La deforestación global se ha reducido a 10,9 millones de hectáreas anuales en la última década, según la nueva Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales de la FAO. Aunque la tendencia muestra un avance sostenido, la Organización de las Naciones Unidas advierte que la pérdida de bosques sigue siendo demasiado alta para la salud del planeta.
Los datos reflejan una mejora significativa frente al periodo 1990-2000, cuando el mundo perdía 17,6 millones de hectáreas cada año. Aun así, la presión sobre los ecosistemas forestales continúa y amenaza a las regiones más biodiversas del planeta.
Estado actual de los bosques: avances en gestión y protección
El informe señala que los bosques cubren hoy 4.140 millones de hectáreas, aproximadamente un tercio de la superficie terrestre. Casi la mitad se ubica en los trópicos, zonas cruciales para la biodiversidad mundial.
El estudio también reporta avances estructurales:
- Más de la mitad de los bosques cuenta con planes de gestión a largo plazo.
- Una quinta parte está protegida legalmente dentro de áreas destinadas a la conservación.
Estos mecanismos han permitido una mejora gradual en la administración de los recursos forestales.
Una pérdida neta que se reduce, pero no se detiene
La pérdida neta de bosques ha disminuido de forma sostenida en las últimas tres décadas. Pasó de 10,7 millones de hectáreas anuales en los años 90 a 4,12 millones en los últimos diez años. Sin embargo, la expansión forestal también cayó, reduciendo su capacidad para compensar la deforestación.
El informe advierte un retroceso particularmente crítico: los bosques que se regeneran de manera natural —que representan el 92% de la superficie forestal mundial— disminuyeron en 324 millones de hectáreas entre 1990 y 2025. Las mayores pérdidas se registraron en África y América del Sur, mientras que Europa reportó un incremento.
Por qué la pérdida de bosques sigue preocupando
Los bosques son esenciales para equilibrar los ciclos del carbono y del agua, prevenir sequías, evitar la erosión del suelo y reducir riesgos de inundaciones y deslizamientos. También son determinantes para la seguridad alimentaria, los medios de vida rurales y la producción de biomateriales y energía renovable.
Pero persiste una amenaza crítica: los incendios forestales. La FAO señala que cada año arden 261 millones de hectáreas, casi la mitad de ellas cubiertas por bosques.









