En Lamu, una isla de la costa keniana, la contaminación por plástico se ha vuelto una crisis alarmante, lo que perjudica gravemente a los burros que son priomordiales para la vida diaria de sus habitantes. Este lugar, patrimonio mundial de la Unesco, es conocido por la preservación de su cultura swahili y la falta de automóviles. Sin embargo, la falta de vegetación ha obligado a los burros a buscar alimento en vertederos llenos de basura plástica, lo que está generando su muerte por cólicos nutricionales. De acuerdo con The Guardian: “Los burros comen todo tipo de cosas, desde plásticos hasta ropa y cartones”, informó el Dr. Obadiah Sing’Oei, veterinario jefe del Donkey Sanctuary.
Phoebe Weston y Caroline Kimeu, autores del informe publicado, explicaron que los veterinarios del Donkey Sanctuary hallaron “treinta centímetros de plástico anudado” en las heces de un burro tras administrarle laxantes. Esta situación no es minoritaria: al menos tres burros mueren cada mes en la isla por ingerir basura. El Dr. Sing’Oei señaló: “Los casos de cólicos en los burros suelen ser fatales”, y que estos números podrían ser solo la punta del iceberg, puesto que muchos casos no llegan nunca a la clínica.
El problema no solo está limitado a los burros. El estudio de la Universidad de Portsmouth y el Donkey Sanctuary busca entender en profundidad cómo la contaminación plástica afecta a diversos animales terrestres. “El problema de la contaminación por plásticos está empeorando y necesitamos saber cómo afecta a los animales que desempeñan un papel tan importante en estas comunidades”, mencionó la Dra. Leanne Proops, miembro del Revolution Plastics Institute.
Por otra parte, la investigadora postdoctoral de la Universidad de Portsmouth, la Dra. Emily Haddy, recientemente se dirigió a grupos de debate comunitarios en Lamu, los que revelaron graves preocupaciones sobre la contaminación plástica. “De las conversaciones previas con la comunidad, sabemos que hay una creciente preocupación sobre los vínculos entre la contaminación plástica, la salud del ecosistema, el bienestar animal y el bienestar humano”, resaltó Haddy.
La situación no se limita a Lamu. En el Reino Unido, un estudio realizado en 2022 encontró que más de la mitad de las especies de pequeños mamíferos analizados consumían plástico, especialmente poliéster. En India, se descubrió que una vaca sacrificada en Lamu tenía 35 kilogramos de desechos plásticos en su estómago, incluyendo pañales y bolsas. En Indonesia, las universidades de Portsmouth y Hasanuddin están investigando el impacto del plástico en los macacos de Sulawesi.
Las medidas para combatir esta crisis no son sencillas. “Los tractores solían ir cada dos o tres días a recoger la basura y los casos de cólicos disminuyeron, pero ahora están volviendo a desbordarse”, señaló Sing’Oei. Este dato revela que la recolección regular de basura puede tener un impacto positivo inmediato Organizaciones como FlipFlopi, que fomentan el reciclaje de plástico, están trabajando arduamente para mitigar este problema.
Para revertir la situación, el Donkey Sanctuary ha incrementado sus esfuerzos en Lamu. Además de sus servicios veterinarios, está colaborando con grupos comunitarios para educar y fomentar la recolección y reciclaje de plásticos. Sing’Oei advirtió: “Cuando los dueños llevan a sus burros a la clínica, lo hacen como último recurso”, resaltando la necesidad urgente de una concienciación más amplia sobre esta crisis.
El profesor Richard Thompson de la Universidad de Plymouth resaltó: “Los trabajos iniciales sobre el impacto de los plásticos en la tierra sugieren que podrían ser igualmente generalizados como en los ecosistemas marinos”.
La solución a largo plazo pasa por la educación y la cooperación comunitarias. Leanne Proops concluye: “La única solución es trabajar con la comunidad local para reducir la contaminación por plástico, una tarea monumental que requiere la participación de todos”.