El monitor MOPAO también funciona como un método de alarma ya que permite configurar cuáles son los rangos correctos o idóneos para que, en caso de alguna anomalía, pueda ser detectada y el médico la identifique de inmediato 

Foto: Facultad de Ciencias e Ingeniería de la PUCP..

Por Stakeholders

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La hipertensión puede provocar enfermedades como insuficiencia renal, enfermedades del corazón, derrames cerebrales y, por ende, incrementar el riesgo de mortalidad prematura. Para prevenir estos casos en regiones con brechas de atención de salud, un equipo de estudiantes de Ingeniería Electrónica de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) ha desarrollado un monitor de presión arterial aplicando métodos no invasivos con un medidor de oxígeno (SpO2) para pacientes de comunidades nativas asentadas al borde de una cuenca del Río Napo (Maynas – Loreto).

El prototipo de monitor de presión arterial hecho en el Perú fue presentado en la feria tecnológica XpoSTEM 2024, donde se exhibieron más de 40 prototipos y más de 50 investigaciones desarrolladas por estudiantes de la Facultad de Ciencias e Ingeniería (FCI) de la PUCP. Este evento tuvo lugar el pasado miércoles 17 de julio en la sede de Open PUCP, ubicada en el quinto piso del Centro Comercial Plaza San Miguel.

El monitor consta de sensores de presión arterial y nivel de oxígeno que recopilan los siguientes datos del paciente: presión sistólica (momento de presión máxima) y distólica (momento de presión mínima), y frecuencia cardíaca (número de veces que late el corazón durante un periodo). 

Luego, mediante señal WiFi y el Protocolo de transferencia de hipertexto (HTTP), el microprocesador del dispositivo transfiere estos datos a una página web, donde se clasifican por fechas y el orden de registro para que un médico debidamente capacitado pueda revisarlas y efectuar un diagnóstico del paciente de manera remota, ahorrando tiempo valioso en la atención de salud.

Para proteger los datos personales de los usuarios, la página web almacena la información de manera confidencial y puede ser consultada únicamente por el médico autorizado mediante la búsqueda de un código ID que se le asigna a cada paciente. Asimismo, la plataforma permite a los especialistas configurar qué niveles de presión, ritmo cardíaco y saturación de oxígeno son alarmantes para el paciente, en función de su edad o las condiciones meteorológicas del lugar donde se encuentre.

Esta iniciativa de investigación y cooperación fue lanzada en 2016 por la Fundación Enlace Hispano Americano de Salud (EHAS), el Grupo de Telecomunicaciones Rurales de la PUCP, la ONG peruana PANGO y el operador de telefonía rural MAYU Telecomunicaciones, donde también colaboran tanto Telefónica del Perú como Telefónica I+D.

Para el diseño y construcción del monitor, el equipo de investigación contó con el apoyo de alumnos de Ingeniería Biomédica y profesionales de salud, y fue subvencionado por la PUCP con un presupuesto aproximado de S/. 2000. No obstante, los estudiantes finalmente tuvieron que invertir dinero de sus propios bolsillos debido al alto costo de los materiales y los múltiples modelos de diseño descartados, así como la exigua literatura sobre su tema de investigación, que les impedía contar con un marco de referencia sólido para abordar su proyecto.

El dispositivo busca acortar brechas de atención de salud

En el Amazonas, las personas deben viajar largas distancias por río (hasta 10 horas, en algunos casos) solo para recibir una consulta médica y, en ocasiones, no pueden ser diagnosticadas a tiempo por personal médico especializado.

En casos de emergencias como un paro cardíaco o un derrame cerebral, el tiempo de espera en atención médica causado por estos viajes largos puede representar un grave riesgo para la salud y la vida de los pacientes. Por ello, el monitor MOPAO también funciona como un método de alarma ya que permite que se configure cuáles son los rangos correctos o idóneos para que, en caso de alguna anomalía, pueda ser detectada y el médico también pueda apreciarla de manera inmediata.

Actualmente, el dispositivo se encuentra entre la segunda y tercera fase de la escala de Madurez Tecnológica o Technology Readiness Level (TRL), una medida que describe el estado de desarrollo o madurez de una tecnología. Tras recibir la retroalimentación de sus profesores, el equipo de investigación evaluará si es conveniente postular a fondos concursables o solicitar apoyo económico a alguna entidad para seguir financiando el desarrollo de su proyecto. 

Una vez que el dispositivo sea validado se presentará la propuesta los individuos, grupos o entidades que tienen un interés en las actividades y resultados de una empresa (stakeholders) quienes decidirán si es viable o no incluir el prototipo como parte del proyecto NAPO.







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