Por Stakeholders

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Por: Rubén Valle
rvalle@stakeholders.com.pe


Luego de la exposición de resultados del IPS Regional Perú 2017, el Índice de Progreso Social se reafirma como la herramienta necesaria para guiar la inversión social y las políticas públicas.

Las concepciones de crecimiento y desarrollo que se han ido manejando en los últimos años contemplan dentro de sus variables aspectos muy limitados de la experiencia humana, de forma que los indicadores bajo los que se ha medido la efectividad del modelo no son exactos. En base a estas nos hemos guiado y dado norte a las políticas públicas en el país, en materia de crecimiento económico o calidad de vida, pero son insuficientes para poder entender desde dónde y cómo poder atacar las problemáticas sociales, económicas y medioambientales, que cada vez más tienen un impacto mayor y profundo en la población. Cabe mencionar también que la ineficacia del proceso de descentralización en mejorar la calidad de vida de las regiones ha contribuido a este resultado.

El IPS Regional Perú 2017, elaborado por CENTRUM Católica con colaboración del Social Progress Imperative (SPI) y la Fundación Avina, ha evidenciado que el periodo de crecimiento económico del país ha sido ampliamente desaprovechado, puntualizando que ninguna región del país tiene niveles altos de progreso, pero sí 18 regiones con niveles “medios bajos” y 4 regiones con niveles “bajos”. Por otro lado, sólo 4 regiones del país (Moquegua, Lima Metropolitana, Ica y Tacna) fueron aprobadas con niveles “medio alto”.

Percy Marquina Feldman, Director General de CENTRUM Graduate Business School Fuente: Codigo.pe

Percy Marquina Feldman, Director General de CENTRUM Graduate Business School, en la exposición de resultados del IPS Regional consideró que, con respecto a la problemática antes mencionada, “la regionalización no ha funcionado, pero no se puede volver atrás, falta optimizar procesos, falta gestión”. Una postura similar tomó acerca de la minería: “Posiblemente estaríamos en rojo si no tuviéramos industria extractiva”.

Este Índice de Progreso Social tiene como fin medir el bienestar de las personas con un puntaje de 0 a 100. La metodología que emplea excluye los indicadores económicos y se centra en variables que permiten medir este bienestar. El estudio abarca 3 dimensiones: Necesidades Básicas Humanas, que contempla indicadores de nutrición y cuidados médicos básicos, agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal; Fundamentos del Bienestar, que incluye el acceso a conocimientos básicos, acceso a información y comunicaciones, salud y bienestar y calidad medioambiental; y Oportunidades, que contempla derechos personales, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión y acceso a educación superior.

En esta medición las regiones que han alcanzado un mayor puntaje son las que se encuentran en la franja costera y quiénes tienen los niveles más bajos de bienestar son las regiones de la selva.

Los resultados arrojados en el aspecto de Necesidades Básicas demuestran una superior disminución de la tasa de mortalidad y mayor acceso a servicios básicos adecuados, aunque un grueso importante de la población aún no tiene acceso a servicios de agua y saneamiento.

Con respecto a los Fundamentos del Bienestar, los resultados son más adversos. Se presenta un mayor número de muertes por enfermedades no transmisibles y la brecha de acceso a internet sigue existiendo entre zonas urbanas y rurales.

Sobre las Oportunidades, ítem que apunta principalmente a la conquista de los derechos ciudadanos por la población, ha habido una reducción en la cantidad de adolescentes embarazadas, a excepción de la selva, donde el porcentaje aún es alto. Esto se ha logrado gracias a un mayor uso de anticonceptivos, a pesar de las diferentes trabas que pone el estado y grupos de la sociedad civil para la promoción de una educación sexual integral y el ejercicio de derechos reproductivos. Por otro lado, siguen presentes índices de discriminación de género y el acceso desigual de hombres y mujeres a la educación superior.

Juan Manuel Arribas, Director Ejecutivo de Soluciones Empresariales contra la Pobreza (SEP) Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=SkDkadcw8F4

La pertinencia del IPS Regional yace en que frente a estas problemáticas sirve como herramienta para la toma decisiones, tanto desde la esfera pública como del sector privado. Con esta podemos medir la eficiencia del Estado a partir de la calidad de servicios públicos que ofrece, de forma que a futuro estos números puedan tomarse en cuenta para la mejora de la calidad de vida y la generación de oportunidades para alcanzar el desarrollo de la sociedad. Para Juan Manuel Arribas, director ejecutivo de Soluciones Empresariales contra la Pobreza (SEP), esta metodología también es muy necesaria para el sector privado, de modo que te brinda información acerca de en qué sectores o aspectos realizar una inversión social. “El Empresario antes de invertir, antes de dar un paso en el mercado, tiene indicadores de gestión, para saber si invierte o no. Se basa en evidencia y números”. Este índice, para él, responde a la pregunta de ciertos actores del sector empresarial: “¿Còmo podemos hacer que la posición que tenemos dentro del progreso económico ayude al progreso social de la población?”.

 

 







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