Stakeholders Año 3 – Nº 16
Quien escribe esta nota recuerda que hacía mediados de los años ochenta, aparecían en los diarios, en la sección de internacionales, pequeñas noticias en donde científicos pronosticaban un aumento de la temperatura de la tierra para los próximos años, con graves consecuencias para toda forma de vida; en esos momentos, cualquiera se hubiera imaginado que eso podría pertenecer al guión de una película de ciencia ficción de la época; sin embargo, la realidad ya nos golpeo en la cara.
Stakeholders Año 3 – Nº 16
Quien escribe esta nota recuerda que hacía mediados de los años ochenta, aparecían en los diarios, en la sección de internacionales, pequeñas noticias en donde científicos pronosticaban un aumento de la temperatura de la tierra para los próximos años, con graves consecuencias para toda forma de vida; en esos momentos, cualquiera se hubiera imaginado que eso podría pertenecer al guión de una película de ciencia ficción de la época; sin embargo, la realidad ya nos golpeo en la cara.
La actividad descontrolada del hombre durante años en la búsqueda de energía y materia prima para buscar el desarrollo sin preocuparse por la renovación de sus recursos, empezó por deteriorar la capa de ozono y actualmente, los países ricos son responsables del 46% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
Según un reciente informe de Desarrollo Humano del PNUD dedicado a la lucha contra el cambio climático, entre los años 2000 y 2004, 264 millones de personas fueron afectadas por desastres climáticos anuales y de todos ellos, el 98% vivían en países en desarrollo; es decir esto afecta a los más pobres.
El proceso de calentamiento global avanza fuertemente acelerando el deshielo de los glaciares árticos, que lleva a un rápido crecimiento del nivel de los mares y a una extinción de especies y de biodiversidad. Las reservas de peces retroceden, tierras arables se vuelven infértiles, y hay más personas sin agua potable.
Algunos de los impactos como las sequías, las tormentas más intensas, y las inundaciones, están borrando los progresos que poblaciones pobres habían hecho en relación a las metas del milenio, lo que significa también, la pérdida de cosechas, hambrunas y desastres naturales, sin mencionar los problemas de la salud y los problemas sociales que origina.
En América Latina, el 38% de su población vive en situación de pobreza. Es decir, 128 millones de latinoamericanos viven en tugurios, en áreas fácilmente inundables, no protegidas y en viviendas precarias.
En este escenario, el Perú es uno de los países en el mundo más vulnerables a los efectos del cambio climático después de Honduras y Bangladesh; aunque sólo emita el 0.4% de gases de efecto invernadero; pero ya estamos experimentando las primeras consecuencias como el deshielo de los nevados en nuestros Andes, la radicalización de los climas -una helada extrema se vive en estos momentos en el departamento de Puno-, la desaparición de flora y fauna, apariciónde enfermedades y una probable escasez de agua y energía.
Ante esta situación, todos debemos ser ciudadanos ambientales y concientes frente al cambio climático y sus consecuencias, desde los gobernantes -encabezados por el Presidente y el ministro del Ambiente- hasta los ciudadanos más humildes ya sea enseñando, comunicando, construyendo y legislando si es posible.
En esta edición de Stakeholders, presentamos una serie de artículos de importantes especialistas quienes analizan y proponen soluciones a este tema.
Nota: Desde este rincón, hacemos un llamado a todas las empresas para que ayuden a nuestros compatriotas de Puno, más de 100 niños han fallecido hasta la fecha, como consecuencia de las bajas temperaturas en esa zona del país………………no permitamos que más niños sigan muriendo.