Por Stakeholders

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Por: Guillermo Vidalón del Pino

 Un volante distribuido en Tacna anunciaba la realización de un “Encuentro…”, el cual estuvo presidido por el personaje conocido por resistirse el mandato de la fiscalía para que preste declaraciones sobre los sucesos que protagonizó en contra del proyecto “Santa Ana” de la minera Beer Creak en Puno, en junio del 2011.

Estamos hablando de alguien que está dispuesto a contravenir la ley, además de quien dejó sin oportunidades de bienestar y desarrollo a toda una población en el entorno de dicho proyecto, con tal de ver cumplidas sus ambiciones y objetivos políticos.

¿Dónde está ahora este personaje?, nada menos que como subgerente de Recursos Humanos de la Municipalidad Provincial de Candarave, cuyo alcalde es el Sr. Gerardo Marón. El alcalde legítimamente lo ha contratado para que contribuya en la selección del personal que mejor realice las funciones que se esperan de todo Consejo Provincial.

Queremos creer que en la evaluación de los candidatos a nuevos funcionarios de dicha municipalidad no primará el haber participado en tal o cual manifestación, en tal o cual bloqueo de carreteras, en la marcha a favor del atraso y la postración por oponerse a la construcción de represas que permiten solucionar la escasez de agua, por difamar, calumniar y mentir, por acusar injustamente a algunas autoridades de estar coludidas sin mostrar prueba alguna.

Afirman que la vida y la dignidad de los tacneños no tiene precio, ¿qué duda cabe?, pero éstas se defienden propiciando una mejor calidad de vida cuando somos capaces de propiciar el bienestar y desarrollo colaborativo entre las instituciones de la región.

¿Nos hemos preguntado si antes de la presencia minera en Tacna la población vivía con mejor calidad de vida?, ¿nos hemos preguntado si la región era una de las más desarrolladas del país?, ¿de qué milagro económico nos hablan quienes desean que Tacna deje enterrados -sin aprovechamiento alguno- sus recursos mineros hasta que alguien invente algún sustituto del metal y perdamos, otra vez, una magnífica oportunidad de desarrollo?

No pretendemos negarle a nadie su derecho a disentir, a hacer actividad política. Si se le conculcase alguno de ellos estaríamos allí para defenderlo; pero no, no se trata de ello señores, se trata de dialogar y buscar consensos cuando hay disentimientos o desencuentros. La labor de una autoridad, de un funcionario del Estado, no puede ser la de propiciar conflictos y pretender perpetuar las condiciones de pobreza que existen en su región.

Avancemos todos, ése es el mensaje de la minería para Tacna y el Perú en su conjunto.








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