
La compañía petrolera más grande del mundo, Saudí Aramco, acaba de dar un paso clave en su expansión en Sudamérica al adquirir Primax, la mayor red de estaciones de servicio del Perú, por US$3.500 millones. Con esta transacción, el gigante saudí asume el control de más de 2.100 grifos en Perú, Ecuador y Colombia, así como de las tiendas de conveniencia Listo, sumando 180 locales en la región.
Esta operación, informada por el medio Gestión, no solo representa la mayor compra empresarial en el país en los últimos años, sino que también transforma el panorama energético peruano, donde competirá con actores como Repsol, Petroperú y Energigas.
Para Aramco, esta movida refuerza su presencia en Sudamérica, donde en 2024 adquirió Esmax Distribución en Chile, operador de las estaciones Petrobras en ese país. Además, ya tiene inversiones en Perú a través de MidOcean Energy, con una participación en Perú LNG, empresa clave en la exportación de gas natural licuado.
Sin embargo, la entrada de Aramco plantea un debate crucial sobre sostenibilidad y transición energética en una región que busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
Un reordenamiento estratégico en el mercado
El Grupo Romero, propietario de Primax desde 2002, tomó la decisión de vender tras un proceso de evaluación en el que contrató a J.P. Morgan y Deutsche Bank para buscar compradores. La operación, que ya era considerada una de las más grandes del sector, se concretó en marzo de 2025 y permite al conglomerado peruano redirigir sus inversiones hacia sectores con mayor proyección de crecimiento y rentabilidad.
Primax, que recientemente había adquirido las estaciones de Terpel en Perú y Colombia, se encontraba en proceso de aprobación regulatoria por parte de Indecopi. Esta adquisición, aún en evaluación, podría fortalecer aún más la posición de Aramco en el mercado regional.
Con este movimiento, el mercado de combustibles en Perú se reconfigura, ya que la petrolera saudí no solo competirá con marcas establecidas, sino que también deberá adaptarse a un entorno donde la movilidad eléctrica y los combustibles alternativos están ganando terreno.
¿Qué implica la llegada de Aramco para la sostenibilidad del sector que lidera Primax?
Si bien la compra de Primax por parte de Aramco refuerza la presencia de combustibles fósiles en la región, también representa una oportunidad para impulsar prácticas más sostenibles en el sector. La petrolera ha anunciado en diversas ocasiones su interés en diversificar su portafolio energético y reducir la huella de carbono de sus operaciones.
En 2024, Aramco invirtió US$53.300 millones en infraestructura energética, y para 2025 proyecta un gasto de capital de hasta US$58.000 millones, con un fuerte énfasis en eficiencia energética y tecnologías más limpias.
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En ese sentido, el ingreso de Aramco al mercado peruano podría traducirse en:
- Mejora de la infraestructura de combustibles alternativos: inversión en estaciones con tecnologías más limpias, como gas natural y biocombustibles.
- Desarrollo de estaciones de recarga eléctrica: diversificación del negocio hacia energías renovables.
- Mayor inversión en eficiencia energética: implementación de procesos más sostenibles en el abastecimiento y distribución de combustibles.
Sin embargo, la transición energética en el país aún enfrenta grandes desafíos. En Perú, el consumo de combustibles fósiles sigue siendo predominante, y la infraestructura para la electromovilidad es limitada. La llegada de Aramco podría ser clave para acelerar la adopción de tecnologías limpias, pero también podría reforzar la dependencia del petróleo si no hay un compromiso real con la sostenibilidad.