Por Stakeholders

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Gabriela Perona, directora ejecutiva del Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú, conversó sobre los cambios que ha tenido el desarrollo de la Agenda de Conmemoración por la crisis generada por la pandemia de COVID -19. Además, se refirió a la labor que vienen realizando los Voluntarios del Bicentenario para asistir a las familias más afectadas.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

¿En qué medida ha afectado la pandemia por el COVID-19 la agenda prevista por el Proyecto Bicentenario?

Ha habido muchos en cambios, sobre todo en la forma en la que pensábamos desplegar las actividades de este año. Teníamos  un foco muy importante en trabajar en las regiones del país. En hacer que el Bicentenario sea un proceso integrador de alcance nacional. En ese contexto hemos tenido que cancelar las Giras Bicentenario, que tenían como objetivo llegar a cada rincón del Perú para 2021. De hecho, ya teníamos en proceso las licitaciones de los servicios para las trece ciudades a las que íbamos a llegar este año, pero lamentablemente se han tenido que cancelar. De igual manera, los Cabildos 21 y las ferias itinerantes de valores que eran presenciales también se han tenido que transformar.

Entonces, hay un cambio definitivamente en términos de las actividades presenciales que buscábamos desarrollar y que sí han sufrido un ajuste. Sin embargo, en tanto al objetivo del Bicentenario como narrativa y elemento cohesionador que tiene que ver con repensarnos como país, ver qué desafíos tenemos, comenzar a fortalecer y mejorar nuestras conductas ciudadanas, no ha salido de la circunstancias ocasionadas por el COVID – 19. Por el contrario, este objetivo se ha evidenciados como algo urgente de fortalecer en todos los elementos que componen el Bicentenario.

La coyuntura ha significado un cambio hacia una mayor apuesta digital. ¿De qué manera se han adaptado para continuar con la Agenda de Conmemoración?

Por ejemplo, los cabildos universitarios los hemos comenzado a realizar de manera on line. Ya hubo dos de ellos en el periodo del confinamiento: el que hemos realizado con la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y el que hicimos en relación con la bicicleta. Este último justamente para discutir en torno a esos elementos que nos permitan adoptar medidas para transformar nuestra movilidad en una más sostenible, especialmente en la emergencia sanitaria.

Por otro lado, las ferias itinerantes de valores, que hoy en día se evidencian como necesarias más que nunca, las hemos transformado en un centro de recursos digital, aunque todavía no lo hemos lanzado. El cambio responde  a una estrategia para que las familias puedan a través de dispositivos digitales tener acceso a recursos formativos e interactivos, con la finalidad de fomentar los valores como el respeto, la solidaridad, la empatía, la responsabilidad ambiental, entre otros. 

Otra acción que teníamos pensado implementar era la Biblioteca Bicentenario, que es un esfuerzo inmenso por generar una biblioteca especial conmemorativa. Esta se ha comenzado a desarrollar de manera digital y una de las primeras publicaciones que hemos realizado es una vinculada a la pandemia. Próximamente vamos a seguir elaborando más publicaciones de manera digital, lo que a la vez nos ha permitido conectar con la estrategia Aprendo en Casa del Ministerio de Educación.

Se tenía previsto la instalación de 26 Parques Bicentenario en todo el país. ¿Cómo están manejando esta situación con la actual coyuntura?

Más que cancelarse, otras iniciativas han tenido que posponerse para 2021, ya que hay que recordar también que el periodo de conmemoración va hasta 2024. Sin duda lo que más se ha visto afectado es la ejecución de las obras emblemáticas, porque ya venían con calendarios muy ajustados por los diferentes momentos de paralización y crisis que han tenido estas inversiones durante los últimos tres años.

Hay unos pequeños retrasos para los Parques Bicentenarios que queríamos entregar en julio y probablemente se tendrán que postergar para julio o agosto de 2021, aunque igual se terminarán dentro del periodo conmemorativo. En las obras emblemáticas sí va a haber retraso, porque si bien el equipo pudo avanzar en transformar todo de forma digital durante el confinamiento, en el caso de las obras no se pudo progresar mucho de manera no presencial.

¿Cómo han tomado desde el Proyecto Bicentenario estos cambios que sucedieron de manera imprevista?

Sí ha costado cambiar. En el caso de la Agenda del Bicentenario cuesta porque también tenemos poco tiempo. Dos o tres veces ha habido cambios durante la Agenda de Conmemoración en relación con ajustes de carácter más político, que tienen que ver con cambios de instancias y de asignación de presupuestos, por ejemplo. Son cuestiones que nos han hecho cambiar de planes y hoy en día, casi a un año de la fecha central, sí ha sido difícil en un mes modificar absolutamente todo.

