
La ONG Asociación Familia para el Desarrollo Comunitario (Familia y Desarrollo), la Municipalidad de Ate y la IE 1231 “José Luis Bustamante y Rivero” organizaron el Foro “Participación Adolescente como Herramienta de Prevención”, que tuvo por finalidad promover la participación de los adolescentes en el desarrollo de las comunidades y el de sus pares.
Lo que se buscó con este foro es reflexionar sobre las situaciones de vulnerabilidad que sufren los adolescentes y jóvenes e identificar los medios para frenar los altos índices de violencia y la deserción escolar. Además presentó como estrategia a emplearse contra el fracaso, el que los adolescentes desarrollen su Proyecto de Vida, que participen en experiencias relevantes y constructivas. Y para complementar la estrategia, señaló que se les debe propiciar el hacer buen uso de su tiempo libre en actividades positivas y a su vez busquen – en pro del desarrollo de su comunidad – ayudar a otros niños y pares a evitar que fracasen en las escuelas.
Así lo señaló Francisco Basili, Coordinador de Proyectos de Familia y Desarrollo al manifestar que “un gran número de adolescentes terminan la secundaria sin tener Proyecto de Vida y sin saber usar el tiempo para realizarlo, y que las comunidades y los Gobiernos locales ofrecen escazas oportunidades para usar el tiempo libre que consolide el avance en un Proyecto de Vida”.
Es por ello común ver que los adolescentes desaprovechan el colegio, se envuelven en relaciones peligrosas, aceptan liderazgos y modelos vistosos pero inconducentes, incurren en riesgos (ludopatía, consumo de sustancias adictivas, promiscuidad, pandillas), engendran precozmente hijos no deseados y rechazan las normas y no cooperan con la disciplina.
Ante esta realidad, en el foro también se cuestionó la labor de la escuela para evitar el fracaso en los jóvenes: “si conoce que para los adolescentes son más importantes sus pares que los adultos; si reconoce líderes y los ayuda a desarrollar sus capacidades liderales. Y si conoce en qué cosas están interesados los jóvenes en aprender y qué actividades quieren desarrollar”.
Finalmente, si los jóvenes no tienen experiencias relevantes de participación no se formarán ciudadanos para la democracia. Y sin una convocatoria creíble y sostenida para participar en cosas relevantes, la escuela lleva perdida la batalla frente a las otras fuentes de información y formación.