y cualquier anomalía es reportada vía correos electrónicos de alarma.

  • ¿Cómo considera que ha sido el impacto de este proyecto en la comunidad?

Ha sido muy importante, ya que ahora cuentan con un servicio eléctrico y acceso a internet confiable. Esto les permite no solo mejorar su calidad de vida, sino ofrecer mejores servicios a los pescadores de Laguna Grande y a los visitantes.

De esta manera han mejorado sus ingresos. Hay que tener en cuenta que el sistema es autogestionario, es decir, los usuarios pagan por la energía consumida (kWh) mediante un sistema prepago cuyos aportes y recargas son gestionados por la directiva a través de la plataforma online de medidores inteligentes.

Los pagos se hacen por aplicativos digitales o directamente en efectivo, el dinero recaudado va a una cuenta de la comunidad y sirve para el mantenimiento y repuestos del sistema.

  • ¿Qué tan costoso o difícil es implementar el servicio de energía eólica en el Perú? ¿Qué se necesita?

La inversión inicial es importante, pero el costo de la energía producida es competitivo. Por ejemplo, en Laguna Grande el costo por kWh de energía que paga un usuario es de 1 sol, en las ciudades se paga cerca de 0.85 soles. No es muy grande la diferencia.

A falta de red eléctrica convencional, la alternativa común es la operación intermitente de un grupo electrógeno diésel que puede costar desde 1.5 a 2 soles por kWh. 

El aprovechamiento de la energía solar por medio de paneles solares se puede realizar en todo lugar, algunos tendrán condiciones más favorables que otros. Para aprovechar la energía eólica se requiere que existan buenos vientos en la zona (digamos: varias horas al día por encima de 7 m/s de velocidad de viento).

Si no existen buenas condiciones de viento, resulta más conveniente seguir con solo solar. Cuando hay buenas condiciones, como en Paracas, el viento ayuda mucho con la generación, especialmente si está presente durante la noche.

  • ¿Cómo considera que este proyecto puede ser aprovechado en las diversas regiones del Perú?

¡Esa es la idea! Que esta experiencia de microrred gestionada a distancia se pueda replicar en tantas comunidades de nuestro país que no cuentan con servicios básicos, para contribuir a que se integren a la actividad económica y logren un desarrollo sostenible.

  • ¿Existe otro proyecto similar que se haya ejecutado en otras comunidades en el país? ¿Puede este tipo de energía adaptarse a distintas regiones del Perú, como la selva?

Si hemos desarrollado diferentes sistemas de electrificación en el pasado, pero la microrred autónoma y gestionable a distancia de Laguna Grande es nuestro mejor logro. Cuenta con la mejor tecnología, paneles solares, electrónica y baterías de ion-litio, a lo que se suman las plataformas de monitoreo meteorológico y de parámetros eléctricos en tiempo real, gracias al enlace satelital.

La red de distribución está provista de medidores inteligentes que operan en modo prepago y reportan a una plataforma online para la gestión de pagos y saldos por la energía consumida. El acceso a internet comunitaria con antenas de WiFi en toda la extensión de la comunidad es algo muy valioso también.

El sistema instalado en Laguna Grande es totalmente replicable en cualquier parte del territorio nacional, naturalmente cada caso será motivo de un diseño específico, pero el concepto de gestión sostenible de la microrred y la tecnología aplicada son válidos en cualquier situación.

  • ¿Cuáles son las propuestas de expansión que se tiene a futuro? ¿Qué proyectos tienen estimados?

Esperamos que estas ideas sean adoptadas por diferentes actores y que con ello se contribuya al cierre de brechas de acceso a servicios básicos en nuestro país.

Esta tarea es muy grande y requiere la participación de los Gobiernos Regionales y Municipales, el Minem, las empresas privadas, ONGs y las propias comunidades, que pueden unir fuerzas para sacar adelante sus propios sistemas de electrificación para acceder a un mejor futuro de manera sostenible.

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