No obstante,  estamos bastante encaminados en lo que vamos a lograr este año con la Agenda Bicentenario. Sí ha requerido un mayor esfuerzo creativo importante, porque si bien lo digital nos abre la puerta para poder crear todo dentro de ese mismo ámbito, nuestro principal objetivo es involucrar y llegar a todos los peruanos. ¿Cómo lo logramos eso desde nuestras casas? También ha sido un reto importante y creo que lo hemos demostrado muy bien con los Voluntarios del Bicentenario en este contexto de la pandemia. El Perú ha dado un ejemplo en formar el primer voluntariado remoto, a larga distancia y masivo. Considero que con este ejemplo nos hemos visto animados a hacer todo con la misma energía y entusiasmo.

¿Cómo siguen manejando las alianzas o convenios establecidos para la conmemoración del Bicentenario en todo el territorio nacional?

Los convenios y alianzas se han fortalecido en la necesidad de pensar que el Bicentenario es algo que no se hace solamente desde el Ejecutivo, sino que es una agenda país y ahí todos sumamos de distintas maneras.  Hay muchísima voluntad de cooperar y sacar esto adelante. Acabamos de firmar un convenio con el Colegio de Arquitectos del Perú, ya que ellos van a estar a cargo de  implementar el concurso de ideas de los Parques Bicentenario.

Además, recientemente hemos vuelto a firmar un convenio con la UNI para seguir desarrollando los cabildos. También con la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) para trabajar en el tema de la movilidad sostenible del Bicentenario mediante las ciclovías. Es decir, se continúa trabajando de manera articulada con una serie de instituciones. Vamos a establecer un convenio con Bellas Artes para desarrollar el concurso de arte público. Todo va a tener un matiz en fondo y forma que nos va a permitir articular con ese país que está luchando ahorita por salir de esta crisis, la cual evidentemente venía de tiempo atrás a la emergencia sanitaria.

¿Cuáles son los proyectos o programas que siguen o pondrán en marcha a pesar del acontecer nacional?

Estamos en una situación difícil como país, pero esta coyuntura también representa una oportunidad para el Proyecto Bicentenario. La actualidad muestra de una manera cruel, lamentablemente, aquellas cosas y desafíos de los que estábamos hablando y convocando a todos para trabajar de una manera conjunta. Con nuestra fragilidad institucional, brechas de acceso a igualdad de servicios, productos y más, se abre también una oportunidad para justamente hablar de lo que nosotros buscamos posicionar: que el Bicentenario no es una celebración o una cita, sino que es un tiempo y espacio para conmemorar y construir un  nuevo ‘nosotros’.

En ese sentido, hemos hecho algo que responde también a la coyuntura que es agregar a nuestras acciones  de conmemoración el Pacto Bicentenario. Este pacto es un proceso de diálogo nacional que busca que de julio de 2020 al mismo mes de 2021, a nivel nacional podamos establecer una serie de mesas de diálogo que nos permitan llegar a nuevos consensos. El objetivo es que para julio de 2021 tengamos un instrumento colectivo nacional que hable de ese nuevo “nosotros” que queremos construir.

Se ha hablado mucho de solidaridad actualmente. ¿Cuál es rol específico que viene asumiendo el Proyecto Bicentenario con los peruanos afectados por el nuevo coronavirus?

Tenemos un rol vinculado a la reflexión nacional sobre este momento y para eso hemos generado primero los dos cabildos mencionados y, al mismo tiempo, una publicación muy potente que se llama “25 ensayos desde la pandemia para pensar en el Perú del Bicentenario”, donde hemos juntado a 30 intelectuales de diversas regiones y trayectorias, entre científicos, filósofos, dramaturgos, historiadores, etc. Justamente para una reflexión de esta coyuntura que es tan significativa para el país. Asimismo, en lo concreto hemos puesto a disposición nuestro programa Voluntarios del Bicentenario, uno que busca ser el referente de esta nueva ciudadanía, del ejercicio ciudadano basado en la solidaridad, en el cuidado y el respeto por el otro y los más vulnerables. De esta forma, hemos iniciado primeramente la colaboración con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) en un trabajo que ha sido muy importante con los voluntarios.

Los voluntarios son fundamentales en el Proyecto Bicentenario. ¿En qué iniciativas están participando los voluntarios para ayudar a combatir esta crisis y con cuántos de ellos están contando?

Alrededor de 20 mil personas se inscribieron en nuestro reclutamiento para las acciones durante el confinamiento. Cerca de seis mil Voluntarios del Bicentenario comenzaron a hacer el monitoreo telefónico de adultos mayores y personas con discapacidad, llegando a más de cien mil personas que están en situación de vulnerabilidad. Asimismo, los Voluntarios del Bicentenario han estado atendiendo las llamadas de la Línea 101, donde se recibe asistencia y orientación sobre el bono económico que otorga el Estado a través del MIDIS.

