El Perú enfrenta una alarmante crisis de violencia contra las mujeres, con 121 feminicidios registrados entre enero y septiembre del 2024, según la Defensoría del Pueblo. Este número supera al mismo periodo del año anterior, reflejando un problema estructural que requiere atención urgente.
La desaparición de mujeres, que en muchos casos antecede a estos crímenes, suma 7032 denuncias hasta agosto, de las cuales solo se resolvieron 3601. Lima lidera esta lista, seguida de Cusco y Callao.
Hoy, así como cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nos invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan millones de mujeres en todo el mundo.
Más de 200 mil casos de violencia
En el Perú, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2023, el 53.8% de las mujeres ha sido víctima de violencia por parte de su esposo o compañero en algún momento de sus vidas.
Solo en este año, entre enero y octubre, se atendieron 206 100 casos de violencia contra mujeres, siendo la violencia psicológica la más frecuente, seguida de la física y sexual.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), los más afectados fueron adultos (116 679 casos), adolescentes (44 807), niños (36 233) y adultos mayores (9 709).
En este contexto, Carmen Sánchez, docente de Psicología en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), destacó que, de las mujeres víctimas, el 45.3% recurrió a personas cercanas en busca de apoyo cuando experimentaron violencia física, mientras que el 29.7% buscó ayuda en alguna institución. “Estos datos reflejan la importancia de fortalecer las redes de apoyo y sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de crear un entorno seguro para las mujeres”, agregó.
Sánchez explica que las mujeres que han vivido situaciones de violencia suelen enfrentar síntomas como ansiedad, estrés y otras dificultades emocionales que dificultan la búsqueda de ayuda o la toma de decisiones para mejorar su situación. Además, resalta que el impacto de la violencia no solo afecta a la víctima directa, sino también a sus familias, especialmente a los niños y adolescentes que crecen en entornos de abuso. «Los niños y adolescentes que presencian violencia familiar tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas emocionales, conductuales y de bajo rendimiento académico», explica la especialista.
Red de apoyo
En Perú, las mujeres víctimas de violencia tienen a su disposición la Línea 100, un servicio que ofrece atención inmediata, donde pueden comunicarse sin temor y recibir orientación especializada. Además, el Centro de Emergencia Mujer (CEM) proporciona un espacio especializado que brinda servicios legales, psicológicos, médicos y sociales. Existen casas de refugio, que ofrecen protección física, apoyo emocional y servicios básicos tanto para las víctimas como para sus hijos.
Por su parte, el Minsa cuenta con 286 centros de salud mental comunitaria, unidades de hospitalización y hogares protegidos. También brinda asistencia a través de la línea gratuita 113, opción 5, para apoyar a quienes enfrentan situaciones de violencia.
Cabe destacar que, el entorno familiar juega un papel crucial en la decisión de una mujer de denunciar la violencia. Es esencial que las familias respalden a las mujeres víctimas, validen su experiencia y les ofrezcan un entorno seguro para que puedan tomar decisiones informadas.