En estas últimas semanas, hemos comenzado a trabajar el tema de los mercados. Hemos hecho el levantamiento de información a través de aproximadamente 50 mil llamadas para conocer las prácticas de consumo en mercados, ya hemos tenido algunos resultados y sobre eso los voluntarios van a comenzar a orientar a las familias en la planificación de compras, hábitos de compras seguros y resiliencia, algo que es muy crucial para este periodo de lucha frente al COVID – 19.

¿Provienen de algún sector en especial la mayoría de los voluntarios?

Es una convocatoria abierta a todos los peruanos. Nosotros lanzamos en noviembre de 2019 el programa de Voluntarios del Bicentenario. Teníamos una base de ciudadanos inscritos, a  los que convocamos y reclutamos cada vez que hay una acción que tenemos que implementar. Ahí, por ejemplo, ha habido un cambio de planes, ya que para este año estaba proyectado que ellos trabajen en retos vinculados a las Banderas del Bicentenario. Sin embargo, durante este año los voluntarios van a estar dedicados a dar soporte, a realizar acciones voluntarios en relación a las situaciones de contención social que hay que hacer en medio de la crisis. Eso también es un cambio.

En el corto plazo, ¿qué otros planes tienen para los Voluntarios del Bicentenario en referencia a las circunstancias actuales?

Además de comenzar a ejecutar acciones vinculadas a la protección en mercados a través de la orientación telefónica, estamos viendo con el Ministerio de Salud (MINSA) realizar el seguimiento y monitoreo de las mujeres gestantes que no han podido asistir a sus controles durante este tiempo. En esa línea, con estos servicios o acciones voluntarias requerimos que más gente se sume al voluntariado y por eso hemos realizado la campaña de “Únete a los Voluntarios del Bicentenario”. La meta que buscamos es posicionar al voluntariado.  Queremos dejar como legado el Cuerpo de Voluntarios formado a través de nuestro programa de voluntariado, ya que ellos se pueden formar en temas de resiliencia, creación de proyectos, creatividad y valores. La idea es dejar un grueso de ciudadanos activos y capacitados para enfrentar todos los desafíos que se nos vienen por delante. Pero sobre todo para movilizar el capital social que tiene el Perú, por el cual el Bicentenario realmente apuesta porque la solidaridad que tenemos en nuestro ADN es una de las vías que nos permitan salir de esta emergencia.

¿Se podría decir que el voluntariado peruano en la región está un paso adelante en comparación al resto de países?

No lo afirmaría absolutamente. Sin embargo, sí puedo dar fe de que en Lima 2019 el éxito de los Panamericanos fue en gran parte por la inmensa y profesional labor de los voluntarios. En las emergencias que afectaron a nuestros compatriotas en el norte, se pudo evidenciar la solidaridad que sostuvo de una manera importante la situación. Lo mismo sucedió en las inundaciones en Lima.

El tema es cómo hacemos para que esto no sea esporádico, que no sea solamente cuando nos sucede algo gravísimo, sino que sea parte de nuestra forma de convivir de manera permanente y constante. Hay que fortalecer y reconocer a las organizaciones de voluntariado que trabajan desde hace años en nuestro país.

Voluntarios del Bicentenario lo que busca es generar la plataforma, el cuerpo que permita de alguna manera hacer sostenible  esto. Por otra parte,  también figura evidenciar hacia la agenda pública nacional e internacional que dentro de nuestra identidad hemos desterrado algunos malos hábitos como el pensar que ‘el enemigo de un peruano es otro peruano’, sino todo lo contrario: que ‘un peruano siempre está presto a ayudar a otro peruano’.

Está proyectado que la actual pandemia culmine a inicios del próximo año, fecha principal de conmemoración del Bicentenario. ¿Qué lección considera que nos dejará una vez que pase esta crisis?

Considero que  la lección será que un país no puede seguir creciendo de espaldas al bienestar igualitario de todos sus connacionales. Pienso que el crecimiento económico per se no nos hace un país desarrollado, uno en el que todos podamos vivir en igualdad de condiciones. Eso es algo que para nuestro tercer siglo de vida republicana habremos que tenido que superar. Estoy segura de que va a dejar una lección importante a una generación de jóvenes dispuestos a tomar las riendas del Perú del Bicentenario. Atentos a ayudar  ante situaciones que hemos visto en la actualidad, donde muchas familias pierden a sus seres queridos en esta emergencia. Va a haber una huella importante en esta generación que va a permitir generar el cambio que necesitamos.

Totalmente. Por eso estamos potenciando con todas nuestras fuerzas y energías su rol. No solo el de los voluntarios del Bicentenario sino del de todo el Perú, ya que confiamos en que el capital social es algo que tenemos presente y nos va a permitir a avanzar en esta ruta.







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